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Enrique Carbonell: "La Rona es el mejor ejemplo de que el pueblo gitano no es machista"
Exsecretario de la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza.
El año terminó con una noticia muy triste para el pueblo gitano y para el asociacionismo en Zaragoza: el fallecimiento de Pilar Clavería ‘la Rona’.
Desde luego, muy triste. Todos estamos muy afectados. La Rona fue muy importante para el pueblo gitano. Una persona muy trabajadora, competente y con carisma. No en vano, fue la primera mujer en España en presidir una asociación gitana y en la actualidad continuaba siendo la presidenta de la Federación de Asociaciones Gitanas de Aragón.
Usted fue el secretario de la asociación.
Concretamente, fui el secretario de la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza.
Dícese de secretario de quien guarda secretos…
No haga usted juegos de palabras, que esta historia es mucho más sencilla de explicar: era el secretario de la asociación porque había que hacer actas de las reuniones y yo sabía escribir.
Me quedo sin palabras…
A mí me gusta llamar a las cosas por su nombre: el 90 por ciento de esa junta eran prácticamente analfabetos. De hecho, una de las primeras medidas que tomamos fue hacer un curso de alfabetización.
Estamos hablando de los años de la Transición.
Efectivamente. Afortunadamente, todo ha cambiado mucho desde entonces, y yo diría que para bien. Le pondré otro ejemplo. Además del curso de alfabetización, conseguimos que nos hicieran exámenes orales a los gitanos para poder obtener el carnet de conducir.
Había que tener carnet para conducir la furgoneta, ahora llamada monovolumen.
Importantísimo para trabajar, para llevar a la familia, para todo. También creamos un grupo de agentes de desarrollo gitano. Les enseñábamos desde salubridad hasta otros conceptos básicos para vivir en sociedad. Yo mismo hice un curso de fotografía con 26 alumnos. Recuerdo que lo hacíamos en Cáritas. Y financiado por un fondo social europeo.
Un fondo social europeo y todo…
Ya le dije que se trabajó mucho. La Rona tuvo 10 hijos. Era muy trabajadora, incluso brillante. Su nombre y su calificativo se hicieron populares en Zaragoza. También se trabajó mucho en la junta de Juan Antonio Hernández ‘Fortuna’ y en otras juntas posteriores.
La evolución del pueblo gitano ha sido extraordinaria.
Por supuesto. Viene a mi memoria cuando yo iba por Longares y Cariñena a recoger niños de los temporeros que venían para la cosecha, para que fueran al colegio.
También se lo ha currado usted, también...
Alguno incluso ponía problemas pues los tenían de recaderos. Todo eso ahora es impensable. Hemos dejado de ser nómadas, el chabolismo se ha erradicado, estamos integrados en la sociedad.
¿Y eso de que los gitanos son machistas…?
La Rona es el mejor ejemplo de que no. Ya ve usted, tuvimos presidenta, o secretaria general, o como se llame, antes que nadie. Porque, ¿cuántas presidentas del Gobierno ha habido en España...?
Ya sabía yo que al final me preguntaría usted a mí en vez de yo a usted…
Me gustaría que contestara a esa pregunta.
La evidencia responde mejor que las propias palabras. Continúo preguntando, si le parece. ¿A qué se dedica ahora usted?
Soy el fotógrafo más viejo de Zaragoza después de Ramón Díez, discípulo de Jalón Ángel, y mi hermano Pedro Carbonell. Monté el estudio Henry de fotografía en 1984. También fui vicepresidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de Zaragoza y provincia. También fundé la asociación A Bajañí.
Recurriendo al diccionario caló-español, bajañí es guitarra.
Así me gusta: usted chanela caló. Por supuesto que es guitarra. Desde allí, promovemos la cultura gitana, siempre en defensa de nuestra bandera: el azul del cielo, el verde de la tierra y la rueda de ocho puntas de los nómadas.
