Zuera: un perro por cada cuatro habitantes y sus problemas de CanVivencia

El municipio zaragozano cuenta con más de 8.000 habitantes y en torno a 1.800 perros censados

Una de las actividades en el espacio camino
Una de las actividades en el espacio camino
Camino Ivars

Mejorar la convivencia entre personas y animales, en concreto con los perros. Este es el objetivo principal del Proyecto CanVivencia que inició la empresa zaragozana Espacio Ítaca en el año 2014. Una propuesta de actuación social que nacería en la capital aragonesa pero que ahora da el salto de la villa de Zuera donde se implementará a través de charlas, actividades con los vecinos y ejercicios al aire libre durante los próximos 6 meses.

El pasado 5 de diciembre tuvo lugar la sesión de presentación del proyecto dirigido por Raúl Hueso. “Se trata de un proyecto que se basa en la colaboración entre profesionales, entidades de gestión animal y asociaciones vecinales con el objetivo de fomentar la sana convivencia entre personas independientemente de que tengan o no animales”, explica Hueso. Y es que este punto es básico a la hora de acabar con este tipo de problemas, ya que es imprescindible, asegura Hueso, escuchar siempre lo que tienen que decir todas las partes afectadas: “Nuestra apuesta es que a través de estas propuestas se abra un camino hacia la resolución de los conflictos y para ello la comunicación es fundamental”.

En su opinión, el mayor problema a la hora de compartir espacios públicos con nuestros compañeros animales se basa en el desconocimiento. Por eso, el primer paso en el caso de Zuera fue establecer una serie de normas adaptadas a las peculiaridades de los vecinos de la localidad zaragozana que tiene un perro por cada cuatro habitantes –más de 1.800 según el último censo-.

En la mayoría de los casos se enfrentan a problemas de civismo relacionados con excrementos, paseos o molestias como ruidos u ocupación de espacios. “Si nuestro perro no se encuentra bien o está nervioso tenderá a ladrar más o enseñar los dientes. El animal intenta comunicarse con nosotros por lo que debemos de ser capaces de entenderlo”, añade Hueso.

Un primer paso ha sido el de escuchar las opiniones y versiones de quienes tienen y no un perro en sus casas. “La segunda sesión tuvo lugar el pasado día 17, ya centrada para vecinos de Zuera con perros, y tuvo lugar en el espacio que recientemente ha habilitado el ayuntamiento para esparcimiento canino”. A la cita acudieron unos 20 vecinos que fueron conocedores de primera mano de la normativa de usos de ese espacio.

“Básicamente hemos diseñado unas normas como la prohibición de collares de castigo o la limitación del número de perros en su interior”, afirma Hueso. “Lo importante es que mientras estén allí estén a gusto y no molesten”, concluye. Sin embargo, Zuera tiene otros muchos problemas como la falta de control sanitario en cuanto a la población animal: “De los 1.800 perros censados, tan solo el 50% lleva un control de la vacunación obligatoria de la rabia, por ejemplo”.

Sin embargo, el proyecto CanVivencia no es más que la punta del iceberg de un completo plan de acción del consistorio de la localidad zaragozana, que hace unos meses publicaba su nueva ordenanza animal tras varios años de espera diseñada junto a los asesores de Espacio Ítaca. “En Zuera teníamos una ordenanza muy anticuada y era hora de actualizar la normativa”, asegura Marta Abengochea, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zuera.

“No solo nos interesaba desarrollar un plan para fomentar la convivencia de nuestros vecinos sino para mejorar el bienestar de los animales y tratar de paliar el problema de los abandonos”, asegura. Por eso, asegura  que el objetivo del ayuntamiento era, por un lado, diseñar una serie de protocolos para saber cómo actuar en según qué casos, así como acabar con la guerra abierta entre los vecinos con y sin perros.

Alcañiz y las zonas de convivencia compartida

Por otro lado, desde Espacio Ítaca aseguran que su plan es seguir llevando este proyecto de CanVivencia a todos los rincones de la Comunidad Autónoma. Y para eso han seguido con su plan de establecer contacto con ayuntamientos, asociaciones y comunidades de vecinos que quieran poner fin a este tipo de conflictos sociales. Además del barrio Oliver, donde se llevó a cabo una serie de talleres hace ya tres años, en la actualidad trabajan en un proyecto de ordenanza en Alcañiz.

“Igual que ocurría en el caso de Zuera, nos encontramos con una ordenanza anticuada, y que no se modificaba desde los años 80. Las leyes en materia animal están cambiando y afortunadamente lo van a seguir haciendo en pro del bienestar animal”, asegura Hueso, haciendo referencia a la reciente publicación en el BOE de la ratificación por parte de España del Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía, el cual prohíbe, entre otras cosas, las cirugías que tengan por objetivo modificar el aspecto del animal o que se hagan con fines no curativos o el castigo innecesario para la educación o el castigo de los animales.

En su opinión, esta última es una de las modificaciones más importantes. “Se van a empezar a prohibir materiales de castigo y vamos a tener que enseñar a la población a educar de otra manera para dejar de entender el castigo como una forma de relacionarse con los animales”, concluye Hueso.

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