terrorismo
Borja Giménez: "Hemos esperado mucho tiempo, pero el Estado de derecho ha funcionado"
Los hijos de Giménez Abad agradecen la entrega de las Fuerzas de Seguridad del Estado para resolver el atentado mortal de su padre ocurrido en Zaragoza en 2001.
“Hemos esperado mucho tiempo (22 años) para este resultado, pero al final el Estado de derecho ha funcionado”, resume Borja Giménez Larraz, hijo del presidente del PP Aragón que lo acompañaba cuando lo asesinaron el 6 de mayo de 2001. Su testimonio ha sido fundamental en la condena del miembro de ETA, Mikel Carrera Sarobe, alias Ata.
“Pues bien. Eso sí, hoy es un día en el que se entremezclan sentimientos”, reconoce. “Por una parte, es inevitable que vuelva a la memoria todo el sufrimiento padecido, la muerte de mi padre, su irreversibilidad. Pero al mismo tiempo, hoy recibimos la noticia con alivio y diría que cierta satisfacción”.
El hijo de 17 años que acompañaba a su padre cuando iban a ver un partido de fútbol en La Romareda (Real Zaragoza-Numancia) contesta desde su trabajo en Bruselas (en el grupo del PP en la Unión Europea) y se muestra satisfecho pese a los muchos años trascurridos. “No nos devolverá a nuestro padre, pero al menos ayudará a restaurar algo esa herida que se abrió el día que lo mataron”, señala.
Aun así, Borja Giménez relata los 22 años que han pasado hasta que ha acabado este proceso. “Llevamos tiempo esperando que se hiciera justicia. Nunca hemos dejado de confiar en el Estado de derecho y hoy es un día para reafirmarnos en ello”, reconoce.
Además, el hijo pequeño de Giménez Abad cree que hoy es un día “para estar agradecido por el trabajo incansable de las Fuerzas de Seguridad del Estado, de la Justicia, de los medios de comunicación que siempre habéis estado ahí, manteniendo vivo el recuerdo”.
"Nosotros somos privilegiados, hay 300 asesinatos sin resolver"
Aun así, Borja recuerda que debe exigir a “nuestro Estado de derecho” que “dé respuesta a esos más de 300 asesinatos que hay hoy todavía sin resolver”. “Nosotros somos unos privilegiados”, asume, al haber recibido una sentencia condenatoria el etarra Mikel Carrera Sarobe.
Su hermano mayor, Manuel Giménez Larraz, reconoce que lógicamente, tras recibir la sentencia, dos décadas después del asesinato de su padre, podrán “descansar un poco más”. Cree que les queda “el dolor personal”, pero por fin han visto “el resultado del funcionamiento del Estado”.
“Por fin tenemos mucha tranquilidad después de haber recorrido un camino tan largo”, concluye Manuel Giménez, para quien el hecho de que haya habido un voto particular “le da igual” tras una espera tan larga.
