Ciudades con 'photocalls' e 'instacorner': así cambian las redes la forma de hacer turismo

Hasta el 10% de los visitantes de Zaragoza dice que se han "informado" sobre el patrimonio y la oferta de ocio de la ciudad a través de Instagram.

Algunas de las fotos del perfil de Zaragoza Turismo en Instagram.
Algunas de las fotos del perfil de Zaragoza Turismo en Instagram.
Heraldo

No son pocos los aragoneses que estos días comienzan a definir su plan de vacaciones. Unos recalarán en Salou, otros se irán al Pirineo y, también, los habrá que hayan buscado algunos destinos más exóticos, acaso, por fotos que han visto en Instagram de Filipinas o Bali. Las redes sociales son cada vez más determinantes a la hora de elegir el destino vacacional, pero también a la hora de disfrutar del mismo: muchas aplicaciones han sustituido a las guías de viaje, las ciudades tienen su llamado ‘instacorner’ y las administraciones echan el resto en campañas en Facebook, YouTube, Twitter, Linkedin y, sobre todo, Instagram.

El último informe de Zaragoza Turismo y Universidad de Zaragoza sobre los visitantes a orillas del Ebro en 2022 incluye un apartado en exclusiva dedicado a las redes sociales. Allí se comprueba cómo marzo, agosto y octubre son los meses en los que más usuarios reclaman información de la ciudad a través de las pantallas del móvil y cómo la red que más creció el año pasado fue la consagrada a las fotos. Más de 43.000 seguidores tienen el perfil de Instagram de Zaragoza Turismo, donde se suele colgar un post diario y entre los que mejor funcionan figuran las imágenes de la calle Alfonso o los atardeceres del Pilar sobre las orillas del Ebro. No es casualidad, por tanto, que en las fiestas del Pilar o en Semana Santa broten ‘photocalls’ con el simbolito de Instagram en el Balcón de San Lázaro.

Photocall instalado en el balcón de San Lázaro.
Photocall instalado en el balcón de San Lázaro.
Ayuntamiento de Zaragoza

En el mismo estudio se señala que hasta un 10% de los visitantes han elegido las redes sociales para ‘informarse’ de la ciudad, y que siete de cada diez visitantes han utilizado Internet para esta tarea (67,2%), muy por delante de las recomendaciones del entorno familiar y social (14,4%).

María Serrano, experta en redes y creadora junto a un grupo de amigos de la cuenta ‘Ir de propio’, explica que esta proyecto "surgió para enseñar la Zaragoza más moderna pero acabó convirtiéndose para gente de fuera como una especie de guía turística: nos escribían y nos preguntaban por rutas de fin de semana y por zonas a las que ir". Para Serrano en los diez últimos años ha cambiado mucho la relación de las redes y el turismo, pues en 2012 "Instagram estaba en plena fase de crecimiento y eran los usuarios con más seguidores y que cuidaban mucho su perfil los que servían de reclamo". Así surgieron los ‘instagram-trips’, que eran viajes promocionados desde los ayuntamientos o las diputaciones para enseñar por las redes monumentos, restaurantes y vender sus bondades turísticas. Cuando ya se consolidó Instagram "comenzaron a llegar los personajes famosos: cantantes, actores, modelos, deportistas… el perfil de influyente cambió, los ‘trips’ dejaron de tener sentido y el ‘influencer’ se profesionalizó", explica Serrano.

Interacciones en las redes sociales del patronato de Turismo de Zaragoza.
Interacciones en las redes sociales del patronato de Turismo de Zaragoza.
Heraldo

La red tampoco fue ajena a estos cambios y, en su momento, impulsó su potencial turístico sacando unas guías como herramienta en las que se podían crear un álbumes de fotos. "Estas se utilizaron para hacer minirecomendaciones de viajes, parecidas a las que se hacen hoy a través de ‘feed’ de stories". "Hubo perfiles como el de Leperiplo -recuerda Serrano- que comenzó siendo una instagramer que hablaba de viajes de forma sencilla y con buenas fotos y que, después, trató de amortizarlo creando sus propias guías de viaje", con lo que ha convertido una actividad inicialmente de ocio en todo un negocio.

El periodista Guillermo Alonso lamenta que muchos turistas actuales "ven las ciudades a través de los teléfonos móviles y los monumentos a través de sus lentes". "Sacan el móvil para hacer la foto de turno y no ven el Panteón sino la foto del Panteón", dice el autor de ‘Muestras privadas de afecto’. En este sentido proliferan también las fotos icónicas, todas desde un mismo lugar y una misma perspectiva (que podrían descargarse de internet), como sucede en la esfinge de Gizah o en Nueva York, en la zona de Dumbo, donde incluso hay marcadas líneas en el suelo para obtener la foto perfecta sin que molesten los otros diez millones de usuarios que guardan su turno para obtener la misma instantánea. Algunos miradores como el Summit también están construidos 'ex profeso' para lucir bien en redes, con sus juegos de espejos, efectos ópticos y salones de globos flotantes metalizados.

Interior del edificio Summit en Nueva York.
Interior del edificio Summit en Nueva York.
Heraldo

"Ya no se hacen fotos para el recuerdo del viaje o para enseñárselas a la familia, se hacen directamente para presumir en redes". La sobredosis de turismo también ha alcanzado incluso las legislaciones de algunas ciudades: Amsterdam ha prohibido los pisos turísticos en el centro histórico y Venecia ha reservado el paso de algunas calles en exclusiva para los vecinos. Ese morir de éxito fue parecido a lo que sucedió en Anento durante la pandemia...

Algunas de las recomendaciones de viajes de Periplo, que empezó como perfil de Instagram.
Algunas de las recomendaciones de viajes de Periplo, que empezó como perfil de Instagram.
Heraldo

Rincones secretos... y masificados

Harina de otro costal son todos aquellos rincones supuestamente secretos, únicos o diferentes que, tras aparecer en las redes, mueren de éxito y de hartazgo. "Ahora la tendencia es otra: ante lo poco turístico o poco explotado se cuelga la foto pero no se dice el lugar exacto para que no se masifique. Creo que después de la pandemia esto se respeta más y somos más conscientes con nuestra forma de viajar", apunta Serrano. Instagram, no obstante, ha demostrado su capacidad para inspirar viajes y para cambiar, incluso, la estética de restaurantes, cafeterías u hoteles, que adaptan sus instalaciones para hacer rincones más atractivos. ¿La prueba? Ese espejito en el que la gente se hace selfis, también llamado ‘instagramcorner’.

De vuelta al informe del turismo zaragozano, llama la atención que incluso se ha creado una comunidad de Linkedin Zaragoza Congresos, que cuenta con unos 10.000 seguidores. El vídeo ‘El latir de Zaragoza’ fue el más visualizado y compartido el año pasado, sobre todo, en Instagram, que es la red más agradecida a juzgar por su “cantidad diaria de me gusta”. Los mensajes de “mayor impacto” y “más compromiso” son los que tienen que ver con la basílica del Pilar, la Aljafería o la zona de la Expo, con edificio sin mucho uso pero que quedan muy bien en las fotos...

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