Tecnologías obsoletas que se resisten a ser superadas: entre el Teletexto, los vinilos y la  Polaroid 

Cada día dos millones de personas acceden al Teletexto. ¿Por qué se resisten a desaparecer formatos que podrían parecer obsoletos? ¿Es por nostalgia o por su practicismo?

El Teletexto sigue exhibiendo músculo aunque lejos de su apogeo de los años 90.
El Teletexto sigue exhibiendo músculo aunque lejos de su apogeo de los años 90.
Heraldo

No puede ser exclusivamente una cuestión de nostalgia. Hay decenas de ejemplos de aparatos pasados de moda que se siguen utilizando con asiduidad. RTVE informó recientemente de que dos millones de personas siguen utilizando el Teletexto a diario y, aunque en las redes se bromeó con que más de un millón entran sin querer y luego no saben cómo salir, desde el ente público defienden la utilidad de una tecnología casi olvidada que ha conseguido sobrevivir a internet. 

"El Teletexto no es otra cosa que un periódico electrónico que puedes ver en casa, sentadito en el sofá", dice Charo Muñoz, una de las trabajadoras de la redacción de este medio, que se consulta con números y códigos de colores a través del televisor. Muñoz señala que cuando comenzó a trabajar la redacción la componían hasta 40 personas y ahora apenas están nueve periodistas porque muchos trabajos, como la publicación de resultados deportivos, se han automatizado. Eso no quita, no obstante, para que se sigan haciendo especiales pixelados, por ejemplo, en torno a la pandemia o al último Mundial de fútbol.

El Teletexto nació en Inglaterra en 1972 y no llegaría a España hasta 1988. Aunque en aquel momento fue un hito y sus páginas de loterías y horóscopos eran híperconsultadas, en los últimos años se le ha querido dar por muerto muchas veces.

Con una tenacidad casi aragonesa, el Teletexto continúa, contra viento y marea, atrayendo a cientos de miles de usuarios, que suelen ser personas mayores que se acostumbraron a utilizarlo hace unas décadas y no han dado el salto a internet por considerar la red demasiado compleja. Tecleando tres cifras tienen acceso al tiempo, la programación, las loterías... Otro de sus fuertes continúa siendo el servicio de subtítulos, que fue una de sus primigenias razones de ser.

Facebook se lanzó en 2004 y hace ahora 14 años que incorporó su botoncito de ‘me gusta’.
Facebook se lanzó en 2004 y hace ahora 14 años que incorporó su botoncito de ‘me gusta’.
Pixabay

Un reciente experimento del Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE trató de explicar a los más jóvenes qué era el Teletexto. Muchos no sabían por dónde empezar a leer, otros esperaban que Super Mario Bros apareciera por alguna esquina y la mayoría ‘flipaba’ cuando les decían que, en su momento, albergó páginas de contactos, donde hombres y mujeres buscaban acompañante. "Del Teletexto han salido muchas parejas. Podría decirse que fue el Tinder de su época", bromean en el ente público.

"Del Teletexto han salido muchas parejas. Podría decirse que fue el Tinder de su época"

El Teletexto es una de esas tecnologías que parece que deberían haber sido superadas hace tiempo, pero no se ha dejado del todo atrás quién sabe si por su utilidad, por nostalgia o porque ya está todo inventado y no somos tan modernos como pesamos. Ésta es una de las teorías del arqueólogo Alfredo González Ruibal, que en el pódcast ‘La historia es ayer’, invita a viajar a lo más profundo de la condición humana a través de los objetos y los residuos. En distintos capítulos aborda nueva clase de ‘fósiles’ como las carcasas de los móviles Nokia de los primeros dosmiles, "que ya realmente parecen tan arqueológicas como las hachas de bronce de la prehistoria". Cuando se comparan objetos, "te das cuenta de que no somos tan modernos como creemos: el móvil, al final y al cabo, no es más que un sistema de comunicación como lo eran las tablillas de cera que se encuentran en las excavaciones. Aquellos eran los SMS de los tiempos medievales", dice el arqueólogo.

"Si hablamos de comunicación no hay nada más sagrado e infalible que un ‘post it’, es decir, la comunicación a través de la nevera", comenta Mariano Bazco, director de proyectos de Línea Diseño, que asegura que hasta los ‘whatsapps’ tienen la partida perdida frente a los pequeños papelitos amarillos adhesivos. "En muchos hogares tampoco han cuajado las agendas electrónicas y, en consecuencia, como es mi caso, las citas importante siguen figurando escritas a mano en el calendario de la cocina. Yo llevo un montón de años comprando unos temáticos de Tintín que son los que, en realidad, me organizan el día a día".

Del videoclub a Netflix
En España apenas quedan abiertos unos 300 videoclubs de los más de 7.000 que llegaron a existir en su apogeo.
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Aunque un móvil de los años 90 pueda parecer una antigüedad a los ojos de un ‘millennial’, lo cierto es que la aceleración de la cultura material a veces da una tregua o tiene, incluso, idas y venidas con algún que otro paso atrás. ¿Por qué en plena época digital está experimentando un renacimiento la fotografía analógica? Los grandes distribuidores han vuelto a vender carretes y marcas como Polaroid, sobre la que incluso llegó a planear la oscura sombra de la bancarrota, han vuelto a llenar los estantes de las tiendas y han disparado sus índices de ventas en los últimos años.

"Si hablamos de comunicación no hay nada más sagrado e infalible que un ‘post it'"

Instagram es un testigo privilegiado de este movimiento. No pocos usuarios se están dedicando a realizar fotografías con una cámara analógica, revelarlas, escanearlas, subirlas a esta red social y titularlas con la etiqueta?#FilmIsNotDead (#ElCarreteNoEstáMuerto). Con este ‘hastag’ ya se han registrado más de 25 millones de fotografías de todo el mundo. Fotografías con grano, mal encuadradas o incluso quemadas que, a pesar de sus defectos –o puede que gracias a ellos–dado que evidencian que no hay ninguna IA detrás–, acumulan miles de‘me gusta.

La fotógrafa zaragozana Luisa Monleón, integrante del colectivo Rara Avis, explica que se sigue percibiendo un ‘boom’ de lo analógico en la gente joven, que tiene repercusión –incluso– "en el precio de los carretes y los revelados: antes era muy accesible y ahora se han convertido casi un producto de lujo", afirma. En las redes sociales se ve el resurgimiento de la fotografía analógica, que también "corre el riesgo de que cree una burbuja". "Vemos también –continúa Monleón– que a otro nivel están saliendo otros cursos y formaciones con otros procesos analógicos como la cianotipia o el colodión, que hace unos años no se conocían y ahora están encontrando un sitio. Me alegro porque es conocer el origen, saber de dónde vienen las cosas y disfrutar del proceso".

En Japón el fax aún tiene vigencia para enviar notas personalizadas.
En Japón el fax aún tiene vigencia para enviar notas personalizadas.
Pixabay

¿Son estos ‘revival’ una moda pasajera? Luis Linacero, propietario de una de las tiendas de discos más clásicas de Zaragoza, cree que en lo que al vinilo respecta ya se ha superado el miedo a poder ser flor –o ‘comeback’– de un solo día. "Antes convivían tocadiscos y reproductores de cedés. Cuando se rompía la aguja se dejaba el tocadiscos apartado y olvidado. Ahora cada vez más gente los desempolva, cambia la aguja y los vuelve a poner en marcha: esa sensación de sacar el disco de la funda, apoyar la aguja y que suene es tan placentera, que la reivindican quienes lo vivieron en los 60, pero también quienes lo descubren ahora", explica Linacero.

"Los vinilos también son una acumulación de recuerdos. La música te tiene que tocar el alma, ha de ser tangible y tiene que llegar a diversos sentidos, no solo al oído", opina Mariano Bazco, componente del dúo Starkytch, que recela de los archivos uniformados en un ordenador. "Nosotros aún pinchamos con cedés, debemos ser ya de los pocos, porque tras la pandemia han desaparecido de muchos equipos. Llevamos dos maletas con más de 1.500 canciones y nos gusta rebuscar, manipular, movernos: nuestra cabeza es muy analógica y cuando visualiza una portada ya sabe qué música hay dentro".

"Es verdad que los vinilos persisten por nostalgia, pero también porque se escuchan mucho mejor"

Los vinilos mantienen el pulso a los mp3, al Spotify y muchas otras innovaciones sonoras. "Es verdad que persisten por nostalgia, pero también porque se escuchan mucho mejor al no estar la música reducida y compactada", explican los expertos. Para apreciar este sonido es preciso un equipo de alta fidelidad, pero lo que "a los jóvenes les flipa" –dice Linacero– es "descubrir que una aguja sobre una superficie de plástico emite un sonido. ¿No es más increíble que exista un teléfono sin cables?".

Lo que está por ver es que el ‘walk-man’ también pueda tener una segunda juventud, después de que Sony haya lanzado al mercado un reproductor de música que evoca aquellos aparatos imprescindibles en los años 80. Eso sí, aquí hay más trampa que cartón, pues el aparato funciona sin cassette y cuesta 330 euros. "Hace un par de años que lo anunciaron y forma parte de la cultura ‘hi-res’, esto es, un intento de llevar a lo analógico lo digital. Es un aparatillo que trata de cubrir el hueco que deja Apple con la retirada de su iPod Touch y la desaparición de los mp3", explica el experto en sonido Joel Rico.

En los años 90 un primigenio videojuego, 'Hugo', se coló en el ‘Telecupón’ de Carmen Sevilla.
En los años 90 un primigenio videojuego, 'Hugo', se coló en el ‘Telecupón’ de Carmen Sevilla.
Telecinco

"Es algo que ya tenemos integrado en el móvil, pero en realidad acabamos usando plataformas digitales. Por eso, este ‘walkman’ es un intento de tener en formato Android algo que puedas tener en la palma de la mano y en lo que no salten anuncios", añade Rico, uno de cuyos últimos trabajos editó, precisamente, en formato cassette. De vuelta al vinilo, otra derivada a tener en cuenta es que es un "perfecto regalo" por ejemplo –casualidades de la vida– para el Día de la Madre. Es probable que hoy se despachen no pocos vinilos rojos del ‘Motomami’, como también para el Día del Padre se disparan las ventas del ‘Brothers in arms’, de Dire Straits, uno de los discos físicos más regalados de la historia.

En los estudios sobre ‘el ciclo de producto’ (diseño, construcción, lanzamiento al mercado...), los japoneses siempre han puesto especial interés en los dos pasos ulteriores: investigación de mercado para ver la respuesta y usar la respuesta para rediseñar y mejorar el producto. En este sentido, los ingenieros denominan ‘Kaizen’ al "el espíritu de mejora continua": a pesar de que la base o la materia prima sea la misma siempre, nada cambia tan rápido como podría parecer. Un ejemplo que citan los arqueólogos es que los mecheros de plástico no dejan de ser una evolución de las cajas de yesca que ya en el año 1.500 se usaban para hacer fuego: "Es la misma herramienta pero con una apariencia distinta".

Luis Linacero, en su tienda del centro comercial El Caracol.
Luis Linacero, en su tienda del centro comercial El Caracol.
Oliver Duch

EL REFUGIO DE LA ALTA FIDELIDAD

"Quienes disfrutan con la calidad del sonido tienen en casa buenos tocadiscos, buenos amplificaciones, buenos altavoces... Hoy en día se venden tocadiscos de menos prestaciones y las nuevas generaciones compran vinilos más por la fascinación por el formato que por la alta fidelidad", opina Luis Linacero, desde su mítica tienda del Caracol. Linacero habla de "la liturgia" de sacar el disco de la funda, apoyar la aguja, sentarse en un sofá y disfrutar de una calidad de sonido que nada tiene que ver con el compactado del mp3.  

Algunas de las Game Boy reinterpretadas por la artista Ira Torres.
Algunas de las Game Boy reinterpretadas por la artista Ira Torres.
Ira Torres

EL ARTE, OTRA FORMA DE PROCURAR LA INMORTALIDAD

La evolución de los videojuegos y las consolas ha sido vertiginosa en las últimas décadas. No obstante, al igual que la fotografía analógica tiene un icono en las Polaroid, en el universo de las maquinitas hay un clásico inolvidable que, incluso, los jóvenes artistas han hecho suyo y han colado en el imaginario de sus obras: la Game Boy. Este pequeño aparato de Nintendo llegó a España hace ahora 35 años y supuso la ruptura total con la anterior generación de consolas. Donkey Kong, Pacman y, por supuesto, Super Mario Bros pasaron a ser amigos íntimos de una generación de niños que, con el desarrollo de las ciudades, dejaron de jugar en las calles. "La Game Boy nos ha dado muy buenos ratos de desconexión a gente de un rango de edad bastante amplio. Yo, incluso, la considero un puente para jugar en común", explica la artista zaragozana Ira Torres, que ha hecho innumerables versiones de consola en su producción pictórica. "Al pintarla me hace acordarme de cuando tuve la mía de pequeña y era sinónimo de que iba a pasar un buen rato. Además, vivía loquita con Pokèmon y poder jugar a eso era lo máximo", dice Torres. De la Game Boy se vendieron más de 100 millones de unidades y hace unos años el Centro de Arte y Tecnología de Zaragoza, Etopia, albergó una muestra de arte contemporáneo que giraba en torno a este aparato. imágenes: ira torres

Las fotógrafas de Rara Avis, con su proyecto 'Retratos de una era'.
Las fotógrafas de Rara Avis, con su proyecto 'Retratos de una era'.
Luis Areñas

MÁS ALLÁ DE LA FIEBRE DE LAS POLAROIDS

Con su proyecto ‘Retratos de una era’, las fotógrafas Luisa Monleón y Cristina Rico recorrieron las calles de Zaragoza retratando a viandantes con una cámara minutera fabricada por ellas mismas a la imagen y semejanza de las de finales del siglo XIX. "Nos dimos cuenta de que había mucho desconocimiento de la técnica, de los procesos artesanales en general», comentan, al tiempo que celebran que ahora sí estén saliendo «cursos y formaciones de otros procesos analógicos como la cianotipia o el colodión". Luis Areñas

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