Alcaldes del Pirineo piden que Francia y Cataluña asuman los daños por el oso
El grupo de trabajo creado por la asociación Adelpa recuerda que Aragón no es partidaria ni ha participado en los planes de reintroducción
Los ayuntamientos del Pirineo han vuelto a alzar su voz contra la presencia del oso y el lobo que, aseguran, esta diezmando los rebaños. Aunque reconocen que estos depredadores son solo una parte de la problemática general de la ganadería extensiva, exigen acciones más efectivas. La Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa), que agrupa a los municipios y a las cuatro comarcas del Pirineo (Sobrarbe, Ribagorza, Jacetania y Alto Gállego), ha creado un grupo de trabajo que se reunió el martes en Boltaña.
En opinión de este grupo, la DGA debería pedir explicaciones a las administraciones que sí apoyan la reintroducción de osos porque los animales no conocen las fronteras administrativas y por lo tanto terminan causando afecciones y gastos en un territorio que no ha participado ni en las decisiones ni en la financiación que han conllevado su reintroducción. Cabe recordar que Francia soltó hace unos días dos hembras preñadas al otro lado de la frontera del Somport. Tanto este país como Cataluña han recibido fondos europeos del programa de reintroducción, mientras que Aragón y Navarra se han mantenido al margen porque se oponen a la suelta de osas eslovenas para repoblar el Pirineo.
En la reunión de Boltaña estuvieron los alcaldes de Bonansa, Montanuy, Murillo de Gállego, Foradada del Toscar y Tella-Sin, un concejal de Sabiñánigo y el presidente de la comarca del Sobrarbe.
Además, los representantes municipales del Pirineo, entre los que hay varios ganaderos, culpan al lobo y al oso de las crecientes bajas detectadas en los rebaños que en las últimas semanas se han recogido de los puertos y zonas de montaña tras la campaña de verano.
La reunión de Boltaña tenía como objetivo abordar la problemática añadida que supone la presencia de estos depredadores para la ganadería extensiva del Pirineo, que va a acelerar todavía más la desaparición de esta actividad, ha señalado en un comunicado. El grupo de trabajo considera absolutamente inútiles las medidas parciales articuladas hasta ahora por el Gobierno de Aragón (vallados, mastines ) en el caso de la montaña. La presencia de estos grandes mamíferos, afirma, es mucho más amplia de lo que se cree en el Pirineo, pero el Ejecutivo autonómico la cuestiona, añade, probablemente para no responder de los daños causados.
Tarde o temprano habrá que poner en una balanza la contribución a la biodiversidad y al medio ambiente que supone la presencia de oso y lobo en el Pirineo, frente a la que supone el mantenimiento de la ganadería extensiva, y a partir de ahí, que la sociedad y los políticos tomen decisiones con plena conciencia de lo que suponen las mismas, señala el comunicado. Teniendo en cuenta, añade, que el paisaje y la biodiversidad es consecuencia del manejo tradicional de la ganadería en el Pirineo, y no de la acción del lobo y el oso, que llevan varias generaciones ausentes de estas montañas.
A partir de estas conclusiones, el grupo de trabajo va a elaborar un modelo de gestión integral de la ganadería en el Pirineo para afrontar esta problemática. Un modelo que debe diferenciar las zonas de montaña, una especificidad que están ignorando todas las administraciones responsables, afirman. Será presentado para su debate en la próxima asamblea general de Adelpa, que va a tener lugar el día 10 de noviembre, junto con la propuesta de exigir información y explicaciones acerca de la reintroducción del oso por parte de administraciones ajenas a la Comunidad Autónoma de Aragón.
Si Aragón no es partidaria de los planes de reintroducción del oso, Francia y Cataluña, que sí lo son, deberían correr con los costes de los daños que generan. El Gobierno aragonés debería reclamar a esas administraciones, ha declarado Marcel Iglesias, alcalde de Bonansa. Los ganaderos nos plantean que están teniendo más pérdidas de ganado, que se podrían atribuir a la presencia del oso y el lobo, y también que la administración no está indemnizando por las pérdidas, porque a veces no se produce una muerte directa sino debido a despeñamientos o abortos cuando se asustan, ha explicado Iglesias.
