Una casa familiar para los más necesitados abierta por Cruz Blanca hace una década

Los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca cumplen diez años en la sede de la calle Calatayud, donde han duplicado el número de personas atendidas

La sede de la calle Calatayud abrió sus puertas en septiembre de 2008.
La sede de la calle Calatayud abrió sus puertas en septiembre de 2008.
Cruz Blanca

Hace diez años, el 6 de septiembre de 2008, abrió sus puertas la Casa Familiar de San Lorenzo de la Fundación Cruz Blanca en Huesca. La inauguración del nuevo centro en la calle Calatayud les permitió duplicar su capacidad y el número de personas atendidas, de 40 a más de 80. Los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, establecidos originalmente en la capital en 1976, ofrecen atención integral a ciudadanos en situación de exclusión social, con prioridad para aquellos colectivos para los que no existen otros recursos sociales y comunitarios.

En el historial del centro aparecen diferentes tipos de discapacidad, enfermedades mentales graves y crónicas y personas con VIH que necesitan un apoyo residencial específico y supervisado al carecer de apoyo en la familia o encontrarse ésta incapacitada para la atención y el cuidado; o por tener problemas de autonomía y funcionamiento psicosocial que les impiden cubrir sus necesidades de alojamiento y soporte.

En la Casa Familiar, los profesionales, voluntarios y sobre todo los residentes se sienten “protegidos y cuidados, percibimos las limitaciones menos interesantes y nuestras cualidades más conscientes”, explican desde la Fundación de los Hermanos Franciscanos. Las claves, según relata el hermano superior Juan Vela, residen en “generar confianza y saber escuchar sin prejuicios. Generamos un vínculo entre los compañeros, profesionales y voluntarios que trabajamos para que puedan proyectar su futuro y generar una familia, una red social de apoyo que hacemos entre todos. El objetivo principal es generar familia, vínculo con las personas que nos necesitan o que podamos acompañar”.

Vela recuerda con satisfacción cómo fue ese traslado y cómo ha ido evolucionando la Casa Familiar de San Lorenzo hasta convertirse en “la casa abierta a la solidaridad”. Aquel 6 de septiembre se inició “un camino desde la calle San Lorenzo a la calle Calatayud, que desde el primer momento se ha llenado de abrazos, risas, también algún lloro y penas, pero sobre todo de vida. Y ese camino lo hicieron voluntarios, residentes y familiares. Quisimos que ese sitio fuera mejor para todos y poder ayudar a más gente con dignidad”, explica el superior de los Franciscanos.

Se mantiene el mensaje lanzado por el hermano Isidoro Lezcano cuando hace 50 años fundó el Instituto de Hermanos Franciscanos Cruz Blanca con la misión de atender a los enfermos incurables y a los más necesitados: “Estar con los últimos, cerca de ellos y con la máxima dignidad que podamos darle tanto en instalaciones como en atenciones”, añade Vela.

Tras diez años de andadura, esta fecha supone para la Fundación Cruz Blanca “una gran ilusión por compartirlo con tanta gente en Huesca”. Para los hermanos, la Casa Familiar de San Lorenzo es “la casa de todos”. “Se pretende que sea de puertas abiertas y que haya mucha transparencia, que sea un espacio amplio de participación de la ciudadanía para resolver la sociedad de exclusión que generamos”, cuenta Vela. El horario de atención al público es de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.00, si bien se recomienda pedir cita previa para una mejor atención. El número de teléfono es el 974 243 042, y el correo electrónico cf-huesca@cruzblanca.org.

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