política

Un ciclo electoral que culmina la hegemonía del PP en Aragón

El resultado nacional empaña el éxito de los populares en la Comunidad, al contrario que la derrota del PSOE, mientras Teruel Existe se lleva un duro varapalo.

El líder autonómico del PP, Jorge Azcón, y el presidente provincial, Ramón Celma, con los diputados y senadores electos por Zaragoza, este domingo por la noche.
El líder autonómico del PP, Jorge Azcón, y el presidente provincial, Ramón Celma, con los diputados y senadores electos por Zaragoza, este domingo por la noche.
Oliver Duch

La calculada estrategia del líder popular, Jorge Azcón, de fagocitar el voto de centro y marcar distancia con Vox de cara a su investidura le ha permitido cerrar el ciclo electoral con una nueva victoria en las generales. El hecho de imponerse en las tres provincias y hacerlo con holgura le llevó a sumar siete diputados. Con casi el mismo porcentaje, un 36,33%, obtuvo cinco escaños en 2004. Y el resultado refuerza su ‘baronía’ a nivel nacional, porque habría que remontarse a las grandes victorias nacionales, las del 1996, 2000 y 2011, para encontrar un mejor resultado, con ocho diputados nacionales.

Ahora le falta asegurar el acuerdo que le permita gobernar en Aragón, porque en menos de dos meses ha dado la vuelta al mapa político aragonés y el PP domina con rotundidad todos los niveles del poder autonómico. Solo se le ha resistido, entre las grandes instituciones, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).

Al igual que el PSOE y Vox, este domingo ha logrado sumar más papeletas que en las autonómicas, pero el sabor de la victoria es agridulce porque Alberto Núñez Feijóo no suma la mayoría absoluta para gobernar. Antes de la comparecencia, el ambiente era de contención y seriedad. Ni siquiera servía de consuelo que en el Senado hubieran duplicado con creces al pasar de cuatro a nueve representantes, mientras el PSOE debía conformarse con tres, la mitad de los que ha tenido en los últimos cuatro años.

El ambiente no era muy distinta en la sede zaragozana de la formación de Abascal, a pesar de revalidar su representante en el Congreso por Zaragoza y ratificarse como tercera fuerza. Eso sí, lo ha hecho cediendo apoyos respecto al 2019.

Los socialistas estaban en la sede con la calculadora, pendientes de un recuento nacional de infarto. Habían perdido dos escaños en Aragón, pasan de seis a cuatro, pese a sumar más sufragios respecto a las autonómicas y las últimas generales, pero aún así había satisfacción por un balance en España que nadie esperaba.

Sumar tenía un holgado colchón para llevar a Jorge Pueyo al Congreso, dado que los tres partidos de la coalición en Aragón –Chunta, Podemos e Izquierda Unida– sumaron hace cuatro años un 14,37% del voto y hace dos meses, un 12,23%, porcentaje que casi clavaron anoche.

De nuevo, los nacionalistas tendrán voz propia en Madrid, algo que no lograban desde 2011, cuando se presentaron con IU y Chesús Yuste y Álvaro Sanz se relevaron en el escaño. Ambos respaldaron durante la campaña al candidato, que anoche no ocultó su emoción por dar el relevo.

Las caras eran más que largas en Teruel Existe, porque de tocar el cielo hace cuatro años con un escaño en el Congreso y dos en el Senado a quedarse ahora sin representación. Si en las autonómicas se dieron de bruces con una realidad que no esperaban, carecer de la llave de la gobernabilidad, anoche descendieron al infierno. Después de un mes de acuerdos y pactos con el PP en la Diputación Provincial de Teruel y en ayuntamientos y comarcas, anoche desaparecieron del mapa. En el camino se han dejado cerca de la mitad de los votos de  2019, cuando irrumpieron en política como primera fuerza. Se han tenido que conformar con los terceros y a solo un millar de votos de distancia de Vox.

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