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Vecinos de la plaza de San Francisco piden que se declare zona saturada: "Queremos vivir sin ruido ni suciedad"

El Ayuntamiento de Zaragoza asume que revisarán la queja y tendrán que hablar con los hosteleros.  

Unas terrazas de la plaza de San Francisco por la mañana.
Unas terrazas de la plaza de San Francisco por la mañana.
Ruben Losada/FotografiArte

Un grupo de unos 150 vecinos que residen en la plaza de San Francisco y alrededores han presentado un escrito ante el Ayuntamiento de Zaragoza para reclamar que se declare zona saturada. Pretenden así evitar que se autoricen nuevos bares, restaurantes o cafeterías, así como que se reformen o amplíen los que ya existen. Lo solicitan por las molestias que sufren por la proliferación de  terrazas y la afluencia de público entre semana, con un cierre que se  alarga hasta la medianoche.

Las peticiones presentadas ante Servicios Públicos precisan que el ámbito geográfico de la zona sería la totalidad de la plaza de San Francisco y alrededores: han contabilizado 15 bares en la citada plaza, otros 11 en la calle Arzobispo Apaolaza, 2 en la calle Corona de Aragón, 1 de la calle Baltasar Gracián, 9 en la calle Pedro Cerbuna y 7 en la calle Andrés Giménez.

Fuentes de Urbanismo reconocen que el Ayuntamiento de Zaragoza está en proceso de revisar las zonas saturadas de la ciudad y modernizarlas, después de que la pandemia en el año 2020 provocara una mayor proliferación de terrazas, incluso en pleno invierno, lo que supone un cambio social.

Quince zonas saturadas 

De hecho, recuerdan que ha habido otras zonas saturadas como Moncasi, el Royo, Zumalacarregui o Doctor Cerrada, y siguen con esta situación. 

De hecho, el gerente de la Asociación de Cafés y Bares, Luis Femia, señala que hay registradas 15 zonas de Zaragoza con esta ordenanza desde 2005. Entre ellos no se incluye la plaza de San Francisco ni la plaza de los Sitios, dos lugares donde se han detectado el aumento de bares en el Ayuntamiento en los últimos años.

“Los funcionarios de Urbanismo del Ayuntamiento han recibido las quejas de los vecinos y ahora tienen que abrir un debate también con los hosteleros y las juntas vecinales. Es un proceso largo y complejo en el que deben convivir el desarrollo de la economía y las molestias”, señalaron fuentes municipales. “Hay que revisar las ordenanzas de ruidos, de horarios y de veladores. A veces se han cerrado bares por el incumplimiento de los horarios y en los juzgados deciden volver a abrilos”.

Los bares de la zona de San Francisco

Además, desde Urbanismo defienden que el Policía Local suele ser bastante estricto en la revisión de las horas de cierre. En lo que va de año llevan 218 sanciones o propuestas de sanción y de ellas un 34% tienen que ver con el horario máximo de apertura de los bares, restaurantes y locales de ocio.

El gerente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza mostró su disponibilidad y la de los hosteleros a negociar con el Ayuntamiento un plan de una ordenanza cívica para revisar “a medio plazo” y poder reelaborar las quince zonas saturadas en toda la ciudad, que podría incluir algunas nuevas o retirar antiguas que ya no cumplen las normas.

Es una tarea pendiente, pero es muy compleja y exhaustiva. Hay que ser valiente en esta revisión de las zonas saturadas porque no es la misma situación que hace casi 30 años”, señala el gerente de los hosteleros, Luis Femia, quien precisa que hay conflictos como el ruido pueden provocarles por los propios clientes y el cambio climático ha generado que se abren las terrazas todo el año. Por eso, la realidad social “no puede hacer culpable a un bar” ni “criminalizar una zona”. Aun así, no cierran la posibilidad de que se cierren bares por sus incumplimientos.

Afectados por los ruidos

Entre la documentación aportada por los vecinos cuentan que son un grupo de personas que viven en la zona de la plaza de San Francisco y se han reunido por sentirse “afectados por los ruidos y la ocupación del espacio público de la plaza y las calles adyacentes por terrazas, mesas y sillas de los innumerables establecimientos hosteleros”.

No pertenecemos a ningún partido político, simplemente queremos vivir sin ruido, ni suciedad disfrutando de nuestros balcones, plazas y calles”, proclaman en un escrito. “No estamos en contra de los bares, ni restaurantes, pero sí del abuso en la instalación del número de mesas y sillas que se autorizan. Queremos solicitar la declaración de zona saturada para que no sigamos aumentando el ruido, la suciedad y la ocupación del espacio público por negocios privados”.

Las molestias habituales suelen procvocarlas los cierres que se suelen alargar entre semana hasta las 00.30 (durante el fin de semana los cierres llegan a las 1.30 horas de la madrugada) y ellos denuncian que no pueden abrir sus ventanas por el continuo ruido que generan las personas que se sientan en las terrazas porque se han autorizado “más de cien mesas” en la plaza de San Francisco y dicen que allí hay más gente que en muchos pueblos de Aragón.

O bien, en la calle Arzobispo Apaolaza denuncian que al salir la gente a la calle para beber ese griterio afecta a los vecinos e incumplen la normativa vigente. “Pensamos que deben autorizarse un número limitado por establecimiento, terrazas pequeñas, con límites ajardinados que no pueden superarse, que dejen espacio entre ellas para pasear, jugar y por supuesta hacer cumplir la normativa vigente (no beber en la calle y retirada de sombrillas con base de hormigón, que nunca recogen)”.

Porches ocupados por terrazas

Respecto a los porches de la plaza, los usuarios de las viviendas precisan que son propiedad de la comunidad de vecinos, pero no para la ocupación de mesas y sillas por establecimientos privados. “¿Alguien ha visto una mesa debajo del porche del paseo Independencia?”, se preguntan los vecinos. “Hay lugares como en la plaza de San Francisco número 3 en los que en algunos momentos es imposible pasar, y se debe cruzar ese lado por la zona rodada, o aceras en las que se concede la instalación de una mesa y dos sillas, y terminan con cuatro o cinco sillas impidiendo el paso de carritos de niños o sillas de ruedas”.

En este sentido, en su escrito inciden en que la tranquilidad de las viviendas ha sido distorsionada por la instalación de las terrazas en la calzada, en todas las calles adyacentes de la plaza de San Francisco, y en ellas carecen de aparcamientos por lo que provocan que “impiden un simple carga y descarga de los vecinos que viven allí”.

La queja de los habitantes de la zona ante el Ayuntamiento de Zaragoza precisan que hay establecimientos que cumplen rigurosamente la ubicación de las mesas, como los horarios, pero hay otros que se dedican a “instalar mesas y sillas a las 7.30 de la mañana, aunque el establecimiento no se habrá hasta las 9.00”. Luego “empiezan a recogerlas después del horario de cierre, aunque no haya nadie sentado, con el consiguiente ruido y molestias con el arrastre y cadenas para asegurarlas”.

“No podemos consentir que el problema de hoy se convierta en algo grave muy difícil de solucionar si se va incrementando el número de establecimientos hosteleros”, concluyen en el escrito firmado por más de cien familias de la zona. “Los vecinos no podemos dedicarnos a discutir con los hosteleros ni estar todo el día llamando a la Policía Local, porque todos queremos vivir en paz”.    

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