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Así actuarán en los colegios de Aragón ante un posible caso de violencia de género o sexual

El Departamento de Educación pone en marcha un protocolo tras detectarse algunas situaciones de este tipo. 

Mochilas en un colegio.
Mochilas en un colegio.
EP

Los centros educativos de Aragón contarán con un nuevo protocolo contra la violencia de género y sexual en el ámbito educativo. Esta medida, ha explicado el consejero de Educación, Felipe Faci, se pone en marcha tras detectarse entre los jóvenes "conductas de violencia de género", aunque ha subrayado que "no son muy extendidas". No obstante, el documento también aborda las agresiones que pueden sufrir en el ámbito familiar. 

Faci ha hecho este anuncio en la reunión que ha tenido lugar este martes del observatorio Aragonés de la Convivencia Escolar y contra el Acoso Escolar. Y, como elemento fundamental, se formará a los docentes para que sepan cómo actuar para prevenir estas situaciones y también cuando perciban cualquier indicio. Esta formación, ha especificado, comenzará en este curso, aunque la mayor parte se dará de cara al próximo. 

Una vez detectada cualquiera de estas violencias, se primará la protección de los menores, la confidencialidad y la celeridad. Y se trabajará en colaboración con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales, el Instituto Aragonés de la Mujer, la Policía Nacional y la Guardia Civil de manera estrecha. De hecho, cuando se detecte cualquier situación y se requieran actuaciones urgentes, la primera acción contemplada siempre es llamar al 091 o al 062. 

En el supuesto de que se detecte un posible caso de violencia de género sobre una alumna y no se requieran acciones urgentes, se cumplimentará el anexo I y se enviará a la Inspección Educativa y al Equipo de orientación educativa y convivencia escolar. Además, se constituirá un equipo de valoración, que recogerá toda la información, se entrevistará con la víctima, el presunto agresor y también con las familias y tutores legales si son menores de edad.  En el caso de que que sea mayor de edad y confirma la agresión se le ofrecerá apoyo y si no la confirma, se mantendrá el caso en "sospecha".

Si se tiene sospecha de una posible situación de violencia de género en el ámbito familiar, además de recoger el testimonio e información, el equipo de valoración citará a la madre sin mencionar el caso ni el protocolo y serán cómo máximo dos personas de ese equipo las que se entrevisten con la madre. Si confirma la violencia de género, se le ofrecerá apoyo y si no, se mantendrá el caso en "sospecha". 

Tanto si la agresión se produce en el ámbito educativo como si es en el familiar, se enviará un nuevo documento a Inspección de Educación, que se podrá cumplimentar las veces necesarias hasta el cierre del protocolo

Violencia sexual

Cuando se detecte un posible caso de violencia sexual, el equipo directivo informará a Inspección de Educación y al Equipo de orientación educativa y convivencia escolar. Además, se tomarán acciones de protección a la posible víctima. Si es mayor de edad o tiene un grado de desarrollo y madurez suficiente se entrevistará con ella y se le ofrecerá ayuda si desea hacer partícipe a la familia. Si no es así, se le informará de que se va a contactar con la familia o tutores legales, con los que se entrevistará. "La finalidad nunca será la de investigar sobre los hechos ni interrogar por ellos", apunta el documento.

En el supuesto de que se considere que hay riesgo de desprotección familiar, se notificará al IASS; y cuando se trate de un caso grave (violación o abuso sexual infantil) se notificará a los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. 

Con el agresor, si es menor de edad se entrevistará con la familia o tutores legales y se aplicarán medidas correctoras recogidas en el reglamento interno del centro. Si es mayor de edad (personal docente o auxiliar del centro o empresas externas) se comunicará con el posible agresor y empresa tras haber notificado a la Inspección Educativa y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Posteriormente se establecerá un periodo de seguimiento individualizado tanto para la víctima como para el posible agresor. 

Otras medidas

El protocolo pone en valor la importancia de la autoestima, la educación emocional y los hábitos saludables en las interacciones afectivas a la hora de prevenir estas situaciones. Asimismo, cuenta con un apartado específico de las nuevas tecnologías, que pueden suponer un peligro adicional, aunque su uso también aporta recursos de prevención. 

Respecto a la detección, se incluye que numerosos estudios demuestran la posible correlación entre el fracaso escolar, TDAH (trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad), la dificultad para establecer relaciones sanas, el hecho de ejercer o recibir acoso escolar e incluso las ideaciones suicidas con la violencia de género o sexual en el ámbito familiar. El protocolo cuenda con un  apartado específico dedicado a las personas con discapacidad intelectual y los cambios que pueden presentar cuando sufren algún tipo de abuso. 

El documento también contempla la creación de una comisión de seguimiento, en la que se evaluará de forma periódica su funcionamiento y la necesidad de instaurar nuevas acciones. 

Este protocolo se sumará al de la Prevención, Detección e Intervención de la Ideación Suicida, que se puso en marcha hace un año. "Es una estrategia que es fundamental y vital para mejorar la relaciones entre los alumnos", ha apuntado el consejero, quien ha destacado que este protocolo ha dado "la información necesaria para adoptar otras decisiones y medidas" como la estrategia que se ha presentado este martes. 

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