Carburantes

Gas licuado de petróleo, ¿una alternativa más económica a la gasolina?

España ha aumentado un 20% la importación de GLP a Estados Unidos por el incremento en la demanda de este combustible fósil.

Un operario colocando un depósito GLP en el vehículo
Un operario colocando un depósito GLP en el vehículo
Opel

Con la subida del precio de los carburantes muchos conductores se plantean alternativas a los combustibles tradicionales. Una de ellas es el gas GLP (Gas licuado de petróleo), una mezcla de butano y propano que puede instalarse en algunos vehículos en sustitución a la gasolina. 

En las últimas semanas, el interés por este gas ha aumentado tanto que en algunos talleres zaragozanos hay una lista de espera de un mes para transformar los coches de un combustible tradicional a GLP. “Hemos notado un incremento de un 20% en la demanda de este servicio. Todos los días tenemos uno o dos clientes que vienen para que les hagamos la instalación”, dice Roberto Majarenas, mecánico del taller Automaños. 

Publicidad para transformar un coche de gasolina a gas GLP
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M.O.

La razón es simplemente económica: “El precio de este gas está a la mitad que la gasolina por lo que el ahorro a la hora de repostar es del 50%”, explica el mecánico. Además, “consigues el distintivo ambiental ECO, con el que se puede entrar en capitales como Madrid y Barcelona que tiene restringido el tráfico en el centro”, añade Majarenas. 

La transformación del vehículo conlleva una inversión considerable: “Para un coche normal, la instalación de GLP puede costar entre 1.700 y 2000 euros, pero se amortiza a los 40.000 kilómetros. La gente enseguida lo nota”, asegura el mecánico. Sin embargo, este cambio no es viable para todos los vehículos. “Solo puede hacerse en coches a gasolina posteriores al año 2000, preferiblemente de inyección directa y con un límite de 50 caballos por cilindro”, puntualiza Majarena.

El interés por este gas lo han notado también en las estaciones de servicio. “Se trata de un combustible que no es nuevo, pero con el aumento del precio de la gasolina, en los últimos meses hemos constatado un incremento progresivo de usuarios que utilizan el surtidor GLP”, dice el empleado de una gasolinera situada en una concurrida avenida zaragozana, que prefiere no dar su nombre. 

Antes hacíamos solo un pedido al mes de este gas y ahora lo hemos duplicado”, continúa este empleado. Además, “ha cambiado el perfil del usuario. Hace unos años eran sobre todo turistas extranjeros que repostaban caravanas, también algún taxi, pero últimamente vemos más vehículos particulares”, afirma.

No es oro todo lo que reluce

Para Cristian Quílez, responsable de transporte y movilidad de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) el GLP no es una alternativa. “Es un combustible fósil, que causa daño ambiental tanto en su extracción como en su transporte, se importa desde EEUU, por lo que España tiene una dependencia energética con el exterior y, aunque sus emisiones de CO2 son menores que las de la gasolina, no son inocuas”, explica este experto. 

Pasar de la gasolina al GLP es una inversión varada. Una solución a corto plazo. Es mejor invertir en un coche eléctrico”, afirma Quílez. “Es cierto que los vehículos 100% eléctricos son caros, aunque esperamos que se equiparen los precios a los vehículos convencionales en 3 o 4 años. Hasta entonces vale más la pena comprar un coche híbrido o híbrido enchufable que transformarlo a GLP porque la amortización de la inversión va a ser mejor”, asegura este experto. 

Además, “todas las políticas y las ayudas de la Unión Europea apuestan por las energías renovables y por llevar a cabo una transición justa”, continúa. “Invertir en GLP sería como pisarnos a nosotros mismos” concluye Quílez.

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