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Prisión de Zuera: 1.100 internos para dos médicos a punto de jubilarse y un servicio de telemedicina vespertino
Un preso pasó diez horas esperando su traslado a un hospital después de haberse tragado unas cuchillas porque no había una ambulancia disponible.
El uso alternativo de la telemedicina o las denominadas guardias telemáticas que Instituciones Penitenciarias puso en marcha hace un mes y medio en la prisión de Zuera para cubrir a la jubilación de varios médicos, y con una plantilla limitada a dos facultativos hasta el mes de junio (que también se van a retirar), no soluciona la presión sanitaria de 1.100 internos, según fuentes penitenciarias.
Este mecanismo que ha dispuesto el Ministerio del Interior para esta prisión y otras del resto del país, que tienen la misma problemática, se utiliza durante las tardes y en los días festivos (hasta las 21.00. A partir de ese momento no hay nadie) porque el horario de la consulta para los internos de los dos médicos que quedan es por la mañana en los días laborables.
"Uno de los médicos de Zuera pasa consulta de 8.00 a 16.00, mientras atiende también Enfermería. A los presos que están en aislamiento y en módulos de ingresos tienen que ir a verlos porque no pueden moverse", recalca una funcionaria que lamenta la situación de presión que están viviendo.
En esta legislatura, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha marcado como prioridad la transferencia de la sanidad de las prisiones a las CC AA, como ya se ha hecho con Navarra en 2021 (se suma al País Vasco y Cataluña, que tienen la competencia de prisiones). Con Aragón se abrieron negociaciones para asumir esta parte médica, pero no se ha llegado a un acuerdo. En otras comunidades como Baleares o Galicia ha ocurrido lo mismo.
“La manera de paliar el problema de la jubilación de los médicos para Instituciones Penitenciarias es la oferta de empleo y las guardias telemáticas, aunque la prioridad es la transferencia de la sanidad a las comunidades autónomas como ya ha asumido Navarra”, señalan fuentes de Instituciones Penitenciarias. “Los presos tienen el mismo derecho que cualquier ciudadano a disponer de atención médica”.
La cárcel de Zuera llegó a tener ocho médicos hace dos años y en dos meses va a quedarse sin ninguno. La única alternativa que se atisba, de momento, es contratar a algún interino como sustituto de los titulares porque las plazas ofertadas no se cubren y las negociaciones con la DGA para la transferencia de las competencias sanitarias no parece prioritaria y menos antes de las elecciones del 28 de mayo, señalan fuentes de la DGA. “El plan sanitario de la DGA debería incluir esta parte de las prisiones”, apuntan fuentes penitenciarias.
Entre enfermería y aislamiento
La situación que atraviesa la prisión de Zuera quedó de manifiesto durante la Semana Santa, momento en el que se realizaron una decena de llamadas diarias para realizar atenciones por telemedicina. Se suelen realizar a través de una pantalla instalada en la enfermería (donde hay 48 plazas, de las cuales 35 son para enfermos y una docena se destinan a presos de apoyo) para contactar con médicos de guardia en cualquier lugar de España o bien por el teléfono móvil que acaban de colocar en las secciones de aislamiento y la de ingresos, ya que estos presos no pueden salir de esos módulos
“La sobrecarga de trabajo se nota en las urgencias que llegan diariamente a la enfermería, a veces más de 50 casos diarios. Al estar en los días de Ramadán la presión médica se nota más y aún quedan dos semanas: hay muchas afecciones de los presos por agresiones en peleas, daños por cortes y hasta tentativas de suicidios”, denuncia un funcionario.
Cada día se tienen que alertar una o dos ambulancias para que los presos sean trasladados a un centro hospitalario, después de que un médico (de forma presencial o por telemática) autorice el traslado.
Esta presión se multiplica los fines de semana, cuando llegan a avisarse hasta cuatro ambulancias, según las mismas fuentes, aunque esas ambulancias no se llegan con la rapidez que se precisa.
De hecho, agregan que la situación en la que se han encontrado les llevó a que un médico del centro médico de Zuera tuviera que entrar en el centro penitenciario durante la pasada Semana Santa para atender a un interno. “Entraron con un coche público a la prisión el médico y un enfermero”, señala un funcionario sorprendido con esta visita.
Diez horas para trasladarlo de la cárcel al hospital
El pasado lunes, un interno musulmán estuvo diez horas esperando en la enfermería porque se había tragado una cuchilla y no llegaba la ambulancia para trasladarlo al Miguel Servet. No había efectivos de la Guardia Civil suficientes para acompañar al interno.
“Si me muero, te denunciaré”, comentó el preso a uno de los trabajadores de la enfermería de la prisión de Zuera, quien no sabía cómo explicarle el motivo del retraso de su traslado al centro hospitalario para que le extirparan la cuchilla que había ingerido a modo de protesta.
Situaciones como la vivida esta semana con este interno provocan una presión ya denunciada por el Colegio Oficial de Enfemería hace un mes, cuando se perdieron los médicos del turno de tarde y se sustituyeron por el servicio de telemedicina que solo está operativo en la prisión de Zuera por la tarde. En horario nocturno no funciona y tampoco hay médico.
