La oposición censura el “maquillaje fiscal” de la DGA y Anadón critica su “filibusterismo”

Cruce de reproches en el pleno de las Cortes a cuenta de la reforma tributaria que impulsa el cuatripartito.

El consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, a su llegada al pleno de las Cortes para comparecer este viernes a petición del PP.
El consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, a su llegada al pleno de las Cortes para comparecer este viernes a petición del PP.
José Miguel Marco

El debate de la reforma fiscal ha vuelto a enfrentar este jueves a la oposición y al cuatripartito sobre el alcance de la rebaja del IRPF, tildada de “maquillaje” por el PP, “falta de coherencia” por Cs y “electoralista” por Vox, mientras IU ha censurado que se haya cedido a las “presiones” de la derecha. La respuesta del consejero de Hacienda, Carlos Pérez Anadón, ha sido contundente a acusarles de “filibusterismo político” por insistir los populares en su tesis del “infierno fiscal” y preguntarles a todos si quieren llegar a acuerdos.

La portavoz de Hacienda del PP, Mamen Susín, ha llevado de nuevo el debate al pleno de las Cortes al pedir la comparecencia de Pérez Anadón y ambos se han enzarzado con las comparativas con el resto de autonomías, sin dejar espacio para el acuerdo. Susín ha asegurado que no iban a hacer “seguidismo” con una propuesta que, a su juicio, no sacará Aragón del “infierno fiscal”, porque seguirá entre las autonomías que más gravan a las rentas medias y bajas por IRPF. “Nuestra única condición es que los aragoneses paguen lo mismo que la media de España y para eso hay que bajar un punto y no medio, porque hoy seguimos con los tipos más altos tras Cataluña”, ha recriminado.

El consejero ha replicado que los datos de sus técnicos apuntan a que con la rebaja de medio punto en el IRPF se logrará estar en la media autonómica por mucho que lo niegue el PP, a lo que la diputada le ha contestado que se atenía a “medias verdades” porque habría que sumar las deflactaciones y el hecho de que otros territorios tienen los mínimos personales y familiares más amplios.

Susín, como también ha hecho el diputado de IU, Álvaro Sanz, han negado que haya margen de negociación, ya que han descartado que se puedan enmendar los ingresos en el presupuesto en tramitación. Y la popular ha advertido de que “no se van a mover” en su exigencia de rebajar un punto el IRPF a las rentas de hasta 34.000 euros porque la propuesta solo es una “minirreforma”.

Pérez Anadón ha indicado al PP y al resto de la derecha que van a tener un “problema estructural”, enfrentarse a votar en contra de la bajada fiscal en la que tanto insisten. Lo que no ha detallado, pese a reclamárselo la oposición, es el impacto de su propuesta más allá de repetir que supondrá una merma de 50 millones.

También ha cargado contra los populares por insistir con su “mantra del infierno fiscal” cuando el cuatripartito va a beneficiar a los tramos de renta a los que “más perjudicó el PP con su reforma de 2014”. Es más, ha criticado sus “mentiras de confesionario” por decir que Aragón lidera la presión fiscal en España.

El consejero ha reiterado que la reforma es “equilibrada, estructural”, además de “adaptada” a las necesidades y oportunidades de crecimiento de Aragón. “Se trata de una propuesta centrada, posible y sensata, alejada de extremismos”, ha dicho antes de asegurar que da respuestas a las necesidades de las clases medias y bajas, sin renunciar a la “correcta” prestación de los servicios públicos. Los socios, PSOE, Podemos, CHA y PAR, han mantenido el mismo mensaje, aunque con matices.

A las recriminaciones se han sumado el resto de la oposición. El diputado de Cs José Luis Saz ha reprochado que “lo mínimo” es que la propuesta fiscal estuviera acompañada por una memoria que especificara su alcance y ha lamentado que la rebaja “no es progresiva” porque beneficia más a las rentas altas. “Hay una falta de coherencia”, ha dicho, sin negarse al acuerdo si hay margen de mejora.

El diputado de Vox David Arranz ha considerado que la reforma es “electoralista” y un acto de “propaganda” porque la subida impositiva a las hidroeléctricas y a las grandes superficies acabará repercutiendo a las clases medias y trabajadoras. Igualmente, ha insistido en la necesidad de reducir el gasto público improductivo.

Por último, Sanz ha remarcado que la mejor forma de combatir la inflación sería subir los salarios y ha exigido una reforma que sea verdaderamente “progresiva”, sin penalizar los recursos para garantizar unos servicios públicos “fuertes”. No obstante, ha reprochado al cuatripartito por ceder a las “presiones” de la derecha.

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