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Uncastillo homenajea a su párroco, mosén Emilio: "Estamos muy agradecidos por todo lo que ha hecho a lo largo de 60 años"

Emilio Navarro Otal, que llegó a la villa en 1964, sigue en activo a sus 93 años. Para él, ser cura de pueblo significa estar cerca de la gente y vivir con armonía y sencillez.

El cura Emilio Navarro Otal, hace unos días en Uncastillo.
El sacerdote Emilio Navarro Otal, hace unos días en Uncastillo.
L. P.

Quienes lo conocen lo describen como una persona afable, sencilla y discreta, a la que nunca le ha gustado "darse a entender". Siempre ha querido pasar desapercibido, pero este sábado, 4 de noviembre, Emilio Navarro Otal -'mosén Emilio', de 93 años- será el protagonista en Uncastillo. La villa le ha organizado un homenaje por "toda una vida" entre ellos y en reconocimiento a todos los servicios que ha prestado "como sacerdote y persona".

"Para mí, un cura que hace muchas cosas por el pueblo es una institución", subraya Lola Pemán, una de las vecinas que ha promovido los actos de homenaje, junto a Jesús Zarralanga y Pily Cortés. Ella conoce a mosén Emilio desde pequeña, cuando en 1964 este llegó al municipio de las Cinco Villas. "Está orgulloso de ser de pueblo (nació en Biel) y de Uncastillo. Y nosotros, los uncastilleros, estamos muy agradecidos por todo lo que ha hecho a lo largo de estos casi 60 años. Queremos hacerle un homenaje en vida", destaca sobre el párroco, que sigue en activo. "Todas las mañanas da misas en la capilla de la residencia de ancianos (Virgen de San Cristóbal), en la que vive desde hace 4 años", explica.

Zarralanga recuerda cómo el sacerdote se preocupó de obtener subvenciones para restaurar las iglesias de Santa María y San Martín (a las que hay que añadir los donativos de los feligreses). "En Santa María también se cambió la electricidad, los bancos y se arregló el campanario. Además, contribuyó con la mitad de los gastos a sufragar las obras del camino que conduce a la Ermita de la Virgen de San Cristóbal", enumera. Además, cuenta que tomó la decisión, junto con otras personas, de cambiar el uso del colegio de enseñanza regentado por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl a residencia de ancianos. "En los 80, cuando en Uncastillo bajó la población, este centro dejó de impartir clases y se decidió convertirlo en residencia de mayores dado el problema que existía con personas que vivían en el pueblo solas y sin medios. Se exponían a tener que salir fuera. Don Emilio contó con el apoyo de los vecinos e instituciones, que contribuyeron económicamente a la realización del nuevo centro", detalla.

Por su parte, Cortés informa de que al mismo tiempo que hacía misa y novenas, tocaba el órgano (estudió piano, Magisterio y Teología en Jaca) e impartía clases de religión en las escuelas del municipio. "Formó a grupos de catequistas y, al ser una persona inquieta, entusiasta e interesada por hacer cosas por la infancia y juventud, continuó colaborando en el club parroquial desarrollando diferentes actividades", dice esta vecina.

Señalar además que fue arcipreste del Arciprestazgo de Uncastillo durante cinco años y fue nombrado párroco de Biel y Fuencalderas un tiempo y también de Layana.

Mientras, Emilio Navarro resalta que en Uncastillo le recibieron "con los brazos abiertos" y le fue fácil adaptarse. Antes -tras ser ordenado sacerdote en 1955- había sido ecónomo (como se llamaba entonces a los párrocos) de Cartirana, Torla, Linás de Broto, Fragen, Viu, Yosa, Ardisa, Puendeluna y Casas de Esper. Para él, ser cura de pueblo significa estar cerca de la gente ("escuchando, aconsejando, estando a la altura de ellos y transmitiendo cariño") y vivir con armonía y sencillez. "He sido un sacerdote fiel a mi vocación, sin flaquezas ni muestras de debilidad; poniendo la fe siempre por delante y la confianza en Dios, que es donde me he apoyado", asegura.

"He sido un sacerdote fiel a mi vocación"
"Antes las iglesias se llenaban y ahora la juventud pasa de ir a misa y de casarse"

Echado la vista atrás, recuerda que antes había más cercanía de los jóvenes hacia la Iglesia y, a veces, se pregunta por qué se ha llegado a esta situación. "Antes las iglesias se llenaban y ahora la juventud pasa por completo de ir a misa y de casarse", apunta.

Misa con la presencia del obispo de Jaca

Este sábado, mosén Emilio estará arropado por el pueblo y su familia en los actos de homenaje, que comenzarán a las 8.30 con un canto de las auroras en el patio de la residencia de ancianos. Posteriormente, a las 11.30, saldrán hacia la iglesia de Santa María acompañados por la banda municipal y, a las 12.00, se celebrará una "santa misa" de agradecimiento -"por todos los años compartidos"- que contará con la asistencia del obispo de Jaca. Al finalizar, se le hará entrega de una placa conmemorativa y habrá "un vino español" para todos en el claustro.

Ya por la tarde, a las 17.00, habrá una chocolatada en la residencia Virgen de San Cristóbal y una actuación de la rondalla de Uncastillo. Está prevista la presencia del capellán del Real Zaragoza y un exjugador del equipo de fútbol, quienes le harán entrega de una camiseta firmada por todos los jugadores y de la insignia del club. Y es que, como recuerdan los vecinos, mosén Emilio es "un forofo" zaragocista.

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