Laura Martín: "Vamos a invertir más de lo previsto en Teruel por la capacidad de absorción de las empresas"

La directora del Instituto de Transición Justa apunta a una inyección extra de 15 millones de euros en Andorra y las Cuencas Mineras por parte del Ministerio.

Laura Martín, directora del Instituto de Transición Justa.
Laura Martín, directora del Instituto de Transición Justa.
Enrique Cidoncha

Se cumplen cuatro años del cierre de la térmica de Andorra y el convenio de Transición Justa sigue sin firmar.
Lo presentamos hace un año y se iba a firmar, pero vinieron las elecciones. Lo cierto es que hemos desarrollado todas las actividades sin firmarlo, no hace ninguna falta. 

¿No ha retrasado o entorpecido el despliegue de los fondos?
No ha supuesto ningún retraso. Al revés, hemos priorizado las líneas de ayudas porque es lo que va a proyectos, personas y actuaciones concretas. 

El convenio prometía 200 millones de dinero público. ¿En qué grado de ejecución se encuentra?
De la parte que tiene que ver con el Ministerio estamos ya en más de 100 millones de euros. A esa cuantía se suman otros cerca de 100 millones de euros que va a gestionar el Gobierno de Aragón, del fondo europeo de Transición Justa. Y hay que añadir las inversiones que vienen del concurso del Nudo de Transición Justa, que no requieren dinero público. 

Respecto al Nudo Mudéjar, ¿en qué punto se encuentra?
Va bastante bien. La parte ambiental ya está en audiencia. En cuanto a la parte socioeconómica, también vemos el avance con Endesa. Esta semana, por ejemplo, se ponen en marcha dos comunidades energéticas de autoconsumo, una de ellas la de Calanda, que con 1.200 familias será la mayor de España y probablemente de Europa.

¿Cuántas empresas y ayuntamientos se han podido acoger a las ayudas? 
Hemos llegado ya a 60 empresas beneficiarias. Las últimas que se están notificando son una planta de reciclaje fotovoltaico, otra de pellets en Andorra… De proyectos municipales hay 43 con 22 millones de euros. Es la parte que más nos va a costar gestionar, porque tenemos que acompañar a las entidades. Luego, el Nudo en sí mismo son unas cifras espectaculares. Endesa tiene que formar a 1.300 personas, llevar autoconsumo para casi 3.000... En formación, se han ofertado unos 48 cursos. Hasta tenemos hasta un programa cultural dinamizador que ha tenido 166 actuaciones por 52 artistas locales. Hemos llegado a los compromisos del convenio y lo vamos a sobrecumplir. Durante 2024 seguiremos sacando líneas y superaremos los 100 millones hasta los 110 o 115. Al final, habremos invertido más dinero del previsto en Aragón, entre otras cosas, por la capacidad de absorción de sus empresas.

Las comarcas afectadas critican la lentitud del proceso de transición después de cuatro años.
Sinceramente, no creo que haya retrasos. Los cierres son difíciles, la gente lo pasa mal y se vive todo con incertidumbre. Pero desde el punto de vista de la Administración, en estos cuatro años hemos tenido que sacar más de 30 convocatorias. Eso es algo completamente excepcional. Sí es verdad que después de adjudicar determinados fondos, a veces los proyectos te piden ampliación de plazo. Hemos tenido momentos como la pandemia o el incremento de precios por la crisis de Ucrania, y hemos sido flexibles. 

Ahora llegan los 90 millones que gestionará la DGA. ¿Se centrarán en los mismos objetivos? 
Es algo que debe presentar el Gobierno de Aragón, pero desde la negociación previa que se hizo con la UE y que terminó en diciembre de 2022 se fijaron unas líneas claves como la economía circular, la cadena de valor renovable, la descarbonización de la industria y todo un abanico de diversificación de las zonas donde entran cualquier tipo de proyecto.

En empleo, ¿qué grado de recolocación se ha logrado?
Los de las minas se han recolocado porque en Aragón no teníamos empresas en situación concursal como en el resto de España, y han sido ellas mismas las que han hecho la restauración financiadas por el Instituto. En nuestra bolsa de trabajadores, exmineros que estén en el desempleo tenemos cero. En cuanto a los de las térmicas, Endesa tenía que priorizarles en las labores de desmantelamiento y también se les está ofreciendo formación. De los inscritos en esa bolsa de trabajo, el porcentaje de desempleo está por encima del 20%, seguimos trabajando con esas personas. Van a tener la oportunidad ahora de emplearse en muchos de los proyectos que se ponen en marcha.

Existe el temor a que el empleo generado esté vinculado a la construcción de los parques renovables, que una vez en marcha requieren de poca mano de obra.
Va a haber una explosión de trabajos de instalación renovables, y eso trasciende las posibilidades de los desempleados de la zona, con lo cual va a venir gente de fuera. Pero nosotros ofrecemos ayudas para los empleos a largo plazo, que pueden no tener nada que ver con el Nudo de Andorra ni con la instalación de plantas. Además, ofrecemos formación pensando en otros vectores, como gestión de residuos. Entre los trabajadores de las dos minas y de la central había 534 empleados, y ahora mismo, antes de que llegue el fondo gestionado por el Gobierno de Aragón, hablamos de ya mil empleos directos. Esto no pasa en ninguna otra zona de España.

Hay municipios como el de Andorra que piden concesiones de agua para lograr atraer a los nuevos proyectos. ¿Están buscando soluciones con la Confederación?
Se está analizando. En la zona tenemos unos recursos escasos para todos los proyectos. Hay que gestionar de una manera eficiente y por supuesto dar posibilidades, desde Confederación se está haciendo ese trabajo. Necesitan las autorizaciones y eso hace que los proyectos se vayan ajustando a un contexto de sostenibilidad. 

En cuanto a las convocatorias para entidades locales, los ayuntamientos se quejan de que algunas se quedan desiertas por los exigentes requisitos.No se ha quedado desierta ninguna, hay cientos de proyectos, han tenido mucho éxito. Primero tuvimos unos convenios a través de la comunidad autónoma y ahora, en estas últimas convocatorias que sacamos por concurrencia competitiva, hemos trabajado directamente con los ayuntamientos. Lo hicimos para que fuera ágil, porque cuando tenemos tres niveles de la Administración haciendo convenios, nos alargamos un poquito. Pero es verdad que les ha obligado a los ayuntamientos a pensar proyectos para competir unos con otros y tenerlos que hacer bien. Vamos a tener que trabajar muchísimo apoyando a las entidades locales porque no se trata solo de conceder la ayuda. Hay que ayudarles todo el tiempo. Tienes vivienda social, centros de innovación, proyectos turísticos, de recuperación del patrimonio industrial… es muy diverso.

¿Cree que se conseguirá revertir los problemas de despoblación en la provincia?La despoblación en Teruel ya se está revertiendo. Esos éxitos vienen de su talento, de su capacidad de hacer propuestas y de desarrollar empresas. Hablamos de 43 proyectos municipales, de duplicar el empleo que existía en la central... Creo que vamos a ganar población y que vamos a ganar empleo.

¿Cómo se debe hacer el despliegue de las renovables en el territorio sin causar contestación social?No estamos en contra de la instalación de las renovables, pero nos gustaría que dejaran más beneficios en el territorio. Hay tres elementos a trabajar. Uno es el ambiental, tenemos que ser rigurosos y garantistas y creo que desde el Ministerio lo somos. Otro tiene que ver con el conflicto que haya entre diferentes sectores, porque hay algunas actividades como el turismo que se sienten amenazadas por elementos paisajísticos. Y el tercero es la gente de la zona, que reclama que las renovables dejen más beneficios allí donde se producen. Yo creo que el concurso del Nudo de Andorra encaja muy bien en los tres elementos.

¿En qué se diferencia la transición de Andorra del resto de iniciativas similares del país?Como directora del Instituto para Transición Justa, yo trabajo para todas las zonas con la misma dedicación y con las mismas ganas de que todo salga bien. Pero en esa zona de Teruel hemos contado con elementos que no contamos en el resto de España y que hacen que los resultados vayan a ser mucho mejor. Va a ser el mejor caso de Transición Justa de España, pero también de Europa, y un caso internacional de estudio. Teníamos posibilidad de implantación de renovables, además era un sitio donde los fondos mineros no habían funcionado mal. Y de hecho habían creado un emprendimiento muy innovador. Es una zona donde el empresariado es vibrante, comercializa sus productos a nivel internacional. Allí si siembras con líneas de ayudas, hay mucha más absorción que en otras zonas de España. Y finalmente teníamos empresas mineras responsables que hicieron una parte de la transición.

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