Cada temporada estival se producen en el Pirineo entre 200 y 300 rescates. Para prevenir accidentes y en el marco de la campaña Montaña Segura, se ha puesto en marcha un estudio que analizará el grado de preparación y el equipamiento de los excursionista, con la idea de evitar al máximo las incidencias en el medio natural. Durante el verano se están realizando encuestas en ocho localizaciones distintas del Pirineo: el valle de Estós, el Aneto, Monte Perdido, el Balcón de Pineta, la Faja de Pelay, Bachimaña, Respomuso y el ibón de Acherito.

"El objetivo es saber quién está yendo adónde, a qué hora y con qué equipo", explica Marta Ferrer, la coordinadora de Montaña Segura, campaña de prevención de accidentes financiada por el Gobierno de Aragón, la Federación Aragonesa de Montaña y Aramón. La encuesta pregunta datos sobre la procedencia del excursionista, el destino, si lleva mapa, brújula, GPS, teléfono o botiquín, una previsión de su horario para realizar la ruta y su experiencia en el tipo de recorrido elegido. Además, los encuestadores comprueban el tipo de calzado y la equipación.

Estos sondeos se realizaron entre los años 2000 y 2011 pero se interrumpieron. Ahora se han retomado, en los mismos lugares donde se llevaron a cabo hasta hace cinco años, para ver la evolución de los parámetros de seguridad. "Queremos hacer un retrato de las personas que van a la montaña y ver dónde tenemos que incidir", señala la responsable de la campaña Montaña Segura. Normalmente, en rutas técnicas se lleva una buena equipación, comenta esta especialista. Los accidentes, dice, son más "un problema de toma de decisiones y de experiencia, cuando además la planificación no se ha hecho correctamente en cuanto a la meteorología o a la duración de los itinerarios".

Por otra parte, y por segundo año consecutivo, se han organizado charlas abiertas sobre la ascensión al Aneto y al Monte Perdido, las cimas más frecuentadas del Pirineo y que ocupan la primera y la tercera posición en la lista de cumbres más altas. En cada caso se realizan ocho convocatorias, en las localidades de Benasque y Torla, respectivamente, entre el 29 de julio y el 23 de agosto. El objetivo es dar consejos básicos a los montañeros interesados en subir a esos picos e información sobre las condiciones de los accesos o el material necesario.

En las fichas que se reparten durante las conferencias, acompañadas de mapas, se informa con detalle de los riesgos. Entre otras cuestiones, se menciona que la ascensión al Aneto obliga siempre a pisar nieve o hielo, por lo que son necesarios piolet y crampones. También se advierte sobre los peligros del paso de Mahoma, por la verticalidad de la caída, la sensación de vértigo, la densidad de personas cruzando, los resbalones o la vulnerabilidad en caso de tormentas a la caída de rayos. Respecto a Monte Perdido, el techo del Parque Nacional de Ordesa, se avisa de uno de los principales riesgos, el paso por La Escupidera, una pendiente que acaba en un cortado, considerado un punto negro en el Pirineo por el número de accidentes mortales.

Susto por un jabalí

La Guardia Civil atendió ayer a seis excursionistas lesionados en el Pirineo y la sierra de Guara. Entre ellos, una montañera que fue sorprendida por un jabalí en el Tozal de Guara. Aunque el animal no le provocó heridas y todo quedó en un susto, llamó para pedir auxilio y fue evacuada en helicóptero a Nocito.

En los otros rescates, se auxilió a un menor francés en Góriz con una lesión de tobillo; a dos barranquista heridos en el valle de Literola (Benasque), y en la Peonera (Alquézar) que no podían continuar con el descenso; y a una montañera con una fractura de tobillo en Bernatuara (Torla), en el Parque Nacional de Ordesa. Al cierre de esta edición, la Guardia Civil mantenía un operativo para socorrer a un escalador en Rodellar con una luxación de hombro. No se le pudo evacuar en helicóptero por la tormenta.