Pallaruelo de Monegros: "Vinimos a conocer el pueblo y fue amor a primera vista"

A lo largo de la última década, consistorio y vecinos han trabajado unidos para atraer a seis familias migrantes con niños en edad escolar. 

Las dos últimas familias en instalarse en Pallaruelo de Monegros, junto a sus hijos, posan con el resto de escolares, su profesor y varios vecinos.
Las dos últimas familias en instalarse en Pallaruelo de Monegros, junto a sus hijos, posan con el resto de escolares, su profesor y varios vecinos.
Patricia Puértolas

Diego, de 5 años, y Ángel, de 3, fueron los dos últimos alumnos en incorporarse al colegio de Pallaruelo de Monegros. El centro, que suma seis alumnos, ha vuelto a ganarle el pulso a la despoblación, gracias a la llegada de dos nuevas familias. Todo el pueblo se ha volcado en su acogida. Los propios vecinos, junto al consistorio, han equipado sus casas con cuberterías, ropa de cama o enseres de cocina y además, han puesto a disposición sus vehículos particulares para acompañarles en sus desplazamientos. También les han invitado a compartir sus actividades diarias.

Los dos niños han hecho las maletas y viajado sin billete de vuelta desde Barcelona estrenando pueblo, casa y colegio a la vez. "Hace unas semanas, vinimos a conocer la localidad y para ellos, fue amor a primera vista; estaban deseando volver", explican sus progenitores, Jeyson Andrés Sierra y Scarleth Bonilla. La familia es originaria de Honduras y solo lleva cuatro meses en España.

Su historia es similar a la del segundo matrimonio recién llegado. Eduar Ávila y su mujer, Zuley Paula Cárdenas, son padres de otros dos niños en edad escolar, Luciana, de 9 años, y Emiliano, de 6, y tan solo llevaban una semana más en Pallaruelo de Monegros. La familia es originaria de Colombia.

Los cuatro niños comparten aula con otros dos, Alejandra y David, que ya residían en la localidad. También ellos son hijos de familias migrantes asentadas en Pallaruelo de Monegros. De hecho, la localidad lleva una década atrayendo a nuevos pobladores con un claro objetivo: mantener abierta la escuela y dar vida al pueblo. Y lo están consiguiendo con éxito. Hasta la fecha, ya son seis. Para ello, disponen de tres viviendas municipales, entre ellas, una cedida por uno de sus habitantes. También les ayudan a buscar un empleo y por supuesto, les brindan la mejor de las acogidas. Todo el pueblo se vuelca año tras año con los recién llegados.

"Su llegada da vida y esperanza al pueblo"

«Su llegada da vida y esperanza al pueblo; los niños llenan las calles de risas y juegos. Los vecinos están encantados», señala el alcalde pedáneo, Pedro Villellas, que destaca la buena disposición de los recién llegados. "Son gente joven, con ganas de trabajar y labrarse un futuro, lo que asegura su integración entre nosotros", indica.

Los dos matrimonios tienen muchas ganas de empezar su nuevo proyecto de vida y seguir los pasos de sus predecesores, entre ellos, están Elvia Rojas y José Ignacio Espinal. La pareja, natural de Ecuador, fue la primera que captó el consistorio para lograr salvar del cierre la escuela. Su llegada tuvo lugar hace ya diez años. "La acogida fue maravillosa y seguimos encantados con la elección; muy felices", asegura Rojas, que trabaja en el sector primario. Su marido puso en marcha un taller mecánico. Actualmente, sus dos hijos ya van al instituto y el matrimonio ha adquirido su propia vivienda en Pallaruelo de Monegros. "Son el mejor ejemplo de que el camino iniciado es el correcto, ya que están totalmente integrados y asentados", indica Villellas.

Elvia Rojas es además una de las personas más implicadas en la captación de nuevas familias. De hecho, fue la que encontró y colgó los anuncios en dos páginas de una red social utilizada para la búsqueda de migrantes interesados en cambiar de vida y apostar por el medio rural. Lourdes Alcubierre y Cristina Falcés, vecinas del municipio, forman parte del mismo equipo de trabajo. Precisamente, y como ejemplo de su entrega, las tres estaban juntas ayudando a instalarse al último matrimonio cuando otra de las nuevas pobladoras se puso de parto y salieron corriendo para trasladarla al hospital San Jorge de Huesca.

"Haber dejado morir la escuela hubiera sido lo contrario, es decir, el principio del fin"

La niña recién nacida se convertirá en la primera oriunda de las seis familias migrantes asentadas Pallaruelo de Monegros. "Su llegada es motivo de celebración para todos", reconocen las tres mujeres, que están convencidas de que se trata del principio de la revitalización de su pueblo. "Haber dejado morir la escuela hubiera sido lo contrario, es decir, el principio del fin, ya que ningún matrimonio joven hubiera querido venir a vivir a un lugar sin servicios básicos", señala Villellas.

El aula unitaria de Pallaruelo de Monegros forma parte del Colegio Rural Agrupado (CRA) Monegros Norte, que tiene su sede en Lanaja. Durante este curso, el maestro de los seis alumnos es Miguel Ángel Blanca, otro migrante, aunque más cercano. Aunque ya lleva tiempo en Aragón, el docente es natural de Jaén. Y se muestra encantado con su nuevo destino. En su opinión, un aula unitaria también tiene sus ventajas, ya que la atención es "muy personalizada" y los más pequeños tienen la oportunidad de empaparse de conceptos o lecciones explicadas a los más mayores. Además, y según relata el maestro, los de mayor edad tienden a "adoptar el papel de hermanos y se convierten en pequeños tutores". "También tenemos la posibilidad de aprovechar los recursos del pueblo, salir a la naturaleza y convivir con la gente", concluye.

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