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Aragón suma 22 casos de tosferina en una semana y acumula 41 desde enero
Los profesionales sanitarios confirman que la enfermedad tiene mayor incidencia.
El brote de tosferina detectado en Guadalajara, con 124 afectados, la mayoría niños, ha hecho saltar las alarmas en otras comunidades. En Aragón, según los datos actualizados en el Boletín Epidemiológico, entre el 22 y el 28 de enero se han detectado 22 casos de esta enfermedad, y la cifra alcanza los 41 en lo que va de año.
Desde el Departamento de Sanidad del Ejecutivo autonómico aclararon que “no hay un brote específico” sino que lo que ocurre es que la bacteria “está circulando más”. Algo que detectan también los profesionales desde los centros de salud.
Elena Javierre, presidenta de la Asociación Aragonesa de Pediatría de Atención Primaria, explicó que se han detectado más casos, y la incidencia “sigue por encima de lo esperado con respecto a los últimos cinco años”. Tal y como señala, esta enfermedad afecta a la población en general: “Si los niños están correctamente vacunados son menos susceptibles, pero es verdad que a medida que va pasando el tiempo la protección se va perdiendo”. Para Teresa Cenarro, coordinadora del centro de salud de José Ramón Muñoz Fernández, en Sagasta, 22 casos en la última semana “es un número importante”. Y podría hacer pensar, dijo, que estaría "empezando una posible epidemia de tosferina”.
¿Qué es la tosferina?
La tosferina es una infección bacteriana aguda de las vías respiratorias superiores causada por Bordetella pertussis. En España es una enfermedad de declaración desde 1904. La vacuna se incluyó en el calendario infantil de Aragón en 1965. Desde entonces, ha sufrido una serie de modificaciones, siendo la última y la actualmente vigente la introducida en 2017. Con el calendario vacunal actual las dosis son a los dos meses y a los cuatro. Con 11 meses se pone el primer refuerzo y a los 6 años, el segundo. Desde 2015 se introdujo la vacunación frente a tosferina en el tercer trimestre del embarazo.
La enfermedad provoca un cuadro de tos intensa, muy persistente y violenta, que en ocasiones acaban en vómitos, y que se prolonga en el tiempo. El diagnóstico se hace por la sospecha clínica, y más cuando hay brotes epidémicos.
