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El etarra Igor Solana, trasladado desde la cárcel de Zuera a la de San Sebastián
Su pareja Eider Pérez será enviada en los próximos días a la misma prisión. Cuatro miembros de Bildu se reunieron con el terrorista en febrero para conseguir que fuera al País Vasco.
El preso de la banda terrorista ETA Igor Solana Matarrán ha sido trasladado este viernes por la mañana desde la prisión de Zuera, en la que llevaba casi dos años (desde diciembre de 2020), hasta la de Zaballa, en Álava, desde donde será conducido a la cárcel de Martutene, en San Sebastián, según confirmaron fuentes penitenciarias. De esta manera, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias atiende el traslado al País Vasco que él reclamó a cuatro responsables de Bildu el pasado mes de febrero, cuando le visitaron en el centro penitenciario aragonés.
Aunque ese encuentro tan sorprendente se planteó como "una visita familiar", en realidad acudieron el diputado Jon Iñarritu, miembro del Congreso de los Diputados; Iker Casanova, diputado del Parlamento Vasco; Laura Aznar, diputada del Parlamento de Navarra, y Arkaitz Rodríguez, secretario general de Sortu (matriz de EH-Bildu).
El historial penal de Solana acumula diez delitos y, entre ellos, tres asesinatos que fueron cometidos entre julio y octubre de 2000: el concejal del PP en al Ayuntamiento de Málaga José Martín Carpena; el fiscal jefe de Andalucía Luis Portero; y Antonio Muñoz Cariñanos, coronel médico del Ejército del Aire.
Está previsto que Solana cumpla los tres cuartos de la condena en 2023, como su pareja Eider Pérez, quien este viernes todavía permanecía en el módulo de mujeres en la cárcel de Zuera. Fuentes penitenciarias señalaron que “ella se irá pronto, aunque las conducciones de mujeres llevan otra cadencia que los hombres”.
Patrona de las prisiones
El traslado del etarra al País Vasco ha coincidido con la celebración de la patrona de las prisiones. En la de Zuera, se realizaron varias actuaciones con “artistas locales” de la cárcel y un grupo de rock.
Los delegados de los sindicatos Acaip-UGT y CSIF han protestado con camisetas donde se podía leer: “Hartos de promesas incumplidas”. Sus principales reivindicaciones se ciñen a las mejoras retributivas, la carrera profesional o el aumento de plantillas. Apuntaron que llevan cinco años de protestas pero la Administración penitenciaria no les hace caso.
Los del sindicato Tu Abandono Me Puede también reclaman la mejora salarial que lleva quince años inmóvil y que les reconozcan como agentes de la autoridad.
