educación

Periodo de adaptación escolar: el permiso parental genera interés, pero los padres recurren a las vacaciones para conciliar

Este año, por primera vez, los progenitores han podido beneficiarse de dos nuevos permisos laborales aprobados en el Real Decreto 5/2023 de junio.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se ha acercado a la escuela infantil municipal (EIM) Los Ibones, en el distrito Oliver, para ver cómo han vivido los escolares el primer día del curso y el periodo de adaptación.
Primer día de curso y comienzo del periodo de adaptación en la escuela infantil municipal (EIM) Los Ibones, en el distrito Oliver
Guillermo Mestre

Acaba de terminar la primera semana del periodo de adaptación de los niños más pequeños en las escuelas infantiles y colegios aragoneses y toca hacer balance. Cada año, al comienzo de curso, los alumnos que inician por primera vez la etapa escolar y los bebés y menores de 3 años que van a las escuelas infantiles deben pasar un periodo de adaptación al nuevo entorno, en el que van a pasar muchas horas a lo largo de todo el año.

Aunque el proceso dura varias semanas dentro del aula, los primeros días son los más complicados para las familias ya que deben implicarse de manera activa, y pasar tiempo con sus hijos en clase, además de adaptarse a unos horarios lectivos más reducidos de lo habitual. En estos días, los niños acuden a sus centros escolares solo durante un par de horas y, casi siempre, lo hacen acompañados por una figura de referencia, normalmente un progenitor que debe acompañarles durante ese tiempo.

Llevar al niños a clase a las 10.30 y recogerlo a las 12.00 no es factible para la mayoría de progenitores.

Este proceso se suele prolongar durante las primeras 5 jornadas lectivas y, aunque todos -padres y educadores- son conscientes de la importancia que tiene esta adaptación para el bienestar emocional de los niños, supone, en muchas ocasiones, un tema peliagudo para la conciliación familiar. Llevar al niño a clase a las 10.30 y recogerlo a las 12.00 no es factible para la mayoría de progenitores que trabajan fuera de casa. Por ese motivo, gran parte de ellos se ven obligados a buscar alternativas para poder lidiar con 5 días de idas y venidas a media mañana, llantos, pucheros y despedidas. 

Vacaciones o permisos

La mayoría de los padres y madres optan por coger vacaciones, días libres o permisos en el trabajo pero muchos también recurren a los abuelos y otros familiares para que les ayuden en estos días que pueden ser muy estresantes.

En este sentido, este año por primera vez los progenitores han podido beneficiarse de dos nuevos permisos laborales aprobados en el Real Decreto 5/2023 de junio. Uno de ellos retribuido y para causas de fuerza mayor “cuando sea necesario por motivos familiares urgentes relacionados con familiares o personas convivientes, en caso de enfermedad o accidente que hagan indispensable su presencia inmediata”. 

Y el segundo, un permiso parental “para el cuidado de hijo, hija o menor acogido por tiempo superior a un año, hasta el momento en que el menor cumpla ocho años” , que “tendrá una duración no superior a ocho semanas, continuas o discontinuas” y “podrá disfrutarse a tiempo completo, o en régimen de jornada a tiempo parcial”, según recoge el Real Decreto. Sin embargo, este último permiso no está retribuido por ahora, aunque está previsto que lo sea durante 2024.

La reciente puesta en marcha de sendos permisos, coincidiendo con la vuelta al cole, ha hecho que algunas familias los hayan tenido en cuenta para apoyarse de cara a conciliar en ese proceso de adaptación escolar. Sin embargo, gran parte de los progenitores sigue prefiriendo guardarse vacaciones con este fin.

“Los trabajadores no están solicitando el permiso retribuido de 4 días al año para conciliar en la adaptación escolar porque se trata de un permiso para una situación de fuerza mayor o urgencia y la adaptación es algo planificado que se puede organizar con antelación”, explica Marivi Pérez, responsable de relaciones laborales de la confederación de la pequeña y mediana empresa Cepyme Aragón. 

“Está pensado más para un niño que sufre un accidente o algo que no puedes prever, por lo que los trabajadores están recurriendo más al permiso parental de 8 semanas para conciliar con la adaptación escolar o también se guardan vacaciones para ello”, continua la responsable de relaciones laborales de Cepyme.

Se habla de ellos pero se piden vacaciones

Es el caso de la zaragozana Mercedes Zuera, madre de una niña de 2 años que ha comenzado su último año en una escuela infantil de la capital aragonesa. “Estaba al corriente de que se estaban gestando estos permisos pero cuando tuve que pedir las vacaciones en mi trabajo todavía no se sabía cuándo los iban a aprobar, así que no conté con ellos y me guardé una semana de vacaciones para poder conciliar durante los días de adaptación escolar”, dice. “Quizá el año que viene, que la niña empezará el colegio, me lo plantee, pero aún no lo sé”, apunta esta progenitora. “Otros padres han tirado de abuelos. En mi caso no podemos porque son muy mayores”, apunta.

He tenido suerte porque he podido ir a buscar a la niña al colegio antes de entrar a trabajar, ya que empiezo a las 12.00”, afirma Pilar Gimeno, una de las afortunadas que ha podido conciliar sin acudir ni a permisos ni a vacaciones. Su hija de 3 años acaba de comenzar el colegio y “solo he tenido que pedir la ayuda de los abuelos un día que salía más tarde, el resto nos hemos podido apañar pero es complicado y hay que hacer encaje de bolillos con los horarios”, confiesa esta madre zaragozana. 

Sobre los nuevos permisos laborales, Gimeno asegura que “ha sido una de las cosas que se ha comentado en los corros de padres a las puertas del centro, pero por lo que decían, ninguno se ha animado a solicitarlos en esta ocasión y han recurrido a las vacaciones”, corrobora.

"Conciliar estos días es complicado y hay que hacer encaje de bolillos con los horarios".

Una adaptación individualizada

Además de los permisos y vacaciones, otra de las cuestiones que podría favorecer la conciliación durante este periodo es que fuese lo más individualizado posible. “Hay niños que el primer día ya se quedan en clase muy contentos y el segundo día podrían permanecer la jornada completa sin problema, con lo que nos facilitaría la conciliación a los padres”, critica Miguel Salinas, padre de un niño que acaba de empezar primero de Educación Infantil. “Es el caso de mi hijo, que va muy contento desde el principio, sin embargo ha tenido que hacer la misma adaptación que otros compañeros a los que les está costando más”, añade.

"Mi hijo va muy contento desde el principio, sin embargo ha tenido que hacer la misma adaptación que a otros niños a los que les ha costado más".

“Cada niño tiene sus individualidades e intentamos respetar los ritmos de cada uno, pero la realidad es que muchos alumnos necesitan ese periodo. Es posible que haya niños que no necesiten tantos días, pero también que hay otros que necesitan más”, señala por su parte Mónica González Trigo, psicopedagoga y coach infantil. 

“Lo ideal es que esté mama o papá dentro del aula, pero entendemos que mucha gente esto no lo puede hacer por lo que el apoyo puede ser también de los abuelos, tíos o alguien referente para el menor”, puntualiza esta experta, que recuerda la importancia de este periodo para los más pequeños. 

“Es importante darles tranquilidad porque una mala experiencia se les queda en el recuerdo. Se tienen que ir acostumbrando poco a poco al aula y nosotros tenemos que proporcionarles confianza, seguridad y mostrarles que vamos a volver porque el mayor miedo que tienen es a quedarse solos y a que sus papás no vuelvan a buscarles”, asegura. “Así se desarrolla su cerebro bajo el techo de la confianza y la protección, algo que evitará miedos e inseguridades en el futuro”, concluye González Trigo.

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