Gervasio Sánchez: fotografías de vida en escenarios de muerte

El fotoperiodista inaugura una exposición en la Diputación de Huesa con 70 imágenes, la mayoría inéditas

Gervasio Sánchez en una imagen de archivo
Gervasio Sánchez, en la presentación de la exposición
Rafael Gobantes

Los cronistas de guerra suelen ser reporteros de muerte. No es el caso de Gervasio Sánchez, un reportero de vida, del triunfo de la vida sobre la violencia destructora. Así lo define Gerardo Mosquera, comisario de la exposición que se inaugura este miércoles en la Diputación de Huesca, donde se muestra una selección de 70 fotografías, la mayoría inéditas, tomadas en Sarajevo, Panamá, Kosovo, Albania, Liberia o Mozambique entre los años 90 y el 2015.

Sus protagonistas son un hombre fumando junto a un cadáver de un joven muerto por un disparo, niños divirtiéndose con los restos de un carro de combate o en las ruinas de un edificio, víctimas de minas antipersona… Entre estas aparece la mozambiqueña Sofía Elface Fumo, sin piernas, retratada cuando dormía junto a su hija Alia o dando un masaje a su hijo Leonaldo. En la presentación de la exposición en Huesca, Gervasio Sánchez ha explicado que después de varios años sin verla volvió a Mozambique. Habia tenido otro hijo y estaba embarazada de nueve meses. Justo ese día se puso de parto para dar a luz a su cuarta hija, a la que llamó Ana María, en memoria de las dos hermanas de Sofía, víctimas también de la explosión de la mina que se llevó sus piernas. Protagoniza varias fotografías tomadas entre 1997 y 2007.

Pese a todas las adversidades que retrata, detrás de ellas hay vida. Y ‘Vida’ es el título de esta exposición, producida por el Centro de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada y que después de pasar por esta ciudad y por Santiago de Compostela recala en Huesca. Para Gervasio Sánchez, exponer en Huesca era “un sueño”. Su trabajo con el comisario de la muestra surgió en un momento de vital de mucho trabajo y en el que buscaba un descanso, “pero me engatusó diciéndome que mi obra le interesaba porque habla de la vida y no de la muerte”. De hecho, entre las 70 fotografías, solo aparece un cadáver.

El fotorreportero, cuyos trabajos se han publicado en Heraldo de Aragón y La Vanguardia, colaborador de la cadena Ser y la BBC y autor de varios libros, ha recordado que detrás de todos los momentos duros de las guerras vividas, en las que ha visto poca gente que quisiera morir antes que matar y ha conocido a mujeres brutales, “tan salvajes como el hombre”, y a legiones de asesinos impunes, “si uno rebusca y tiene paciencia aparecen momentos sublimes que te emocionan”. Sobre el objetivo de su trabajo, ha dicho: “Cuando vas a una guerra es importante documentarla, para que nadie diga que no ha ocurrido”.

El comisario de la muestra, por su parte, ha destacado también la visión artística que se desprende de las fotografías de Sánchez. Parafraseando a Antonio Muñoz Molina, ha declarado: “En el disparo de su cámara siempre hay denuncia y siempre hay poesía”. “Los sobrevivientes pueden ser también vencedores, y Gervasio Sánchez los retrata en su incorporación a la vida”. Gerardo Mosquera estuvo durante tres días en su casa “viendo horrores”, para revisar su trabajo y seleccionar las imágenes de la muestra. Allí se dio cuenta de que eran testimonio de cómo la vida sigue adelante en condiciones extremas.

Mosquera, crítico de arte cubanoque ha organizado exposiciones en los cinco continentes, nunca se había encontrado con una sala tan especial como la de la Diputación. Las ruinas romanas del espacio han supuesto “un lujo y un desafío”. En un guiño a este entorno singular, ha colocado en medio de los restos arqueológicos, la foto de un niño mutilado por una mina antipersona en los templos de Angkor (Camboya), declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La diputada de Cultura, Berta Fernández, ha destacado en la presentación de la exposición del “multipremiado” Gervasio Sánchez su habilidad para transmitir las realidades sociales de las contiendas, escenario de violencia, haciendo al mismo tiempo un canto a la vida. Y con ese espíritu las visitas guiadas a la exposición se han bautizado con el título de ‘La guerra no es un espectáculo’. Tendrán lugar el 12 y 13 de marzo, por la mañana para estudiantes y por la tarde para el público en general (de 16.00 a 17.45 y de 18.00 a 19.45), guiadas por el propio fotógrafo.

Las exposiciones de la Diputación van acompañadas de una parte didáctica, y por ello, además de las visitas guiadas, dos días antes, dirigirá un taller en el aula de formación de la Diputación, donde hablará de para qué sirve la fotografía de conflicto, sus primeras imágenes de los años 80 y 90, la importancia de la guerra de Bosnia en su vida profesional y personal (“en aquel matadero aprendí que la guerra no se puede contar”) o de sus series sobre vidas minadas, desaparecidos o mujeres de Afganistán. La matrícula es gratuita, por riguroso orden de inscripción, en el correo artesplasticas@dphuesca.es.

Asimisimo, para acercar los contenidos de la muestra a todos los ciudadanos, se ha programado un amplio programa didáctico adaptado a las necesidades de distintos colectivos: actividades para centros educativos, desde Infantil a Bachillerato, para público con necesidades especiales, un taller para familias, visitas guiadas para grupos organizados y otras para público individual (18 de marzo, 15 de abril, 29 de abril, 13 de mayo y 20 de mayo, a las 12.30). El programa se adapta a cada grupo y las actividades son gratuitas.

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