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La primera directora de la prisión de Zuera que vio cómo se iba el último etarra
Carmen Gambaro ha estado cuatro años al frente del centro penitenciario y superó el examen que supuso la pandemia para los presos y funcionarios.
Carmen Gambaro, de 53 años, ha sido la primera directora de la prisión de Zuera en los casi 22 años desde que se inauguró el centro, al sustituir en el puesto a Luis Lozano, el 4 de marzo de 2019, y ha podido ver en las últimas semanas cómo salió el último etarra Daniel Pastor Alonso del centenar que han pasado por esa cárcel y fue trasladado el pasado 3 de enero en un autobús de la Guardia Civil a la cárcel de Zaballa (Álava). La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias acaba de decidir sustituir a la directora de la prisión de Zuera.
En una entrevista que concedió a HERALDO, Carmen Gambaro, nacida en Zaragoza en 1970, defendió que estuvieron muchos meses sin que entrara el virus de la pandemia en la prisión gracias a que adoptaron unas medidas muy estrictas, como suspender las comunicaciones, los permisos, las conducciones, la entrada de personal ajeno al centro y los talleres productivos.
Consiguieron que la población penitenciaria se comunicara con sus familiares por videoconferencia en lugar de la sala de visitas y el ambiente de la prisión se mantuvo sin conflictos durante los dos años del covid-19. Así, el coronavirus marcó más la situación en el exterior que dentro de la cárcel, si bien finalmente se produjeron contagios al abrir las puertas a la comunicación. Recibían a los efectivos de la UME para desinfectar el centro.
La directora fue elegida por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias en una etapa que hubo varias mujeres nombradas en otras prisiones del país. Desde el organismo se valoró su experiencia como funcionaria en la cárcel de Zuera, donde fue antes subdirectora de Gestión, así como administrativa en la de Daroca.
“Ni Sito Miñanco ni Igor el Ruso tuvieron incidentes dentro de la prisión”, destacó la directora al valorar el paso por el centro penitenciario de Zuera de los dos conocidos presos (un narcotraficante gallego y el triple asesino de Andorra). Según dijo, “la gravedad del delito cometido fuera no tiene que ver con su comportamiento dentro de la prisión, y muchas veces es lo contrario”.
De hecho, agregó que “Prado Bugallo (Sito Miñanco) se adaptó perfectamente al régimen ordinario, desempeñó su destino en limpieza y no tuvo ningún incidente”. Y sobre Norbert Feher (Igor el Ruso), que estuvo en el módulo de aislamiento y provocó una vigilancia especial de cinco funcionarios, agregó que “el delito que cometió y la alarma social hizo que se encuadrara en un primer grado, con más vigilancia, pero tampoco tuvo ningún incidente”.
Asimismo, la directora recalcó que hasta los presos de ETA eran “seleccionados” para que Madrid los trasladara allí, donde llegaron en los años 2009 por el Gobierno para ponerlos de camino al País Vasco por su comportamiento y llegaron a estar 22 internos de la banda. Sobre los etarras, destacó que “se aclimataron a la vida del centro” y no provocaron conflictos. “España tiene mucha experiencia en la lucha antiterrorista y hacemos un seguimiento diario con ellos”, señaló cuando tenían todavía ocho miembros de la banda terrorista en el centro.
Respecto a un problema que se va a generar en dos meses, con la jubilación de tres médicos que están en la plantilla, la directora ya anunció hace dos años que “las guardias médicas ya no podían ser presenciales en las noches y los fines de semana, aunque están localizables”. Agradecía que hubiera un médico director de programa, que se va a retirar, porque pasaba consulta en su horario de oficina y otros dos de plantilla. Instituciones Penitenciarias insiste en que la sustitución de estos facultativos es muy complicado y solo dan como alternativa que el Gobierno de Aragón asuma la competencia sanitaria de las prisiones de Aragón como solución.
