La primera sala de informática de Kabakoto, en Senegal, tiene alma aragonesa

Además de organizar la VII carrera ‘Niños de África’, el equipo de 100 Pies Eventos ha puesto en marcha un aula con 18 ordenadores en la aldea en la que llevan ayudando siete años.

Primera sala de informática en Kabakoto (Senegal).
Sergio del Barrero, con algunos de los niños participantes en la carrera.
Heraldo

Ha sido un día grande para los vecinos de la aldea de Kabakoto, en Senegal, y del resto de la comarca de Dabali. Acaban de inaugurar la primera sala de informática de la zona, algo que ha supuesto toda una sorpresa y, sin lugar a dudas, un antes y después para sus habitantes, más si tenemos que en cuenta que estas 3.500 personas hasta hace apenas un par de años ni siquiera disponían de luz eléctrica.

Por eso, este viernes, 26 de enero, se declaró un día de fiesta en todo el lugar. “Incluso les han dado fiesta a los niños en los colegios cercanos para que puedan participar en la carrera solidaria que llevamos organizando desde 2016”, revela Sergio del Barrero, presidente y fundador de este proyecto solidario promovido por la asociación zaragozana 100 Pies Eventos. Son 18 ordenadores y dos impresoras que ya están operativos y que cuentan con programas básicos de escritura y cuentas, o, por ejemplo de conexión a internet.

Sala de ordenadores en Kabakoto.
Sala de ordenadores en Kabakoto.
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“Esta instalación está causando furor. Está todo el pueblo la zona muy emocionados. El uso será para toda la comunidad, profesorado de varios colegios y los niños”, afirma Sergio, que asegura que ya han estado probando cada unidad y funcionan “perfectamente”.

“Todo esto, el material con el que le hemos dado forma, es gracias a las donaciones de Zaragoza Deporte, Alerce Informática, Saica o el CIPFP Movera, que nos han dado ordenadores de sobremesa y portátiles, y también impresoras”, añade del Barrero minutos antes de la inauguración de la sala. Un sueño hecho realidad para todos los protagonistas de esta historia, y una cita a la que han acudido autoridades como Moussa Diouf, alcalde de Kabakoto y secretario de protocolo del Ministerio de Interior de Senegal, director del colegio de Kabakoto, Souleyman Thiam, director de Dabaly, así como profesores y personalidades de la zona.

Un momento de la carrera de los niños.
Un momento de la carrera de los niños.
Heraldo

Desde su salida, el pasado 19 de enero, y tras recorrer más de 5.000 km, Sergio, acompañado de Fran Guajardo, Antonio del Pago, Amath Deme y Luis Rasal han trabajado muy duro para llegar a esta emotiva jornada. El colegio infantil de la aldea ha sido el lugar elegido para albergar esta sala. “La verdad es que ha sido complicado. El primer día que lo dejamos todo montado se llenó todo de arena porque las ventanas no tienen cristales. Tuvimos que volver a limpiar todo y colocar unas cortinas”, rememora el zaragozano.

Aunque la donación ha sido de más de 40 ordenadores, todavía no se han montado todo. En cuanto a su uso, “están en el colegio, pero están pensados para adultos, maestros e incluso trabajadores de la zona que puedan necesitarlos”, admite.

El día de la carrera es una fiesta en Kabakoto.
El día de la carrera es una fiesta en Kabakoto.
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La sala será utilizada en toda la comarca de Dabali, que aglutina 22 pueblos y a algo más de 15.000 habitantes. También les han llevado conexión a internet gracias a los teléfonos que también les han regalado. “Los utilizan como módem portátil”, añade del Barrero. Además, el aula ya luce una placa con el nombre de su hija, Blanca del Barrero: “Para mí esto es doblemente emocionante”.

Felicidad entre los pequeños corredores.
Felicidad entre los pequeños corredores.
Heraldo

Y es que esta historia comenzaba hace siete años por completa casualidad. Fue en 2006, cuando un joven Amath llegó a Zaragoza en condiciones muy complicadas. “Empezó a colaborar con nosotros en la organización de carreras y así conocimos que había dejado en Kabakoto a su mujer, embarazada, y que había tenido que separarse de su familia para buscar una vida mejor”, rememora. Nada más arreglar su situación, Amath empezó a viajar a casa cada año. Y siempre volvía con la misma idea. “Ojalá un día hagamos una carrera así en mi casa”. Lo que ninguno de ellos pensaba es que un día pasaría. ¡Y ya van siete!

Y es que esta nueva edición de la carrera ‘Niños de África' ha aglutinado nada más y nada menos que a 600 niños de entre 5 y 12 años de la zona, que han disfrutado de su propia competición con dorsales, arco de salida, bolsas con regalos, megafonía e incluso control de corredores. “Esto es pura energía. Estar toda la mañana viendo niños corriendo y sonriendo de esta manera. Y la ilusión que desprenden, que es enorme. Es una pasada. Cada año te llevas sonrisas que no se te olvidan”, admite Guajardo.

Porque como siempre dicen estos organizadores, el objetivo principal, y lo mejor de esta iniciativa solidaria, es “seguir trayendo felicidad a un rincón de África donde no están acostumbrados a que pasen estas cosas. Hacerles felices y ver sus caras es la mejor recompensa”, concluyen, emocionados. 

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