sucesos 

Las canciones del cura Javier Sánchez recuerdan su misión "de amor y de evangelio"

El párroco de La Jota, que lo sucedió en 2019, destaca que la pérdida del sacerdote ha provocado un "gran impacto" entre los vecinos del barrio. La cofradía de la Humildad, de la que era consiliario, de luto. 

Iglesia de San Pio X
Iglesia de San Pio X
H.A.

El párroco Juan Mastral de la iglesia San Pío X, del barrio zaragozano de La Jota, que sucedió al cura Javier Sánchez (cuando fue trasladado al barrio de San Gregorio en 2019), compartió con él algunos meses y ha sido uno de los que han participado este viernes en la misa privada de despedida al sacerdote en el convento de las monjas de clausura y en la oración de la iglesia de Santa Isabel. “Su muerte ha provocado un gran impacto en La Jota, se ha sentido mucho”, destaca.

Como lo conoció bien, el párroco tiene muy claro que su antecesor tuvo tres objetivos: la misión "de amor y evangelio" a través de los conciertos musicales, con los que conseguía provocar en los vecinos la atención por  su cercanía y la pasión que ponía; el proyecto latinoamericano en el que apoyó a una ONG en Nicaragua (solía acudir en los veranos); y la convivencia con los niños y familiares del barrio por la catequesis y la Primera Comunión.

Su canción más conocida es ‘Al amor más sincero’ y se pueden escuchar en Youtube. Se escuchará en la iglesia de Santa Isabel. Va a venir gente a la oración que lo recuerda con mucho cariño”, anuncia el cura Juan Mastral poco antes de participar en las dos despedidas de su antecesor en la iglesia de San Pío.

Esto dice su canción más conocida que se va a escuchar proyectada en una pantalla:

-"Al amor más sincero. Al amor sin fronteras. Al amor que dio su vida por amor. Encontré un día cualquiera.

-A ese amor tan sincero. A ese amor sin fronteras. A ese amor que dio su vida por amor. Entregué mi vida entera".

Hay otras intervenciones en redes en las que se le escucha interpretar  alguna de sus actuaciones, como la titulada ‘Ojos que no ven, corazón que siente’.

La Cofradía de La Humildad ha decidido que estén de luto Nuestra Señor Jesús de la Humildad y Mría Santísima del Dulce Nombre, situadas en la iglesia de la calle Doctor Palomar.
La Cofradía de La Humildad ha decidido que estén de luto Nuestra Señor Jesús de la Humildad y Mría Santísima del Dulce Nombre, situadas en la iglesia de la calle Doctor Palomar.
Heraldo

Un lazo negro en la Cofradía de La Humildad

Otros de los compañeros de la Cofradía La Humildad, en la que  Javier  Sánchez era consiliario desde 2008, se le ha recordado poniendo de luto a Nuestro Señor Jesús de la Humildad y María Santísima del Dulce Nombre en la iglesia del Convento de agustinas de Santa Mónica, situada en la calle Doctor Palomar.

La hermana mayor de la Cofradía La Humildad, Valle Laya, recuerda que la llegada del sacerdote fue sobre el año de la Expo Zaragoza y su relación en los 16 años con él ha sido muy estrecha. “Como él había vivido en Andalucía antes, nos dijo que en las cofradía tenía el estilo andaluz. Estuvo compartiendo funciones porque un tiempo estaba en el hospital del Cascajo (Royo Villanova), hablaba de los barrios de La Jota y San Gregorio. Y siempre nos contaba lo de su proyecto con la ONG de Nicaragua. Nunca paraba”, recuerda Valle Laya emocionada.

Resultado de la autopsia  

Por otro lado, la autopsia del sacerdote Javier Sánchez realizada este viernes por la mañana en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) ha confirmado que la causa de la muerte fueron las quemaduras producidas por el suceso ocurrido en el convento de las monjas concepcionistas, y llegaron al 50% del cuerpo.

El suceso ocurrió la noche del pasado Sabado Santo, el 30 de marzo, y fue trasladado en una ambulancia hasta la UCI del Hospital Miguel Servet, donde falleció la madrugada del pasado jueves.  

Fuentes jurídicas señalaron que la superficie afectada de su cuerpo podría ser el tórax y las piernas. Asimismo, agregaron que las quemaduras pudieron ser producidas por el uso de un líquido inflamable sobre un cuenco donde guardaban brasas para la vigilia pascual con la celebración conocida como la bendición del fuego, cuando se enciende el cirio pascual y se mantiene 50 días hasta la celebración de Pentecostés. 

Ese momento pudo hacer un efecto "bomba" que provocó quemaduras graves en el cuerpo del sacerdote, quien protegió a las monjas, que son bastante mayores, para que no les llegaran los efectos de las llamas.

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