elecciones

La desaparición de Cs y el batacazo de Podemos propician el cambio a la derecha en Aragón

El PP iguala su segundo mejor resultado al crecer a 28 diputados y por primera vez no dependerá del PAR para gobernar. 

Jorge Azcón, vencedor en Aragón
Jorge Azcón, vencedor en Aragón
José Miguel Marco

Aragón no ha sido la excepción y el PP se ha impuesto en las tres provincias. Su presidente autonómico y aún alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha igualado el segundo mejor resultado de la historia gracias a los 28 escaños cosechados, los mismos que en 1999 y a tan solo dos de los conseguidos por Luisa Fernanda Rudi antes de asumir la Presidencia de la Comunidad en 2011. Y todo gracias a los casi 231.000 aragoneses que depositaron la papeleta, un 65% más que hace cuatro años.

El vuelco del voto a la derecha ha sido claro, ya que no solo los conservadores pasan de 16 a 28 diputados, sino que Vox duplica con creces su representación, de 3 a 7 escaños, sumando así uno más de la mayoría de la Cámara, compuesta por 67 representantes. La extrema derecha ha estado cerca de duplicar los avales en las urnas, de 40.671 a más de 73.000.

La concentración del voto ha perjudicado especialmente a los partidos que representaron la nueva política hace dos legislaturas, Ciudadanos y Podemos. Soñaron con dar el sorpaso a PP y PSOE, pero los liberales han desaparecido y los morados se dan un batacazo que los condena a la irrelevancia política.

El gran descalabro de la noche se lo llevó Ciudadanos, que ha pasado de ser la tercera fuerza política en Aragón, con casi un 17% y lograr una docena de escaños hace cuatro años, a abandonar literalmente el hemiciclo. Su paso por el palacio de la Aljafería ha sido fugaz, pese a su intensidad: sin que nadie conociera prácticamente la lista liberal, lograron cinco representantes en 2015 y su ascenso parecía imparable porque en 2019 obtuvieron 12. En las primeras generales de ese año, en abril, tocaron el cielo al convertirse en la segunda fuerza de Aragón, superando al PP, pero noviembre, cuando se repitieron, los liberales iniciaron el descenso a los infiernos que culminó anoche: poco más de 8.000 votos cuando en 2019 fueron 111.602.

El que ha logrado salvar la situación ha sido el secretario general del PAR, Alberto Izquierdo, dado que con su elección por Teruel ha evitado la defunción del partido que ha gobernado Aragón a lo largo de los últimos 36 años, a excepción del primero mandato de Lambán (2015-2019). Eso sí, ya no será «el clavico del abanico», como lo ha sido desde 1995 decidiendo el color político en el Pignatelli, tras dos legislaturas previas como fuerza hegemónica en el centroderecha. El descenso ha sido permanente desde que en 1987 obtuvo su mejor resultado con 19 diputados, una representación que ya se redujo a tan solo tres en 2019.

El bloque de la izquierda ha sufrido un retroceso, de 33 a 28 diputados, que se achaca casi en su totalidad a Podemos. El PSOE de Javier Lambán ha aguantado y ha cedido un solo escaño, de 24 a 23, pese al «tsunami» del PP en toda España, pero la ola casi se ha llevado por delante a la formación morada. Si hace ocho años cosechó catorce parlamentarios, en 2019 ya sufrió un batacazo al quedarse con cinco y anoche solo pudo garantizar que su líder, Maru Díaz, pueda seguir en las Cortes. Si en 2015 consiguió la confianza de 137.325 aragoneses, ayer se tuvo que conformar con 25.842, ni un 20%.

Los únicos que aguantan su actual representación son IU y CHA, con uno y tres diputados, respectivamente, aunque como el resto de la izquierda pierden votos. La coalición de izquierdas cosechó 20.195 votos, 2.000 menos que hace cuatro años, mientras los nacionalistas se dejaron un tercio.

Mientras tanto, Teruel Existe accede a las Cortes con tres parlamentarios cosechados en su provincia gracias al apoyo de 32.465 personas, pero no se han cumplido las previsiones demoscópicas de que ostentara la llave de la gobernabilidad.

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