La última transformación en regadío de Pina, pendiente desde hace ya quince años

La futura comunidad de La Atalaya, con 606 hectáreas, se promovió en 2003 en el Plan del Bajo Ebro Aragonés (Pebea).

Néstor Cacho, José Manuel Aznárez y Gerardo Salvador observan el paraje de La Atalaya de Pina.
La última transformación en regadío de Pina, pendiente desde hace ya quince años
Raquel Labodía

"Llevamos 15 años peleando y no tenemos ni una explicación ante este retraso. Será un problema entre administraciones, pero en medio estamos nosotros". Los agricultores Gerardo Salvador, Néstor Cacho y José Manuel Aznárez, este último presidente de la comunidad de regantes de La Atalaya, resumen el sentir general de los afectados por la última transformación en regadío de Pina de Ebro y reclaman que se acelere la tramitación. Abarcará unas 606 hectáreas (pertenecientes a 62 propietarios) que el Gobierno de Aragón impulsó en 2003, dentro del Plan Estratégico del Bajo Ebro Aragonés (Pebea). En 2005, el Ejecutivo autónomo declaró de interés general para la Comunidad esta iniciativa, que tiene que pasar todavía por la fase de concentración parcelaria.

Pina cuenta con dos comunidades de regantes –La Acequia y Los Llanos– y otra que está en constitución, La Atalaya, mientras no se disponga de la concesión de caudales por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro. El proyecto surgió para poner en riego casi 1.600 hectáreas, pero desde entonces se ha reducido a poco más de 600. La idea, además, es que cuente "con un sistema de bombeo con energía solar pionero en España", explicó Antonio Romeo, ingeniero agrónomo.

Es la última transformación para regar el suelo que ya estaba incluido en el plan histórico de 1911, cuando se redacta el primitivo Proyecto de los Riegos del Alto Aragón. En 1956 se reduce su superficie de las 300.000 hectáreas iniciales a 172.000 (pero no afecta a Pina). En 1985-86, se declara de interés la zona regable de Monegros II y se aprueba el Plan General de Transformación. Sin embargo, a partir del año 2000 se descarta por motivos medioambientales. Se trata del único regadío que puede crearse en esta localidad de la Ribera Baja del Ebro, en la que el 71% de su término –que abarca 30.920 hectáreas– tiene alguna figura de protección: 22.000 hectáreas fueron declaradas ZEPA, LIC o PORN. Estas calificaciones medioambientales de la Red Natura 2000 provocaron que Pina de Ebro se quedara sin los regadíos previstos inicialmente en el plan de Monegros II.

El Pebea de La Atalaya es la última posibilidad de desarrollo que le queda a la agricultura de Pina. Según los agricultores, "sería beneficioso para el pueblo, porque contribuirá a que haya riqueza y trabajo".

El presidente de la comunidad de regantes de La Atalaya recuerda que el entonces Departamento de Agricultura de la DGA no quiso impulsarlo porque al mismo tiempo se iba a hacer la modernización de los regadíos de la Acequia (en 2006 y 2007), y se decidió no trabajar en dos actuaciones en un mismo municipio. Pero luego, dice, llegó la crisis.

El Ayuntamiento posee unas 153 hectáreas y se ha ofrecido para facilitar que todos los propietarios que lo deseen dispongan de una parcela viable, tal y como mencionó la alcaldesa, Marisa Fanlo. La parcela mínima será de 10 hectáreas y la idea pasaría por enajenar fincas para realizar parcelas viables completando las de otros regantes y fomentar la incorporación de agricultores jóvenes. Por su parte, el ingeniero agrónomo Antonio Romeo se refirió a las otras dos comunidades de regantes que existen en Pina. Los Llanos, según señaló, es una comunidad que tiene que modernizarse, ya que tiene infraestructuras obsoletas. Respecto a la comunidad de La Acequia, Romeo afirmó que "es modélica", porque cuenta con modernos sistemas de riego que permiten un telecontrol de las compuertas de parcela y la detección del final de la fase de avance del agua.

Para Romeo, "Pina ha demostrado que existe un modelo de modernización integral mediante riego a lámina libre tecnificado que compite perfectamente con los riegos a presión modernizados en eficiencia en manejo del agua, control y medición del uso del agua, automatización y coste del riego". Puede ser, además, "exportable a otras huertas viejas y a otros países". "La política de cooperación de varias comunidades de regantes puede ser muy interesante de cara al futuro", dijo.

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