Centro de Solidaridad Interdiocesano

El CSI de Huesca atiende a un 50% más de adolescentes con problemas de drogas

El pasado año, 122 personas de la provincia altoaragonesa acudieron al centro, 32 de ellas adolescentes y el resto de entre 25 y 50 años.

El Centro de Solidaridad Interdiocesano (CSI) de Huesca ha atendido en 2012 a un 50% más de adolescentes con problemas relacionados con las drogas respecto a 2011. El CSI es un programa educativo y terapéutico, que se dedica a prevenir y a tratar consumos y adicciones asociadas a las sustancias estupefacientes, así como a asistir a personas que padecen la drogodependencia y a sus familias.


El pasado año, 122 personas de la provincia altoaragonesa acudieron al CSI, 32 de ellas adolescentes y el resto de entre 25 y 50 años. Asimismo, se ha dado cobertura a 88 familias.


El psicólogo del centro, Alan Medal, ha explicado que atienden a personas desde los 14 años, que todavía no son adictos, pero que realizan consumos habituales, generalmente, de alcohol, tabaco y cannabis.


"Se trata de las sustancias que se consumen en un primer momento y los padres solicitan ayuda" cuando lo conocen y ven "que repercute en su rendimiento escolar", ha dicho, para agregar que "este tipo de situaciones son las que más nos han llamando la atención en el último año".


Según ha apuntado, "los padres se ponen en alerta cuando ya están viendo que su hijo, que suele estudiar Secundaria, sufre fracaso escolar y así empiezan a enterarse de que lleva un tiempo consumiendo y se está habituando a ello".


Generalmente, ha comentado, los chavales se inician en el consumo de las drogas con el alcohol, a través del botellón. "Se asocia directamente con la diversión y es un problema porque los jóvenes se emborrachan para divertirse y piensan que si no, no ha habido fiesta y hay que tener mucho cuidado", ha sostenido.

Población adulta

La población adulta atendida en el último año se mantiene, colectivo que consume, principalmente, cannabis, alcohol, tabaco y cocaína. Medal ha precisado que la crisis económica ha hecho disminuir el consumo de esta última sustancia, en favor de drogas más baratas e incluso hay personas que han optado por dejar de consumir.


En cuanto al perfil, ha expuesto que "se trata de personas trabajadoras, autónomos, no hay un perfil genérico de carácter socio económico, ni de nivel educativo, ya que hay todo tipo de población".


Por lo que refiere a los adolescentes, suele ser "chavales de clase media, que estudian, tiene problemas en sus relaciones y conflictos", mientras que los adultos también "son de clase media, trabajadores o, en ocasiones, personas que han perdido su trabajo, pero que han tenido una vida normalizada hasta que se han encontrado con el problema de las drogas".


Para el tratamiento, el CSI trabaja con cuatro programas, uno dirigido específicamente a adolescentes, otro al alcohol y a la cocaína, otro a la reinserción social y el cuarto centrado en las familias de las personas afectadas por la drogodependencia.