La DGA cederá los terrenos para que la sede del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón sea una realidad

El INMA aspira a lograr este año el reconocimiento como centro de excelencia Severo Ochoa, que le permitirá contratar a 40 investigadores.

Javier Lambán durante la visita al INMA.
Javier Lambán durante la visita al INMA.
Gobierno de Aragón

Tras casi diez años de parón, el centro de investigación de alto rendimiento, que será la sede del Instituto de Nanociencia y Materiales (INMA) y del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), parece que comienza a dar, de nuevo, sus primeros pasos. El presidente aragonés, Javier Lambán, se ha comprometido este lunes a ceder los terrenos necesarios para que se pueda iniciar la construcción del Centro de Química y Materiales de Aragón (Ceqma). Se ubicará en el campus río Ebro, pero en una parcela diferente a la que en 2014 se iniciaron, incluso, los trabajos de pilotaje.

"Necesitamos un edificio emblemático, moderno, que sea atractivo para que investigadores de muy alto nivel quieran venir a desarrollar sus trabajos", ha explicado Conrado Rillo, director del INMA, tras una reunión en la que también participaron Rosa Bolea, vicerrectora de Política Científica de la Universidad de Zaragoza, y María Jesús Lázaro, delegada territorial del CSIC en Aragón, dado que se trata de un instituto mixto. En este sentido, Rillo ha detallado que, una vez se produzca la cesión del terreno, existe un "acuerdo" por el que CSIC asumirá el coste de la construcción, mientras que el campus público aragonés se encargará de equiparlo.

Esta sede está proyectada en la parcela colindante al Edificio I+D y tendrá una superficie de unos 14.000 metros cuadrados. De este modo, apuntó Rillo, será "lo más barato posible", pero también permitirá no tener que trasladar algunos espacios y "aprovechar las sinergias entre ambos edificios". Además, destacó, estará justo detrás del centro mixto de investigación con empresas, ideal para "proyectos ya muy aplicados". El desembolso estimado, según apuntaron desde el Gobierno de Aragón, es de unos 23 millones de euros.

La obra se podría dilatar entre cuatro y seis años. Y es aquí donde entra en juego la Universidad de Zaragoza, que plantea "un edificio de construcción rápida que pueda estar en un par de años" para contar con el espacio suficiente hasta que esté el definitivo. Algo todavía más determinante si, tal y como espera, este año el INMA logra la acreditación Severo Ochoa, que supondría un millón de euros anuales extra y la posibilidad de contratar unas 40 personas a las que no tendrían donde ubicar en las instalaciones actuales. "Su actividad la tienen diseminada en cinco edificios y eso merma mucho su capacidad logística y de trabajar a pleno rendimiento", ha recordado Lambán, quien se ha mostrado dispuesto a llevar a cabo la cesión "de la manera más rápida posible".

Rillo ha recordado que llevan años trabajando en esta solicitud y que en los tres intentos anteriores se han ido "subiendo escalones": "Esperamos que este año hayamos puesto ya la guinda que nos faltaba. Estamos con un pie dentro". 

En un futuro inminente, el objetivo del INMA es reforzar las líneas de trabajo relacionadas con la Inteligencia Artificial aplicada al diseño de materiales. De hecho, después del verano está previsto que se incorpore un investigador de la Universidad de Viena. También se pretende impulsar las investigaciones relacionadas con la energía, en concreto, con la transformación del CO2 en "productos útiles". Para ello ya han conseguido atraer a una aragonesa que era profesora en La Sorbona (París) y a un holandés "que ha visto en el INMA como el sitio donde desarrollar su trabajo".

Otras iniciativas

El encuentro de este lunes también ha servido para analizar la mejora de la estrategia regional de atracción de talento, apoyándose en la excelencia investigadora. "La Universidad y CSIC son dos baluartes de la generación de talento", recalcó Lambán, quien recordó se está "a punto" de licitar las obras para habilitar el edificio de la Expo en el que se ubicará la sede provisional del Centro Aragonés del Talento, en el que participan tanto el campus universitario como el centro de investigación, entre otros.

En ámbitos como las tecnologías cuánticas o la Inteligencia Artificial se buscará atraer investigadores mediante la fórmula de compatibilizar la afiliación dual en su institución de origen y en la de destino. Igualmente, para su cofinanciación, se prevé, además de la implicación de la Fundación ARAID, la necesidad de involucrar a la iniciativa privada. También se estudia crear un nuevo esquema de cofinanciación de contratos post-doctorales para estancias compartidas en centros de investigación y empresas.

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