Alumnos formados en emergencia buscan empresas para practicar

El ciclo de Grado Medio de Emergencias y Protección Civil, impartido en Teruel y Ateca ofrece un programa especialmente práctico.

Alumnos del IES Zaurín de Ateca practican para actuar en un simulacro de fuga de amoniaco. macipe
Alumnos del IES Zaurín de Ateca practican para actuar en un simulacro de fuga de amoniaco. macipe
J.Macipe

Rescates verticales, incendios urbanos y forestales, excarcelación en vehículos, salvamento acuático, traslados de heridos… El día a día del alumnado del Grado Medio de Emergencias y Protección Civil que se imparte en el Centro Público Integrado de Formación Profesional San Blas de Teruel y en el Instituto de Educación Secundaria Zaurín de Ateca está marcado por unos contenidos eminentemente prácticos para aprender a actuar ante sucesos de diversa índole y se complementa con el grado superior en coordinación. Son 2.000 horas lectivas, incluida la toma de contacto con centros de trabajo.

"A nuestro alumnado lo que más le gusta es estar probando el material en la calle. Primero tienen que saber la teoría, pero tenemos prácticas casi todos los días y hacemos visitas a parques profesionales", explica David Arnal, oficial de bomberos de la Diputación de Zaragoza y profesor especialista en el módulo de intervención operativa en sucesos de origen natural, tecnológico y antrópico. Arnal cuenta que impartir las clases le implica un "enriquecimiento grande" ya que tiene "recordar y actualizar contenidos".

Con vista al futuro laboral del alumnado, explica que cuando se incorporan al trabajo lo hacen con una formación que, de otra forma, tendrían que aprender. "Si se valorase el grado, habría chicos de 18 o 20 años con un perfil muy orientado", incide. En algunas comunidades se empiezan a valorar como mérito e incluso como requisito: "La lógica dice que si la administración ofrece esta formación luego la debe de tener en cuenta".

Lo dice mientras preparan un simulacro: una fuga de amoniaco en un sistema de refrigeración. Los alumnos sacan del almacén lo necesario para montar cabinas de descontaminación, despliegan mangueras y se enfundan trajes de protección. "El centro hace lo que puede con el presupuesto que tiene para comprar material. Mucho de lo que tenemos es donado, porque lo que desechan en los parques de bomberos nos viene muy bien y no hace falta que sea nuevo", afirma. Y agradece las donaciones del servicio provincial de extinción de incendios de la Diputación de Huesca.

Además de más donaciones, otro de sus deseos es que todos los servicios de bomberos cogieran a los chicos para las prácticas, ya que necesitan estar dos meses y "cuesta mucho" encontrar destino para que las hagan. Por eso pide convenios de colaboración estables para facilitar el proceso.

Para Daniel Longás, de 34 años y que se desplaza desde Zaragoza, es el camino que ha elegido después de más de una década en el mundo laboral. "Me di cuenta de que era lo que quería hacer y estoy muy contento porque aquí das mucho temario de una futura oposición", valora este alumno de segundo curso que hará prácticas en Motorland. A su juicio, la programación sirve para "afianzar conceptos y nociones básicas para trabajar".

Mediante casos de rescates verticales, maniobras en el monte, simulacros parecidos a la prueba de claustrofobia, el alumnado está satisfecho. "Me puse a investigar y fue el que más me llamó la atención porque no quería estar sentado en una oficina", destaca Álvaro Abad, de 18 años. En su caso, alaba el material que tienen e insiste en que "es más fácil estudiar algo cuando se puede practicar que solo cuando está en el libro".

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