Desde el vuelo de las aves a las sesiones de espiritismo: así se ha predicho el futuro a través de los siglos

Las prácticas adivinatorias han estado presentes en Aragón desde muchos siglos atrás. Primero, de la mano de Grecia y Roma y, después, acompañando a brujas y curanderos hasta la actualidad.

Las prácticas adivinatorias han estado presentes en Aragón desde muchos siglos atrás.
Las prácticas adivinatorias han estado presentes en Aragón desde muchos siglos atrás.
Víctor Meneses

La curiosidad es algo propio del ser humano y la necesidad de arrojar algo de luz sobre el futuro ha sido una búsqueda constante a través de todas las épocas y en todos los lugares, incluido Aragón, donde las práctica adivinatorias también han estado presentes. 

Aún hoy en día, y curiosamente, el horóscopo diario es una de las informaciones más leídas en cualquier medio de comunicación. La lectura de las cartas del Tarot u otras fórmulas para predecir el futuro siguen siendo también muy demandadas por gran parte de los ciudadanos. Pero, ¿cómo se predecía el futuro en épocas pasadas?

“Las prácticas adivinatorias son algo común en todas las culturas antiguas. La adivinación, la predicción del futuro y las profecías han tenido siempre una gran importancia y existen textos que hablan de ello en el próximo oriente antiguo -Sumer y Mesopotamia-, en Egipto y en el mundo grecolatino”, explica Francisco Marco, catedrático emérito de Historia Antigua en la Universidad de Zaragoza e investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la entidad académica .

“El principal sistema de adivinación de los griegos, que son como nuestros abuelos culturales, son los oráculos. Fueron de diversas clases y en todos ellos se supone que quienes hablaban eran los dioses, a través de un intermediario”, dice Guillermo Fatás, catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad e Zaragoza. Por ejemplo, “Zeus hablaba a través del soplido del viento que movía las hojas de un árbol especial que se encontraba en la localidad de Dodona y Apolo lo hacía a través de una mujer en una caverna de la ciudad de Delfos, mujer a la que llamaban pitonisa, porque aquella caverna había sido la morada de la serpiente Pitón, derrotada por Apolo”, señala. 

"Apolo hablaba a través de una mujer llamada pitonisa, en una caverna de la ciudad de Delfos"

“Estos oráculos contestaban todo tipo de cuestiones, tanto de ámbito público como privado y por ejemplo, en Dodona han aparecido textos oraculares en los que un ciudadano anónimo preguntaba si era él el padre de sus hijos o no”, añade Marco, muestra del tipo de preguntas cotidianas que les preocupaban. 

Entrañas de animales y vuelos de pájaros

Por su parte, “los romanos usaban dos sistemas principales para consultar a los dioses sobre lo que podía ocurrir. El primero, que habían heredado de sus antiguos dominadores, los etruscos, era el examen de las entrañas de ciertos animales, por cuyas deformaciones o características averiguaban lo que querían saber. Se conservan modelos de bronce con las zonas del hígado de los rumiantes, que servían de guía a estos adivinos, denominados arúspices”, prosigue Guillermo Fatás. 

El segundo procedimiento era “analizar el vuelo de las aves, de donde viene la palabra ‘avispicium’ -ver las aves-, que dio la voz española auspicio”, asevera. “Esta era tarea de los augures, que hacían augurios, de donde viene la palabra española agüero -ser de buen agüero o de mal agüero-, método que se empleó también en la España medieval. En el Cantar de Mío Cid se menciona el significado predictivo del vuelo de la corneja, según volase desde la derecha o la izquierda”, señala el catedrático.

"La voz española 'auspicio' viene de la palabra latina 'avispicium' que significa 'ver las aves'"

Y es que “en el mundo romano era fundamental mantener la comunicación con los dioses. En la ciudad de Pérgamo, -Asia Menor- se ha encontrado una mesa circular de bronce con letras en el borde y un péndulo manejado por el especialista en el ritual, muy parecido a las güijas actuales”, apunta Marco. También han llegado hasta nosotros los papiros mágicos greco egipcios “en los que se daban instrucciones sobre cómo predecir el futuro mediante el examen de los líquidos en un recipiente”, añade. 

Sin embargo, en época imperial romana, “los emperadores prohibieron cualquier tipo de consulta que no fuese controlada por ellos porque muchas afectaban al futuro del emperador y del imperio y podían provocar una desestabilización política y social”, argumenta Marco. A pesar de ello, “siguieron existiendo infinidad de prácticas particulares que eran difíciles de controlar por parte del emperador y la gente podía llamar a magos para consultar sobre su futuro”, indica. 

"Siguieron existiendo infinidad de prácticas particulares que eran difíciles de controlar"

“Tenemos constancia de que en algunas partes de Hispania también se practicaban rituales adivinatorios y podemos pensar que en Aragón se realizarían pero no tenemos constancia arqueológica ni ningún tipo de información sobre este tipo de prácticas en nuestro territorio”, revela Marco.

El miedo a la Inquisición

A partir de la Edad Media, quienes se dedicaban a la predicción del futuro debieron ser más cuidadosos con su cometido por temor a la Inquisición, “pues se sospechaba que conocer el futuro requeriría nigromancia -magia negra, o sea, de origen satánico-”, asegura Fatás.

Durante la Edad Media y Moderna los tribunales Eclesiásticos, la Inquisición y las justicias Ordinaria y Señorial, tomaron medidas condenando las prácticas de magia y brujería. “Durante los siglos XV, XVI y XVII llegó a haber en Aragón hasta 700 acusaciones por magia y brujería y la última condena a muerte por la Inquisición en Aragón fue en 1537, pero la justicia ordinaria actuó con penas más graves durante estos siglos”, explica Ángel Gari, doctor en historia y especialista en brujería. “En la localidad ribagorzana de Laspaúles, por ejemplo, en dos meses fueron ejecutadas 24 brujas”, ejemplifica.

"En la localidad ribagorzana de Laspaúles fueron ejecutadas 24 brujas en tan solo dos meses"

Auge del espiritismo

A partir del siglo XIX “cobran fama los adivinos y curanderos, cuyas figuras ya existían en siglos anteriores vinculados a la brujería y a los que también se les atribuyen capacidades adivinatorias. Pero sobre todo, hay que destacar que en la segunda mitad del siglo XIX llega desde Francia el espiritismo que logra una amplia difusión por Aragón”, afirma. 

Es entonces cuando “aparecen las sesiones espiritistas en las que se pregunta al supuesto espíritu acerca de cuestiones del futuro de tres maneras diferentes: las mesas parlantes, la escritura automática donde se manifiesta para interpretar lo que va ocurrir y las personas que entran en trance y a las que se preguntaban todo tipo de cuestiones”, enumera Gari. 

“La difusión de estas prácticas se produce con mucha intensidad sobre todo en el medio urbano y entre las élites comerciales e intelectuales”, prosigue. “De hecho, en esa época, coexistieron hasta 8 periódicos espiritistas en nuestra comunidad”, añade este experto, dejando patente el auge de esta moda y el interés que ha suscitado siempre averiguar lo que ocurrirá antes de que llegue.

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