Técnicos en restauración han perfeccionado su buen hacer con los tejidos a través de un curso de la Fundación Santa María de Albarracín. Los conocimientos han sido puestos en práctica en piezas de la colección de la catedral, así como en tapices del Museo Diocesano.

“La extraordinaria respuesta positiva del alumnado, con una admirable implicación y la minuciosidad del trabajo bien hecho” son los motivos que desde la organización se alegan para calificar de “exitoso” este curso.

Con este tipo de iniciativas, que se ofrecen durante todo el año, además de formar a expertos en la materia se contribuye a una mejor conservación de los bienes patrimoniales de Albarracín.

En este caso, al tratarse de un curso avanzado, los alumnos-restauradores ya disponían de una base firme de conocimientos teóricos y prácticos. Gracias a ello, se ha podido desarrollar un plan de intervención para minimizar o parar los deterioros y conservar las obras. Los trabajos que se han llevado a cabo son de limpieza, alineado, tinción y consolidación.

Previo a ello, se realizó un análisis de las obras a restaurar, sobre las propiedades de los materiales con los que estaban hechas, las causas de su deterioro o el inadecuado estado de conservación y almacenamiento que se había llevado a cabo.

Las obras intervenidas han sido de diferentes tamaños y se localizaban en lugares diferentes, con entornos distintos de trabajo. En concreto, se ha trabajado sobre los tapices de la serie de Gedeón, del siglo XVI, situados en el Museo Diocesano. Además, se ha finalizado con los trabajos de consolidación de una capa pluvial de seda del siglo XIX, y se han restaurado dos estolas de los siglos XVIII y XIX.

Han completado el curso los inicios de los trabajos sobre varias piezas de indumentaria litúrgica ubicadas en la sacristía de la Catedral y un estudio sobre el estado de conservación de las estolas.