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Sin Barreras 30 Aniversario 2024

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Flores y plantas: herramientas para conseguir una integración real, plena y efectiva

La Escuela Municipal de Jardinería ‘El Pinar’, a la que acuden varias decenas de personas con discapacidad funcional y dificultades sociales de integración, oferta de forma totalmente gratuita el curso oficial de ‘Certificado de auxiliar de jardinería'

En tareas manuales todos se divierten mucho.
En tareas manuales todos se divierten mucho.
Escuela Jardinería El Pilar

En una de las aulas de la Escuela Municipal de Jardinería ‘El Pinar’ de Garrapinillos (ejelpinar.blogspot.com), una veintena de escolares de 3º de primaria del colegio Hilarión Gimeno de Zaragoza escucha atentamente las explicaciones que varios alumnos del centro les dan sobre el día a día de unas instalaciones del Ayuntamiento de Zaragoza que, a lo largo de sus 40 años de historia, han convertido la jardinería en la herramienta más eficaz para fomentar la inserción, el compañerismo, la empatía y la promoción social.

Esta es una actividad más de las muchas que se llevan a cabo en este centro que atiende fundamentalmente a personas con discapacidad intelectual y/o mental que, "en muchas ocasiones, llegan aquí procedentes de otros marcos educativos o sociales, a veces con experiencias negativas, y terminan su experiencia en el centro creciendo fuertes, personal y profesionalmente, como los árboles y las plantas que ellos aprenden a cuidar con tanto esmero", explica Carmen Manero, directora de la escuela, quien insiste en el carácter abierto de estas instalaciones, visitadas anualmente por decenas de grupos de adultos y escolares.

En este centro, que cuenta con una decena de profesionales al servicio de los usuarios, ofrecen distintas propuestas de formación, desde la mas básica y terapéutica hasta la que permite obtener el ‘Certificado de profesionalidad de auxiliar de jardinería’. Se trata de una formación reglada a la que se pueden apuntar personas interesadas (desde los 16 hasta los 60 años) en cualquier momento del año para reservar plaza e incluso, en casos excepcionales, comenzar la formación, aunque la actividad arranca en septiembre.

"Fomentamos el trabajo en equipo, para que compartan con los compañeros sus preocupaciones y también sus éxitos"

Totalmente gratuito

Una formación totalmente gratuita, que cuenta con transporte hasta el propio centro de Garrapinillos (también gratuito) y que prepara a estos alumnos para que puedan desarrollar en un futuro labores relacionadas con un mundo tan apasionante como el de los jardines o los viveros.

"Los formamos para que adquieran habilidades que les sirvan el día de mañana en su trabajo diario, pero, sobre todo, fomentamos el trabajo en equipo, para que compartan con los compañeros sus preocupaciones y también sus éxitos. Que sientan que forman parte de un proyecto ilusionante, a la vez que fomentamos sus capacidades de autonomía y autoestima", explica Carmen Manero, quien indica que desde la escuela "se intenta que estos alumnos puedan encontrar trabajo y se integren realmente en la sociedad".

La escuela es el punto de encuentro de una treintena de personas que han encontrado aquí el lugar donde pueden desarrollarse personal y profesionalmente

Además de estas propuestas, en el centro se fomentan las habilidades sociales y prelaborales y los profesores utilizan la jardinería como «una herramienta y un fin para conseguir la normalización real", afirma Marifé García, maestra del centro, que es la encargada de instruirles sobre asignaturas curriculares de lo más variadas, pero siempre con un perfil muy práctico. "En clase de matemáticas abordamos la cantidad de abono que necesita cada parcela en función de su tamaño, o les enseño a preparar el bocadillo que luego traerán desde casa por la mañana", indica.

En la escuela todos comparten experiencias y conocimientos.
En la escuela todos comparten experiencias y conocimientos.
E.J.E.P.

Un jardín integrador

Los 12.000 metros cuadrados en los que trabajan estos alumnos son mucho más que un lugar donde crecen cerca de 300 especies de árboles diferentes, alguna tan curiosa como el ‘Ginkgo biloba’, que sobrevivió a la tragedia de Hiroshima. Sus jardines, su huerto y sus invernaderos son el punto de encuentro de una treintena de personas que han encontrado aquí el lugar donde pueden desarrollarse personal y profesionalmente. El punto de partida de un camino nuevo, en el que las piedras que ahora ven bajo sus pies no entorpecen su día a día, sino que les sirven para hacer semicírculos que protegen a las plantas del frío del invierno.

"Me encanta trabajar en el huerto y cuidar el invernadero, pero lo que más gusta es el buen ambiente que se crea con los compañeros", explica Marcos, un joven de Alagón, bajo la atenta mirada de Óscar y Víctor. Este último insiste en que «me apasiona lo que me enseñan en la escuela y creo que me servirá para trabajar en algo tan importante como cuidar de la naturaleza y del planeta. Hace mucha falta, tal y como está el mundo actualmente", concluye.

REALIZADO POR BLUEMEDIA STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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