La sonrisa de Antonio, rodeado de los simpáticos payasos Clowntagiosos; la cara de velocidad de Javier, acompañado de Teresa -una voluntaria-, en las alturas del Vertical Twister; la felicidad de Ricardo, encabezando una improvisada conga montado en su silla de ruedas durante el espectáculo de Producciones Kinser; el ímpetu de Fabián, colaborando para que ningún niño se quedase sin el globo magenta a la entrada del Parque de Atracciones de Zaragoza…

Todo esto pudo verse el pasado domingo en la XXIII edición de la Fiesta Dfa. Una fiesta con, por y para todos, pero muy especialmente pensada para las personas con discapacidad. "Lo vivido el domingo, sobre todo para aquellas que no tienen la posibilidad de disfrutar de este tipo de ocio de manera independiente por su movilidad reducida, será inolvidable", recuerdan sus organizadores.

Más de 5.000 personas acudieron hasta el Parque de Atracciones en una jornada en la que, después de tres años de ausencia obligada por la pandemia, por fin la XXIII edición de la Fiesta Dfa se convirtió en realidad. Entre ellas, residentes y usuarios de los centros asistenciales de la entidad, pero también trabajadores y, con la llamativa camiseta magenta, una gran representación de voluntarios. Además, familiares, amigos y público en general... La fiesta por la inclusión no dejó a nadie de lado.

La asociación musical La Mancheta comenzó animando la matinal en un folclórico pasacalles a ritmo de sus acordeones aragoneses. Los Clowntagiosos, asociación de payasos voluntarios del hospital Miguel Servet, se encargaron de que de niños y mayores aún soñolientos brotasen carcajadas. En la zona del escenario, el grupo de baile flamenco Soniquete, con un bis incluido, mostró todo su arte ante un público entregado. El testigo lo recogió Swing-On Aragón y su espectacular actuación musical.

La programación continuó tras la comida con la actuación de Producciones Kinser y el payaso Kini fiel a su cita. El cuentacuentos, a cargo de las profesionales del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana de Fundación Dfa, captó la atención de los niños pero también de sus padres. Teatro Carmelitas siguió con el entretenimiento y pintando las caras de los jóvenes; la Escuela Museo de Origami Zaragoza (EMOZ) puso su granito de arena con la organización de un taller y los amantes del ajedrez participaron en unas partidas simultáneas.

Entre tanto, parte de los asistentes se unió al ritmo y las coreografías de la academia de baile Virginia Bernabéu, con un aplaudido espectáculo de danza inclusiva en su repertorio. Y Producciones Kinser repitió sobre el escenario con la compañía del Mago Félix.

Para terminar la jornada, el pasacalles de percusión brasileña de Trokoescuela atrajo las miradas de numeroso público antes de que el artista Jadey pusiese fin a un gran día de convivencia entre personas, con y sin discapacidad, sin distinciones.