patrimonio

Los techos más bonitos de los comercios zaragozanos

A veces conviene mirar más allá de los estantes y mostradores para descubrir auténticas joyas de patrimoniales. A orillas del Ebro se conservan preciosos artesonados.

Algunos de los remates superiores de tiendas y negocios de Zaragoza.
Algunos de los remates superiores de tiendas y negocios de Zaragoza.
Heraldo

En Huesca se acaba de iniciar una campaña para restaurar el bellísimo techo de ultramarinos La Confianza. La tienda, con sus más de 150 años de historia, es una parada obligada cuando se visita la capital oscense y frecuentemente se ve a compradores absortos con las preciosas pinturas de León Abadías que decoran la parte alta del local. En un comercio es habitual posar la mirada en estantes y mostradores, pero hay casos en los que conviene elevar la vista para toparse con fascinantes artesonados, estucos o trabajos de carpintería. ¿Cuáles son los techos más bonitos de los comercios de Zaragoza?

Es difícil hacer un inventario de techos que dejen boquiabiertos porque tampoco existe una protección concreta de los mismos. Es decir, en las fichas de patrimonio de muchos locales centenarios se insta a salvaguardar patios, cajas de escaleras, columnas o bodegas, pero rara vez se hace mención concreta al techo. Tan solo de figuras algo más ambiguas como “decoraciones”, “carpinterías” o, incluso, “lámparas” se puede deducir la necesidad de conservar estos cielos comerciales. 

Foto del Café 1885 que abre sus puertas en el antiguo local de la Joyería Aladrén en Zaragoza
Café 1885, en el antiguo local de la Joyería Aladrén en Zaragoza
Oliver Duch

Uno de los ejemplos más paradigmáticos es el de la antigua joyería Aladrén, que hace poco tiempo estrenó una nueva vida como Café 1885. Uno de los empeños de los nuevos propietarios y del equipo de arquitectos que emprendió la reforma fue recopilar fotos antiguas del local para lograr recrear al mínimo detalle el que es desde hace 138 años uno de los establecimientos más bellos del comercio zaragozano. Por su fachada, por su recargada decoración y por sus artesonados bien merecía el esfuerzo recuperar el ornato de todo el local (sobre todo, del estancia interior llamada de Luis XVI), realizada por los primitivos decoradores en 1886. 

Según el informe histórico-artístico de Ayuntamiento, el establecimiento sigue “el estilo ecléctico e historicista de finales del siglo XIX” y responde a la intención de los propietarios de “ofrecer un comercio de lujo acorde con la nueva burguesía instalada en la zona”. Este techo, quince años posterior al casi modernista de La Confianza, acompaña hoy a los clientes que toman un aperitivo en Café 1885 y que no dejan de hacer fotos -incluso en espejos y reflejos- al artesonado de una tienda que sirvió a Juan Pablo II o la reina Fabiola de Bélgica. A muchos les recuerda a los casetones de la Aljafería y a otros les evoca los de la antigua casa de Gabriel Sánchez (hoy en el palacio de Montemuzo), pues Aragón es rica en rotundos techos de maderas nobles como también saben al otro lado del océano…

El artesonado, en una de las imágenes que aparece en el anuncio del la inmobiliaria.
El artesonado de Casa Gavín, en una de las imágenes del anuncio del la inmobiliaria.
Idealista

Sin dejar los espectaculares trabajos de ebanistería, otra techumbre que está de actualidad a orillas del Ebro es la de la antigua Casa Gavín, local situado en la avenida de César Augusto 100, que tras atravesar un tiempo de olvido y haberse puesto a la venta parece que va a recuperar actividad comercial. Este negocio abrió sus puertas en 1900, en paralelo al auge del entonces nuevo Mercado Central, y de la misma época es su famoso artesonado de madera. Cuentan que de todos estos casetones, facturados en roble americano, llegaron a realizar un informe técnico los hermanos Albareda. 

Está inspirado en el estilo de moda en Francia a principios de siglo y algunos expertos atribuyen su autoría al arquitecto Ricardo Magdalena. Este techo cuenta con protección patrimonial, al igual que el resto de la carpintería del local, pues toda la tienda (que lleva cerrada desde 2018) es un delirio de estantes, escaleras y “un espectacular conjunto de anaqueles expositores articulados por esbeltas columnillas”. Por este y otros motivos, el edificio está catalogado como de Interés Arquitectónico de grado B y se especifica en su ficha patrimonial que es obligado conservar la fachada “y la carpintería interior”.

Detalle de la madera en la parte superior de Casa Lac.
Detalle de la madera en la parte superior de Casa Lac.
Guillermo Mestre

Techos, molduras y artesonados semejantes se pueden hallar en otros comercios centenarios zaragozanos como es el caso de la pastelería Fantoba (se dice que su carpintería excepcional costó 3.200 pesetas de la época) o de la propia Casa Lac, considerado el restaurante con la licencia más antigua de España, y entre cuyas maderas superiores se han colocado unos cuantos focos halógenos.

Algunos de los establecimientos citados formaban parte antaño de un paseo turístico de inspiración modernista que se llevaba a cabo por el Caso Histórico de la ciudad. La llamada ‘Ruta 1908’ atravesaba diversas tiendas centenarias, además del Torreón de la Zuda o el hall del Teatro Principal. “Lo turistas podían conocer algunas joyas del comercio local, muchas de las cuales llegaron de la mano de la exposición Hispano Francesa de 1908, los primeros automóviles o la popularización de la electricidad”, explican fuentes municipales. En aquellos ‘tours’, además del artesonado de Casa Gavín, también se visitaba el mostrador de la que fuera La Reina de las Tintas, el local de Paños Fortea, la Alicantina o la tienda ‘gourmet’ Montal, donde se explicaban -dado que ahí se conserva el reloj original- algunos detalles de la Torre Nueva. En Montal, tanto en la tienda gourmet como en salas interiores, es posible deleitarse con la preciosa visión del patio, la claraboya, las vigas de madera…

El McDonald's abre en el edificio donde se ubicaba el emblemático Cinema Elíseos.
El McDonald's,  en el edificio donde se ubicaba el Cinema Elíseos.
Francisco Jiménez

En muchas reformas de locales a partir de la década de 1970 se cometieron pequeño desmanes patrimoniales, tanto en el suelo como en el techo. No son pocos los casos en los que se retiró (y tiró a la basura) bellas baldosas hidráulicas para poner moqueta y en los que se eliminaron techumbres algo historiadas para colocar sin estorbos flexos de luz fría. Es por esto que muchas tiendas que sí conservan el encanto de sus muebles antiguos no tienen un techo que llame la atención. La antigua tienda Zorraquino (hoy del taller de cerámica de Muel) debió tener en su día algún tipo de decoración más allá de un capa de pintura blanca. Las muestras de pintura artística se hallan con cuentagotas y hay que recurrir, por ejemplo, a los estucados del pasaje del Ciclón para ver este tipo de decoración. En la tienda de Paquita Ors del paseo de la Independencia también hay cuidadas pinturas, así como en lo que hasta hace no tanto tiempo era el Cine Elíseos y hoy, como es sabido, se ha reconvertido en McDonalds. Éste es otro de los techos más magníficos de la capital, como también lo era la barca varada invertida del antiguo cine Coliseo-Equitativa que se perdió al convertirse en tienda de moda.

Un último ejemplo, aunque sea algo de ‘trampa’, es el de la preciosa farmacia del hospital Nuestra Señora de Gracia, a la que se suma todo el mobiliario de la antigua farmacia Ríos, que se trasladó hasta este espacio tras su cierre en la plaza de España en 1985. Conserva el mismo aspecto que tenía en el siglo XIX, con sus elementos decorativos, la riqueza de su botamen y, por supuesto, una techumbre en madera con alegorías pintadas a mano. Todo en esta farmacia está perfectamente documentado y en un trabajo de Ignacio Andrés Arribas se explicita cómo “el techo fue obra de los ‘adornistas’ procedentes de Pamplona, señores Dollat y Giacomini, con los que colaboró el pintor levantino Elías García, que por aquellos años trabajaba en la capital aragonesa”. 

CATALOGACION E INVENTARIADO DE LOS PRODUCTOS Y OBJETOS DE LA ANTIGUA FARMACIA DEL HOSPITAL PROVINCIAL ( ZARAGOZA ) / 30/04/2019 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Ignacio Andrés y Carmen Palos en la zona de la antigua farmacia Ríos.
Oliver Duch

El techo de la Farmacia Ríos tiene motivos comunes con los de la biblioteca de la Facultad de Ciencias y Medicina y, entre otros elementos, puede identificarse al óleo ramilletes florales, plantas medicinales, personajes con ricos ropajes en una oscura gruta (¿acaso el mito de la caverna de Platón?) o un castor bebiendo en la orilla de un río (símbolo del almizcle). En cuatro óleos triangulares menores se leen cuatro nombres: Loscos Bernal, Pardo Sastrón, Yañez Girona y Sánchez Comendador, todos importantes farmacéuticos contemporáneos de los hermanos Ríos.

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