Abandonan a dos perros en el monte y su rescate se vuelve viral

Un ganadero de Monzón, que tiene una granja a 5 kilómetros del lugar donde aparecieron atados, los encontró y los llevó a la protectora oscense El Arca de Santi, cuya publicación ha conmovido a números usuarios en redes sociales.

Los dos animales están siendo atendidos por una protectora de Monzón, El Arca de Santi.
Los dos animales están siendo atendidos por una protectora de Monzón, El Arca de Santi.
El Arca de Santi/Facebook

Pink y Brown son dos perros abandonados que gracias a un ganadero anónimo de Monzón que los encontró en el monte y a la asociación oscense El Arca de Santi tienen la oportunidad ahora de comenzar una nueva vida.

Su historia no dista demasiado de otros muchos casos de abandono animal que llegan a las protectoras, pero en esta ocasión el llamativo color rosa con el que entregaron a uno de ellos (el galgo) ha hecho que la noticia de su rescate conmueva a numerosos usuarios en redes sociales.

"De primeras, cuando nos trajeron al animal, nos impresionó mucho el color, pero no es que lo pintaran a mala leche. El ganadero que lo encontró, intentando ayudar al galgo, le echó un antiparasitario que tenía para cerdos porque la mitad de su peso eran pulgas", comenta Lidia Pérez, una de las responsables de esta protectora oscense.

Según relata esta voluntaria, los dos animales (un galgo y otro perro mezcla de podenco con doberman) fueron abandonados en el monte, donde el bautizado como 'Pink' estaba atado a un árbol, sin posibilidad de escapar, mientras que 'Brown' permanecía quieto a su lado. Cuando los encontró el ganadero anónimo que los rescató, este último apenas se dejaba coger; pero al cargar el galgo en su furgoneta, el pequeño de este tándem comenzó a seguirles, y la astucia del hombre (que redujo de inmediato la marcha) le permitió llegar con ambos hasta su granja.

"Esto ocurrió el sábado por la tarde y este lunes por la mañana los trajo aquí. Conocía a una de nuestras voluntarias y contactó con nosotros para pedir ayuda", explica Lidia, quien se muestra gratamente sorprendida por la repercusión que ha tenido en redes sociales la publicación. En apenas cuatro días acumula cientos de reacciones y comentarios, y la historia de Pink y Brown ha sido compartida por más de 800 personas.

"Es triste que impacte esta en concreto cuando son cientos los animales, sobre todo galgos, a los que apalean o dejan tirados muertos de hambre… Historias como esta hay a patadas en el territorio español, pero el color rosa en este caso ha ayudado a que se difunda como la pólvora, y ahí estamos, consiguiendo que los recuperen", señala Pérez.

El macho ha dado positivo en leishmania y un equipo de voluntarios cuida de él para ver si se repone de la delgadez extrema y el estado de desnutrición en el que se encuentra.

"Estamos luchando para sacarlo adelante y hasta el momento hay mucha gente que se ha volcado o se ha hecho socia de Paypal para apadrinarlo. Esa es la ayuda que nos llega, siempre del ciudadano, porque a nivel institucional la ayuda es cero", lamenta.

Desde la asociación El Arca de Santi llevan 25 años realizando esta labor en la provincia oscense y según señalan, si por casos fuera tendría uno diario para contar. "Parece que siempre estamos pidiendo pero casos así nos llegan muy a menudo, aparte de todos los que se recogen que están mas o menos bien. Estamos saturadas todas las protectoras y es vergonzoso que se tengan que dar estos casos y que sean los particulares los que solucionen la papeleta. Si a día de hoy cerramos el chiringuito se ponen en la calle miles de perros y nadie controlaría leishmaniasis, pulgas, garrapatas, sarna y el resto de enfermedades que estamos tratando", sentencia esta voluntaria.

El propio nombre de la asociación también tiene su historia. Es el homenaje a un voluntario que hace 12 años murió tratando de salvar a un perro. Lidia todavía se emociona cuando lo cuenta. "Cambiamos el nombre en recuerdo de este chaval, Santi. Lo tenemos muy presente, es nuestro ángel de la guarda, que hizo el sacrificio más grande que puede hacer uno: dar la vida por alguien; y no le importó que ese alguien fuera un perro", confiesa. Ahora el animal, como otros muchos para los que han conseguido una oportunidad, vive feliz en Alemania con la familia que lo adoptó.

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