Rafael Bengoa: "La sanidad actual sigue un modelo del siglo pasado"

¿Cómo está hoy la sanidad?

Está en un momento complicado. Se confirma una cierta erosión en todas las comunidades autónomas y en muchísimos países, y no tiene relación con los colores políticos. Es una tendencia que ha surgido, no porque haya voluntad de exceso de recortes, sino porque hay una demografía explosiva, que lleva a una cronicidad explosiva; además de los restos tras una pandemia. La suma de todos estos factores desestabiliza a cualquier organización.

¿Recuerda dónde estaba cuando se declaró el primer estado de alarma por la pandemia de covid? 

Estaba en Bilbao, en casa. En Europa había un exceso de tranquilidad, comparado a lo que estaba ocurriendo en Estados Unidos. A mitad de febrero, como tengo muchas conexiones con Harvard, donde enseño, los epidemiólogos ya se habían empezado a poner muy nerviosos.

Han pasado ya cuatro años. ¿Qué se podía haber hecho mejor?

Muchísimas cosas. Sobre todo, habernos preparado mejor, porque una vez que la tienes encima es una situación de bomberos, de tener que apagar el fuego. Las epidemias, que hay y seguirá habiendo, hay que prepararlas entre pandemias, no cuando ya las tienes encima.

¿Cuándo supo que se quería dedicar a la salud pública? 

Desde muy pronto. Mi padre era un hombre de nutrición, de salud pública, y yo bajo esa influencia vi que era necesario razonar más en términos obviamente proactivos y preventivos.

¿La covid demostró la importancia de la salud pública?

Sí, pero sigue estando flojita. Una de las grandes lecciones ha sido la necesidad de reforzar la salud pública, pero yo no veo que esté ocurriendo a nivel estatal. El informe independiente que se hizo finalmente sobre la gestión de la covid no debe estar en un cajón. En esa implementación está el reforzamiento de la salud pública de forma estructurada. Tenemos que estar muy pendientes de lo que está pasando y prevenir. 

El Congreso ha constituido la comisión de investigación sobre los contratos de mascarillas.

La situación de emergencia puede conllevar decisiones erróneas, pero nada justifica aprovecharte de esa situación. Contratos de medicamentos, vacunas... creo que no se han explorado todavía.

Asesoró a Obama en sanidad. ¿Cómo recuerda esa etapa?

En 2011, Obama lanzó un programa para cubrir a los estadounidenses que estaban sin cobertura sanitaria y prohibió que los seguros privados pudieran rechazarte por tener una enfermedad previa. Pero sigue habiendo más de 20 millones de americanos sin cobertura. El esfuerzo que se hizo ha sido fantástico y esperemos que el señor Trump, si es que es presidente, no lo consiga deshacer. Buscaban a dos o tres europeos que trasladaran cómo se logra el consenso para la cobertura universal en sanidad.

Habló en Zaragoza de una sanidad inadaptada a los tiempos.

Sí, y cómo salir de ese impás. No es que el sistema tenga una enfermedad incurable, pero un problema complejo requiere de una serie de cambios complejos. Y que necesitan bastante capital político detrás y que los partidos políticos se pongan de acuerdo.

¿Conoce qué se está haciendo en sanidad en Aragón?

No lo conozco en detalle, pero sé que va a tener los mismos problemas que tenemos todos. Porque el modelo que montamos en el siglo pasado ya no corresponde a los retos que tenemos encima.

¿El sistema está obsoleto?

Estamos intentando hacer la sanidad del siglo XXI con el arreglo organizativo del siglo pasado, de hace más de 40 años. Y fíjate lo que ha cambiado todo, el mundo, internet... Y nosotros seguimos con un modelo de un poquito de primaria y te derivo al hospital. Y ya veremos lo que hacemos con la prevención. Obviamente eso no va a ningún sitio. 

Aragón es un territorio envejecido, con una alta dispersión.

Bueno, hay que tener en cuenta eso, pero también la falta de profesionales médicos. Obviamente ha habido una falta de planificación a nivel nacional y es hora de corregirlo para asegurar que dentro de siete u ocho años no nos falten unas cuantas especialidades. Y eso hay que hacerlo ya.

Esa planificación no salva el momento actual.

Ahora toca hacer dos cosas. Una, devolver algo de ilusión al mundo de los profesionales de la salud, para que tengan más control sobre su agenda, sobre cómo organizar los recursos humanos. La otra es buscar un nuevo arreglo de quién hace qué. Y la enfermería tiene más potencial que el que está desarrollando. El sistema debe ser proactivo y anticiparse.