Villanúa fumiga 2,5 hectáreas de pinar en su lucha contra la procesionaria

El proyecto comenzó a principios de año, con una inversión de 56.900 euros. Se ha actuado sobre los alrededores de la urbanización de Santiago, la zona habitada más afectada.

Los operarios han fumigado durante tres días en la urbanización de Santiago.
Los operarios han fumigado durante tres días en la urbanización de Santiago.
Ayto Villanúa

Un total de 2,5 hectáreas de pinares de la urbanización Santiago, en Villanúa, han sido sometidas a un tratamiento contra la procesionaria la semana pasada. La acción forma parte de un plan que el Ayuntamiento emprendió el año pasado y para el que se han invertido alrededor de 56.900 euros.

Como medida de prevención, a principios de año se procedió a la limpieza de la masa forestal que rodea las zonas boscosas más afectadas por la aparición de estas orugas. Se trataba de evitar así que la plaga se intensificará durante la primavera y el verano, las épocas de expansión de la procesionaria.

La segunda fase del tratamiento llega ahora, con el otoño, cuando la procesionaria más se expande y cuando más efectiva es la fumigación. El proceso se llevó a cabo durante tres días de la semana pasada, aprovechando además que las condiciones meteorológicas eran las adecuadas, con un tiempo seco que permite que el producto se impregne bien en los árboles y aumente su efectividad.

La zona fumigada ha sido la del pinar de la urbanización de Santiago, por ser el lugar habitado donde se ha detectado una mayor afección de procesionaria. En la primera fase también se actuó sobre este espacio, junto con el del Pico de la Selva.

El Ayuntamiento de Villanúa hace frente a esta plaga con sus propios medios, empleando el superávit presupuestario generado en 2016 para afrontar esta inversión económica. “Ante la falta de actuación de otras administraciones, hacemos el esfuerzo de intentar combatir la procesionaria porque si no, se puede convertir en un problema de salud pública”, explica Luis Terrén, alcalde de la localidad.

Y es que además de afectar a los árboles, la procesionaria puede causar alergias o picaduras en personas y animales. Para frenar esta plaga, ya que eliminarla es prácticamente imposible, el Ayuntamiento ha confiado en Ambién, la empresa oscense de soluciones ambientales que está ejecutando el tratamiento.

El proceso consiste en fumigar los pinares de las zonas afectadas a base de Bacillus Thuringiensis, un insecticida biológico muy efectivo contra las larvas de insectos, como la procesionaria.

A finales de 2016, cuando el Ayuntamiento decidió elaborar este plan de ataque para paliar la procesionaria, se calculó que los nidos de estas larvas se habían quintuplicado. Estos datos fueron los que llevaron a tomar la decisión de actuar de forma urgente, aprovechando el excedente económico.

En aquella primera fase, se preparó el terreno para su posterior fumigación, la actual. Entonces, se limpió una franja forestal de 50 metros alrededor del pinar de Santiago y del Pico de la Selva.

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