sanidad

Primera plaza mir en Aragón: "Estoy muy contento e ilusionado y con muchas ganas de empezar"

Andrés Ederra Galé, de 24 años, se ha enterado en Tauste de que ha obtenido su deseado puesto en dermatología en el Hospital Miguel Servet.

Andrés Ederra, en el jardín de su domicilio en Tauste, donde se preparó el examen mir.
Andrés Ederra, en el jardín de su domicilio en Tauste, donde se preparó el examen mir.
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El joven Andrés Ederra Galé, de 24 años, es natural de Tauste, donde ha recibido este lunes el esperado correo electrónico con la confirmación de que ha conseguido la plaza que anhelaba para médico interno residente (mir). Es la primera que se ha adjudicado en Aragón y en poco menos de un mes comenzará su formación como residente en dermatología en el Hospital Universitario Miguel Servet, donde permanecerá los próximos cuatro años.

"Estoy muy contento e ilusionado y con muchas ganas de empezar", relata a través del teléfono: "He pasado muchos nervios. No me gusta tener las expectativas altas ni confiarme para evitar chascos, y hasta que no he recibido el correo de que tenía la plaza no he descansado". Su móvil echa humo, entre llamadas y mensajes de familiares y amigos y, a media mañana, aún no había tenido tiempo de responder a las múltiples muestras de cariño: "Nada más conocer la noticia tenía que acompañar a mi abuela al centro de salud". Su familia, su pareja y sus amigos, según reconoce, han sido su gran apoyo.

Dermatología era su primera opción, y además, en su tierra: "Lo que me importaba no era conseguir el mejor puesto en el mir; lo que quería de verdad era lograr una plaza que me hiciera feliz". Decantarse por esta especialidad, según reconoce, ha sido "un proceso complicado": "En la carrera me encantó la asignatura, pero cuando la estudié sabía que se necesitaba mucha nota. Me conozco a mí mismo y no me quería meter esa presión". 

Así que no figuraba inicialmente en sus quinielas. Tanto es así que no la eligió para rotar por prácticas: "Fue por temor a que me enamorase definitivamente y ya no hubiera otra opción". Sin embargo, después de hacer el examen, y con el puesto número 93 -para optar a una de las 8.772 plazas mir a nivel nacional- visitó distintos servicios, entre ellos los de dermatología del Servet y del Clínico (cada hospital ofrecía dos plazas en esta especialidad, que se cubrieron en la primera sesión de asignación). Y lo tuvo claro.

¿Qué tiene esta especialidad para cubrir todas sus plazas el primer día? Los motivos son variados pero en la elección pesa que no hay guardias obligatorias, ofrece muchas opciones laborales y buenas perspectivas de encontrar empleo al terminar la formación. Andrés, sin embargo, va más allá: "Es una especialidad muy bonita y muy variada. A mí me gusta mucho la medicina y tenía claro que no quería abandonar el abordaje completo del paciente". Y, además, reconoce: "Me gusta que es médico-quirúrgico, es muy dinámica". 

Es, añade, una especialidad "muy resolutiva": "La mayoría de los pacientes salen de la consulta con un diagnóstico y un tratamiento para su problema". Y también hay "muchísima investigación", algo que le abre otras puertas. Destaca asimismo la colaboración entre los propios profesionales. Otra razón, apostilla, es la "inquietud" que tiene por saber: "Desde que empecé a estudiar Medicina lo que más me preguntaba la gente era por alguna lesión que tenía en la piel".

Detrás del puesto conseguido en el examen mir hay muchas horas de esfuerzo y sacrificio: "Cuando lo estaba preparando, todos los días me acostaba y me levantaba a la misma hora". "Y esa rutina -dice- me permitía descansar bien y tener una buena salud mental, que es al final la que me ha permitido conseguir esa nota también". 

Entró a Medicina en la Universidad de Zaragoza con unas notas brillantes: un 9,6 en 1º de bachillerato y un 10, en 2º, en el instituto Río Arba de Tauste. Además de un 13,34 en la Evaluación de Acceso a la Universidad (Evau). Inició su preparación para la prueba de forma 'online' a través de la academia CTO cuando estaba en sexto de carrera, en septiembre de 2022: "Teníamos prácticas por la mañana y por la tarde ya empezábamos a estudiar". "Intentaba hacer lo máximo, pero sin matarme la cabeza. Lo que no quería era estresarme ni quemarme, porque al final es una carrera de fondo, 16 meses", describe. 

Así, compaginaba el estudio con las salidas con amigos, el gimnasio… Cuando terminó la carrera, en junio de 2023, comenzó la preparación intensiva: "Entonces me volví a Tauste. Agradezco mucho a mis padres, a mi familia, que me han tratado como un rey. Yo solo me tenía que dedicar a estudiar, no tenía que hacer nada más". Dedicaba entre 10 y 11 horas al día, entre el estudio y distintas dinámicas a través del campus virtual, con vídeos, preguntas de test, clases y simulacros presenciales.

Ante el futuro de la sanidad, este joven médico reconoce con humildad: "No entiendo de gestión, yo solo quiero atender a mis pacientes, pero si quieren mejorar la sanidad pública hay que preguntar a la gente que trabaja en la sanidad pública". A medio plazo, le gustaría ejercer en Aragón: "Ojalá, yo valoro mucho a mi familia y a mis amigos y me gustaría quedarme lo más cerca posible. Creo que en Zaragoza puedo aprender muchísimo de los profesionales que trabajan aquí".

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