Más de 545 funcionarios del Gobierno de Aragón quieren teletrabajar y 393 ya tienen permiso para hacerlo

La mayoría de las solicitudes proviene del CITA, Industria y Agricultura y priman las tramitadas en Zaragoza capital.

Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.
Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.
Guillermo Mestre

El teletrabajo se afianza en el Gobierno de Aragón. En apenas dos años y medio, se ha consolidado como una fórmula alternativa de "gestión del trabajo" que permite a los funcionarios realizar casi al completo su tarea desde casa. El Ejecutivo autonómico ha tramitado 547 solicitudes, de las que ha aceptado 393 y ha rechazado 37. El resto se encuentra pendiente de tramitación, ya sea por estar a la espera de informes del servicio de Prevención de Riesgos Laborales o de realizar el curso de formación.

Ya es posible detectar tendencias, y los datos que manejan desde el área de Función Pública apuntan que el teletrabajo "es un fenómeno muy urbano y mucho más afín a Zaragoza capital que a Huesca o a Teruel". Se basan en la presentación de las solicitudes, que refleja que son los trabajadores del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Montañana, en la parte que implica la redacción de informes o análisis de resultados, los que más peticiones cursan (88). Le siguen, de cerca, Industria, con 85, y Agricultura y Medio Ambiente, con 82.

Aunque la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) recoge en qué empleos se admite el teletrabajo y en cuáles no, al final impera el sentido común. Así, desde la Consejería de Ciudadanía solo se han remitido cinco peticiones, desde el Instituto Aragonés de Empleo una y desde el Instituto Aragonés de la Juventud, ninguna.

No son partidarios desde Hacienda de utilizar el teletrabajo como un gancho para adjudicar empleos en las zonas despobladas. Consideran "poco lógico" que alguien que vaya a una unidad delegada a un pueblo se acoja a esta modalidad, porque en realidad se busca "generar revulsivos en el ámbito rural".

La evolución

El acuerdo entre el Gobierno de Aragón y los sindicatos se alcanzó a finales de 2020. Los funcionarios de la Administración General podrían acogerse al teletrabajo cuatro días a la semana, que se completarían con uno presencial, siempre que su empleo se pudiera desempeñar a distancia.

Las mayores complicaciones para instaurar el teletrabajo llegaron al poner en marcha la estructura, pues había que ofrecer formación a los jefes de los funcionarios que iban a ser autorizados. Ahora solo es necesario formar al trabajador que, por lo general, "desempeña tareas administrativas", advierten desde la DGA.

No es un tipo de gestión del trabajo que se solicite de manera masiva, aunque sí se suele recurrir a ella ante contingencias personales o cuando el puesto de trabajo está a una distancia considerable del domicilio del trabajador. En algunas peticiones, se opta por menos días de los cuatro que se pactaron.

Sostienen desde el Gobierno de Aragón que con el teletrabajo se socializa menos y, aunque es un efecto que no se verbaliza, es un elemento que "subyace en muchas decisiones".

Con los datos actuales, resulta complicado llegar a conclusiones para filtrar los resultados por sexo y por edad.

Aunque pudiera parecer lo contrario, el teletrabajo no se traduce en una reducción de costes para el Gobierno de Aragón. Si, como suele ser frecuente, el puesto físico del funcionario estaba en una planta con más compañeros, la luz y la calefacción del recinto deben mantenerse.

Para el consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, la inclusión del teletrabajo es "una buena medida", que se ha incorporado en la Administración "con mucha naturalidad y sin tensiones", a pesar de las complejidades que entraña. "Abre nuevas posibilidades orientadas tanto a la mejora del sector público como a las condiciones de los trabajadores", resalta. Insisten desde Función Pública en que no se considere el teletrabajo como una "medida de conciliación", porque no lo es.

En las "pocas" solicitudes que se han denegado, el motivo ha sido que los empleados no tenían derecho a solicitarlo, no habían acreditado el curso para poder desempeñarlo o no disponían de una instalación adecuada en su domicilio. "Hay pocas sorpresas o situaciones poco atípica"», señalan. También hay quien desiste tras activar el proceso.

Cada mes se actualizan las cifras de teletrabajadores en el Gobierno de Aragón porque hay entradas y salidas, de manera que, según las estimaciones de Función Pública, la cifra de funcionarios que desempeñan sus tareas desde casa rondaría el medio millar.

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