Dos de los principales miembros del clan de los Ortiz Perea, una de las sagas familiares de Aragón con mayor historial delictivo, han sido condenados por la Audiencia Provincial de Huesca a penas que suman casi 47 años de prisión por secuestrar a una mujer en Zaragoza, a la que abandonaron maniatada en un polígono, y atracar luego a la armería Guara de Huesca , de la que escaparon tras tirotear en la calle al dueño, que resultó herido de bala en 2016.

La sentencia les considera autores de sendos delitos de tentativa de asesinato -en el caso de Benito- y de homicidio -en el de su hermano Pedro-, robo con intimidación y uso de arma, detención ilegal, tenencia de armas prohibidas y otra tentativa de robo con intimidación y violencia en establecimiento abierto el público. Benito Ortiz Perea tendrá que cumplir más de 25 años de cárcel, mientras que Pedro ha sido castigado con otros 21 años de prisión (aunque el fallo establece un límite máximo de 20 años).

Además, la Audiencia Provincial de Huesca les condena a pagar una indemnización de 20.000 euros a la víctima del secuestro, y otros 59.000 euros al propietario de la armería, representado por el letrado Álvaro Domec, que resultó herido. También tendrán que abonar 7.667 euros a la empresa Armería Guara por el tiempo que estuvo la empresa cerrada tras el suceso, y 3.953 euros al Servicio Aragonés de Salud.

Durante el juicio, los dos acusados negaron su participación en los hechos -afirmaron que ese día estaban en Valencia cogiendo naranjas- y atribuyeron las múltiples evidencias existentes contra ellos a "un complot policial". Sin embargo, tras cinco sesiones, la Fiscalía y las acusaciones particulares mantuvieron sus peticiones iniciales que superaban los 70 años de prisión para ambos.