patrimonio

Pequeños mecenas al rescate de los monumentos que amenazan ruina

Ermitas, masías fortificadas, antiguas chimeneas, casas solariegas... Las campañas de 'crowdfunding' para salvar patrimonio arquitectónico calan en Aragón.

Paño de muro de la parte superior del castillo de Maluenda.
Paño de muro de la parte superior del castillo de Maluenda.
Laura Uranga

¿Recuerdan cuando Lola Flores pedía una peseta a cada español para evitar la cárcel? Pues esto viene a ser parecido. Son pequeñas aportaciones que, en conjunto, pueden resultar muy resolutivas. El auge de las campañas de micromecenazgo (más conocido como ‘crowfunding’) está ayudando a salvar de la ruina a decenas de monumentos y la asociación Hispania Nostra ha reunido ya medio millón de euros en más de 30 iniciativas.

"Ermitas, monasterios, palacios y castillos se están salvando de la piqueta gracias al empuje de cientos de ciudadanos anónimos que no estaban dispuestos a que el patrimonio cultural de sus pueblos se perdiera", explican desde la asociación de ámbito nacional, pero con "especial trabajo" en Aragón. La despoblación y la forma en la que se (des)vertebra el territorio hace que en muchos pueblos haya auténticas joyas desconocidas que, si nadie lo evita, se van a venir abajo. En la Lista Roja de Hispania Nostra hay más de un centenar de monumentos aragoneses (115 para ser exactos) que están en peligro. Desde el castillo de Torrijo de la Cañada hasta la iglesia parroquial de Morrano, por citar solo dos ejemplos. La mayoría son patrimonio eclesiástico, pero también lo hay civil, militar e, incluso, industrial, como el baritel de la mina de La Bilbilitana, en Alpartir, un edificio con forma de tambor y doce metros de altura que fue abandonado allá por 1920.

Al margen de la lista, que debería sacar los colores a la administración, desde la asociación divulgan campañas concretas para salvar joyas patrimoniales que no atraviesan buenos tiempos y, en los últimos cinco años, se han conseguido reunir hasta medio millón de euros a través de 32 acciones concretas.

Las paredes de la ermita de Santa Ana, en Tauste, apuntaladas.
Las paredes de la ermita de Santa Ana, en Tauste, apuntaladas.
Juan Antonio Solis Coello

"España es el tercer país del mundo, por detrás de China e Italia, con el mayor número de elementos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pero atender y cuidar debidamente esta ingente cantidad de monumentos se convierte en una tarea casi imposible para las administraciones y los propietarios particulares", explican desde la asociación, que actualmente mantiene activas cuatro campañas: una para restaurar el órgano barroco de una iglesia de Segovia, otra para recuperar una iglesia en Fuenteodra (Burgos) y otra para dotar de nuevas tecnologías a las bodegas subterráneas de Baltanás (Palencia).

La campaña más reciente en Aragón fue la que lanzaron hace unos meses para salvaguardar la casa solariega de Montón, en la comarca Comunidad de Calatayud. Aunque se buscaban entre 25.000 y 39.000 euros, finalmente unos 200 mecenas consiguieron recaudar 21.715 para acometer las obras más urgentes con las que estabilizar un inmueble del siglo XVIII, que perteneció a los Franco de Bernabé. Con este presupuesto se pueden acometer las intervenciones más urgentes como"colocar una cubierta provisional para evitar que aumente el deterioro, para proteger a la estructura del agua y otras inclemencias", en palabras de Miriam Estella, presidenta de la entidad local organizadora de la iniciativa.

Aunque en esta ocasión se cubrió el 87% de la financiación mínima que buscaban, también hay proyectos en los que las donaciones superan ampliamente el objetivo (un 450% en el caso del etablo de la Iglesia de Vadocondes, en Burgos) y otros que se quedan muy lejos de la meta, como sucedió con la Casa Bosque de Caspe, que también sufrió el ser una de las primeras iniciativas que se lanzaban allá por 2018.

Estado actual de algunas de las estancias de la casa solariega de Montón.
Estado actual de algunas de las estancias interiores de la casa solariega de Montón.
Heraldo

"Resulta llamativo que, en los últimos cinco años, han sido los propios ciudadanos quienes han asumido el protagonismo a la hora de recuperar sus monumentos y evitar así que se pierdan para siempre", dicen desde la asociación, donde recuerdan que las donaciones son libres y "sin recibir nada a cambio", pero tienen unas desgravaciones fiscales de hasta el 80%, lo que puede convencer a muchos que estén a punto de dar el paso. "En cantidades hasta los 150€, la desgravación es del 80% y del 35% para el importe restante", explican, sabedores de que la aportación de las donaciones ronda los 30 euros.

En Aragón, a través de diversas entidades, hay un buen regusto en lo que a micromecenazgo se refiere, dado que existen exitosos ejemplos que han permitido, por ejemplo, recuperar la ermita de Nuestra Señora de Gañarul (gracias a la generosidad de los vecinos de Agón) o la emblemática cabaña de Turmo, en el valle de Benasque, a la que Celtas Cortos dedicó la canción ‘20 de abril del 90’. La Comunidad de Bienes del Monte de Estós lanzó en 2017 una campaña para hacer más seguro el refugio y dotarlo de luz y de agua caliente gracias a placas solares.

Las desgravaciones fiscales de hasta el 80% azuzan a algunos mecenas a hacer donaciones

No obstante, en una tierra tan vasta como la aragonesa hay muchos más enclaves que precisarían de una buena inyección económica, dado que hay incluso bienes considerados BIC que están atravesaron horas muy bajas. Es lo que sucede a la iglesia del convento de San Rafael, en el pueblo viejo de Belchite, que está en riesgo de derrumbe y por ello ha entrado en la Lista Roja. La iglesia, fundada en 1711, sufrió los bombardeos de la Guerra Civil y es uno de los mayores reclamos en las visitas guiadas allá donde “ya no rondan los zagales”.

Algunos de los derrumbes son evidentes en la casa Ruba de Fanlo.
Algunos de los derrumbes son evidentes en la casa Ruba de Fanlo.
Nacho Pardinilla

Los promotores de Hispania Nostra también muy atentos a lo que ocurre en otros puntos como el barranco de las Salinas (en Remolinos), el palacio de los Arias (Molina de Aragón), el castillo de Maella o la ermita de Santa Ana de Tauste (vulgo de San José), una modesta construcción del siglo XV que "sufre un deterioro que puede ser irreversible si no se actúa de inmediato". "Es un edificio con una importancia histórica y antropológica extraordinarias para la localidad cincovillesa. Aparte de las iglesias de Santa María la Mayor y de San Antón, la ermita de Santa Ana y San José es el edificio más antiguo de la villa. La romería es parte de la cultura popular, y dado su estado ruinoso, es necesario apostar por la rehabilitación de la ermita y su conservación", explican. 

Los dos últimos monumentos aragoneses en sumarse a la lista roja "son dos construcciones muy distintas pero con idéntico abandono", señalan. Se trata del castillo de El Mon, en Perarrúa, y de la ermita de San Bartolomé, en Caminreal. "También la casa Ruba de Fanlo se encuentra desde hace años deshabitada y en mal estado de conservación. Actualmente se está desmoronando la fachada principal de piedra y la edificación ha tenido que ser vallada para proteger a los viandantes", lamentan.

También es obligado señalar que además de la lista roja, Hispania Nostra maneja otra lista -esta vez, verde-, en la que hace inventario del patrimonio que felizmente se ha ido rescatando de la ruina. Aragón tiene en este apartado de "buenas prácticas" una veintena de ejemplos como la cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, la ermita de San Martín de Terraza (Laspaúles) o la Torre del Palomar de Maluenda.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión