Las principales crecidas de los ríos se esperan desde hoy en el Cinca, el Ésera y el Alcanadre

Las tormentas dejaron ayer 30 litros en una hora en el centro de Huesca, acompañadas de granizo. El aviso por posibles avenidas extraordinarias se mantiene, ya que anoche se preveían más lluvias.

La alcaldesa de Ballobar denuncia el peligro de la crecida del Alcanadre con el río lleno de maleza.
Las principales crecidas de los ríos se esperan desde hoy en el Cinca, el Ésera y el Alcanadre
Heraldo

Las lluvias caídas ayer en buena parte de la provincia, con hasta 30 litros en una hora, unidas al deshielo, mantienen la alerta ante la posible crecida de los ríos, mientras los embalses del Pirineo siguen soltado agua para intentar retener posibles avenidas. La situación podría empeorar a lo largo de hoy, ya que la Aemet ha aumentado el nivel de riesgo.

Las precipitaciones fueron generalizadas. La estación que la Confederación Hidrográfica del Ebro tiene en la presa de Guara (Casbas de Huesca) registró 37 litros, de los cuales 23 se concentraron en solo 15 minutos. El aviso meteorológico para la jornada de ayer, con 15 litros en una hora en el centro y norte de la provincia, se llegó a superar. En Arguis cayeron 20 litros entre las 17.00 y las 18.00. Y en la estación del aeropuerto de Huesca se midieron a lo largo del día 28.

Hubo además tormentas con fuerte aparato eléctrico acompañadas de granizo. Por la tarde, la piedra cayó en Huesca capital, aunque sin causar daños. Lo mismo ocurrió en Benasque, ya a última hora. Tiñó las calles de blanco, pero no causó desperfectos, según el Ayuntamiento.

La Confederación Hidrográfica del Ebro lleva desde el viernes recomendando permanecer atentos a las predicciones hidrológicas y meteorológicas, así como a los avisos de Protección Civil, ante posibles crecidas. No obstante, las más importantes en los afluentes del Pirineo aragonés se esperan a partir de hoy, sobre todo en el Cinca, el Ésera y el Alcanadre. Uno de los puntos hacia los que se dirige la atención es la ciudad de Fraga, ya que el caudal del Cinca, donde la crecida llegaría el lunes, podría estar en torno a los 850 metros cúbicos por segundo, multiplicando 2,5 veces el de ayer (320).

El Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) advertía especialmente de los tramos no regulados, donde no hay embalses para laminar avenidas, y no descartaba en su último parte "la posibilidad de que las crecidas puedan alcanzar carácter extraordinario y ocasionar problemas en cualquiera de los tramos altos de los afluentes pirenaicos e, incluso, en los tramos bajos del Alcanadre y Cinca".

A última hora de ayer, la Agencia Estatal de Meteorología aumentó el aviso en el Pirineo a "riesgo importante" porque a lo largo de la noche del sábado al domingo se esperaba que en algunos puntos pudieran caer 30 litros por metro cuadrado en una hora. Asimismo se mantiene el riesgo de tormentas, viento y deshielo.

Los alcaldes toman medidas

En Fraga ya se han adaptado algunas precauciones. Para evitar posibles accidentes, de cara al fin de semana, el Ayuntamiento cortó los accesos al río, en las zonas inundables, como un azud y una badina de pescadores, totalmente anegadas. "Estamos esperando a ver cómo evoluciona la situación", dijo el alcalde, Miguel Luis Lapeña. Aunque no ha recibido ningún aviso especial de Protección Civil, la previsión de la Confederación Hidrográfica es que el caudal del Cinca, entre el lunes y el martes, pueda llegar en Fraga a los 853 metros cúbicos por segundo, más del doble del que había ayer. "El riesgo es a partir de 850 o 900 metros cúbicos", señaló el alcalde.

El Cinca se puede retener en el sistema Mediano-El Grado, pero el Alcanadre, que desemboca en esta cuenca, a la altura de Ballobar, no está regulado. "El problema lo podemos tener por el deshielo y por el Alcanadre", precisó Lapeña.

En Ballobar también se está muy pendiente de la crecida. "Sabíamos que ante la abundancia de nieve de este año, el deshielo vendría cargado", indicó su alcaldesa, Esther Saló, quien denunció que cada vez baja más maleza por el cauce y se ha quedado enganchada en los ojos del puente, dificultando la circulación del agua.

El Instituto Aragonés de Gestión Ambiental y la Confederación Hidrográfica del Ebro todavía no han dado el visto bueno a la solicitud del municipio. "Estamos atados de pies y manos para limpiar la maleza del río en zonas que pueden afectar tanto a intereses particulares como a negocios o a instalaciones municipales: viviendas, fincas, granjas o parques. Es un desastre", explicó Saló, quien además se quejó de las restricciones del "decretazo" de inundabilidad.

En otros pueblos de la comarca del Bajo Cinca también están tomando algunas precauciones en las zonas cercanas al río. En Zaidín, según dijo su alcalde, Marco Ibarz, se ha señalizado algún camino para evitar el acceso a la ribera, porque "ya se ha inundado algún campo y el río baja bravo".

En Velilla de Cinca, indicó la alcaldesa, Belén Ibarz, "el agua ha llegado hasta la mota", y cree que la corriente se ha podido llevar parte de la zona del embarcadero. No obstante, añadió, "no lo hemos podido comprobar porque no podemos acceder".

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