Siete toneladas de ropa, comida y productos de higiene esperan en El Gancho para viajar al Atlas
La mezquita Al-Quds de Zaragoza ultima un primer envío de 2.500 kilos de ayuda a las aldeas más devastadas.
En la mezquita Al- Quds, en el corazón del zaragozano barrio del Gancho, en la sala donde este sábado por la mañana rezaba un joven, ya están listos los primeros 2.500 kilos de ayuda humanitaria que la asociación Comunidad Islámica La Aljafería quiere enviar a las pequeñas aldeas marroquíes del Atlas desvastadas por el terremoto. En la sala principal de oración, el almimbar (púlpito) compite en altura con las bolsas empaquetadas de ropa, comida y enseres de primera necesidad que han ido recibiendo y preparando a lo largo de esta semana.
En total han seleccionado y empaquetado más de 7.000 kilos. "Si todo va bien y conseguimos los permisos necesarios que llevamos tramitando desde el minuto uno, la primera furgoneta esperamos que pueda salir el martes", explicó el vicepresidente de este colectivo e imán de la mezquita, Ibrahim Carlos Chueca.
Las muestras de solidaridad que están recibiendo desde su entorno más cercano y la Comunidad han superado sus expectativas. Pero se han encontrado con dificultades para obtener las autorizaciones del Gobierno marroquí para cruzar la aduana que no les han desanimado en su empeño.
El primer destino de esta ayuda será la localidad de Ouarzazate, la mayor población al sur del Atlas que en los últimos tiempos ha desarrollado una potente industria cinematográfica. "Aquí contamos con un almacén para centralizar la recepción y con diez personas de la zona que se encargarán de la distribución a las familias que ya hemos identificado que lo necesitan. Esperamos llegar a 13 o 14 pueblos que han quedado arrasados y a los que es difícil acceder con vehículos, por lo que lo harán en burros, motos o quads", comentó Chueca.
La Comunidad Islámica La Aljafería cuenta en este proyecto destinado al epicentro del seísmo con el apoyo de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas que les asesora a la hora de presentar la documentación para lograr los permisos.
A esta mezquita del Gancho han llegado aportaciones de otras rábidas de los barrios de Las Fuentes y San José, en la capital aragonesa, y de Utebo, además de colectivos de Mallén, Utrillas, La Puebla de Híjar, Fuentes de Ebro y vecinos del propio barrio. Con los damnificados se ha volcado Zuera Solidaria, un colectivo que colabora desde hace tres años con el proyecto Payaso Popeto, porque detrás de Ibrahim hay también un educador que hace de payaso para hacer sonreír a los más pequeños. Un grupo de diez voluntarios se afana en seleccionar y preparar lo que llega.
Lo que más se necesita en estos momentos son enseres de higiene personal, incluidos pañales para niños y personas mayores, y productos sanitarios básicos, no medicamentos, además de conservas y alimentos no perecederos. Por ahora han dejado de recoger prendas de vestir. "Nos están pidiendo sobre todo tiendas de campaña, hay familias que se han quedado sin un techo bajo el que protegerse, y hornillos para cocinar", explicó este imán. También se les puede entregar dinero a través de bizum.
Preocupa la llegada del invierno, ya que a partir de una altitud de 1.200 metros la nieve puede hacer su aparición a partir de noviembre y hay mucha gente resignada a vivir en jaimas. Este imán no escondió su temor a que los habitantes del Atlas, una de las zonas "más pobres" del país, se queden en el olvido y el Gobierno marroquí priorice la reconstrucción de Marrakech y los principales centros de atracción turística.
"Es la mejor forma de ayudar a mi gente"
Mohammed Amine Elkhir es uno de los diez voluntarios que durante esta semana se ha afanado en organizar lo que ha ido llegando a la mezquita Al-Quds. "Es la mejor forma de ayudar a mi gente desde Zaragoza. Nuestra religión también nos invita a cuidar de los demás", dijo. Nació en Oujda, una ciudad del noroeste de Marruecos cercana a la frontera con Argelia, pero lleva desde los dos años y medio viviendo en España y "prácticamente me considero de aquí".
Regresó hace un mes de su localidad natal donde pasó las vacaciones y si no fuera por sus estudios, con 19 años cursa un grado superior de Formación Profesional de laboratorio, volvería "para echar una mano al país del que vengo en lo que pudiera, aunque personalmente no conozco el Atlas". Le ha sorprendido la "gran solidaridad" que se ha despertado. En la mezquita tienen noticias directas de lo que se vive en Marraquech a través de una voluntaria que se ha desplazado para estar con los suyos. Estos días, en las oraciones de la mezquita piden por los damnificados de Marruecos y por los de las inundaciones de Libia.
