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El nuevo censo de población modificará el número de concejales en 50 municipios de Aragón
Calatayud perderá cuatro ediles en las próximas elecciones al bajar de los 20.000 habitantes y Caspe los gana por superar la barrera de los 10.000.
Los aragoneses decidirán el nombre de 4.321 concejales en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. Son 16 cargos públicos más que en los comicios de hace cuatro años gracias al leve aumento de la población que ha registrado la Comunidad desde la última cita con las urnas. Según la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), es el censo el que determina el número de ediles que componen la corporación de cada localidad, y el de referencia para los comicios de esta primavera ha hecho que, por ejemplo, Calatayud pierda 4 representantes, al bajar de la barrera de los 20.000 vecinos, mientras que Caspe los gana por superar los 10.000.
En concreto, la cifra a tener en cuenta es la del padrón municipal a 1 de enero de 2022, por ser la última aprobada oficialmente por el Gobierno (el pasado 20 de diciembre, mediante Real Decreto). A esos datos de población se les aplican entonces las tablas que marca la ley electoral para fijar el número de concejales. Así, cuando una localidad tiene hasta 100 habitantes dispone de 3 representantes; serán 5 si su censo va entre los 101 y los 250 vecinos; 7 entre 251 y 1.000 habitantes; 9 en los que van de 1.001 a 2.000; 11 de 2.001 a 5.000; 13 de 5.001 a 10.000; 17 de 10.001 a 20.000; 21 de 20.001 a 50.000; y 25 para las ciudades de 50.001 a 100.000.
En las localidades que, como Zaragoza, superen los 100.000 habitantes, "se añadirán un concejal más por cada 100.000 residentes o fracción, añadiéndose uno más cuando el resultado sea un número par", según recoge la normativa electoral. Las corporaciones siempre serán impares para evitar que la acción política se atasque por el posible empate en las votaciones.
17.847 habitantes más
En la comparativa entre el censo de 2018 y el de 2022, Aragón gana 17.847 habitantes, pero de acuerdo a este sistema de reparto, hay variaciones sustanciales de población que no tienen efectos en la composición del ayuntamiento. Sin ir más lejos, la capital aragonesa gana 6.130 vecinos en ese periodo, pero mantiene sus 31 concejales por no cambiar de tramo. En cambio, unos pocos censados de más o de menos suponen importantes cambios para otras localidades.
Y no es asunto menor. Más allá de la amplitud de las bancadas de los grupos políticos, los consistorios se juegan en muchos casos acceder a mayor financiación o mejorar la prestación de los servicios públicos. De ahí que el alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda (PP), muestre su disgusto por un censo que pasa de los 20.035 habitantes a los 19.776, según los datos facilitados por la Delegación del Gobierno. De esta forma la localidad bilbilitana pierde 4 concejales y se queda con 17. "Llevamos mucho tiempo discrepando con el INE en cuanto al número de habitantes, sobre todo por el registro de los inmigrantes", apunta el regidor.
Aranda cree que el censo no refleja la población real del municipio, no solo por la inmigración, sino también por las personas que siguen empadronadas en su lugar de nacimiento, aunque hayan trasladado su vida a otra localidad.
No es ese el problema de Albalate del Arzobispo. "Llevábamos unos cuantos años en la barrera de los 2.000 habitantes, pero es la primera vez que bajamos a 9 concejales porque nunca había coincidido en año electoral", explica la alcaldesa de la localidad turolense, Isabel Arnas. "El número de concejales no es tan importante, pero sí la pérdida de población. Cada año mueren 40 vecinos y nacen 15 –añade–, pero afortunadamente tenemos empleo y oportunidades para los jóvenes".
Falta de vivienda
Todos los alcaldes consultados coinciden en las carencias del mercado inmobiliario en el medio rural. "Tenemos un casco que es conjunto histórico y eso limita la rehabilitación de viviendas antiguas", lamenta Arnas. "Estamos escasos de vivienda nueva, intentamos dar ayudas pero falta oferta de alquiler y compra", coincide la alcaldesa de Caspe, Pilar Mustieles.
En el caso de la localidad zaragozana, superar la barrera de los 10.000 vecinos hará que el número de concejales pase de 13 a 17. Más allá de ese detalle, la regidora destaca que algunas subvenciones de la DPZ se conceden por número de habitantes, lo que mejorará, aunque sea levemente, los ingresos municipales.
También están de enhorabuena en Boltaña. «Es una muy buena noticia, un pueblo que gana población es un pueblo que tiene vida», celebra su alcalde, José María Giménez, que desde que llegó al cargo inició una campaña para mejorar los datos del censo. «Fuimos a por los que vivían sin estar empadronados y ganamos 40. Luego hicimos una promoción por el habitante número 1.000, y regalamos un viaje a la playa», ejemplifica. «Hemos hecho entender a la gente del pueblo que estar empadronado es fundamental», resume el regidor de un consistorio que tras las elecciones de mayo contará con dos concejales más.
