EDucación

Reacciones ante la nueva selectividad: "50 años después no se puede evaluar igual"

Aunque la "prueba de madurez", el principal cambio, suscita muchas dudas entre los jóvenes, aplauden que el sistema para acceder a la universidad se modernice al fin.  

Universitarios descansando en el campus de la Universidad de Zaragoza
Universitarios descansando en el campus de la Universidad de Zaragoza
José Miguel Marco

El plan del Ministerio de Educación y Formación Profesional, que se presentó esta semana a las comunidades autónomas, apuesta por una nueva selectividad que será más simple y homogénea. Si de algo no carece la apuesta, es de renovación, pues significa la mayor transformación de la prueba de acceso a la universidad realizada en casi medio siglo, que es lo que lleva instaurada en España.

La opinión pública intenta comprender estos nuevos cambios. Varios jóvenes que ya se enfrentaron a la selectividad hace algunos años y conocen su funcionamiento, valoran la reforma, pero encuentran algunas dificultades a la hora de aplicar este novedoso modelo. Uno de ellos es la graduada en Educación Infantil y actualmente, estudiante de Educación Primaria, Sara Clemente, que ve atractivo el proyecto porque está enfocado a medir las competencias: "Casi cincuenta años después no se puede evaluar de la misma forma. El cambio siempre es bueno y más si el sistema educativo evoluciona, igual que lo hace la sociedad". Clemente explica que "es posible que funcione" si "realmente se introducen los nuevos contenidos, el enfoque se capta y se comienzan a impartir en cursos anteriores". Aun así, señala algo más importante: "Está bien que intenten cambiar el examen pero lo que hay que controlar son las calificaciones finales de bachiller que realmente cuentan el 60% de la nota de acceso a la universidad". Un peso, apunta Clemente, "crucial en el cómputo total de la nota".

La renovada propuesta trataría de abordar esa casuística de forma que se logre un acceso a la universidad más homogéneo, pero en el nuevo modelo el Ministerio sigue proponiendo que la calificación global que conforme la nota final de acceso se calcule realizando la media ponderada entre la nota del expediente académico de bachillerato y la nota de la prueba descrita, conocida antiguamente como selectividad. En este cómputo, la nota del expediente sería un 60% y la de la prueba un 40%, manteniéndose de la misma forma que en la actualidad. Este es uno de los motivos por los que el planteamiento de la aragonesa Pilar Alegría, ministra de Educación y Formación Profesional, no termina de convencer a los jóvenes. Carlos Aldana, estudiante del grado de Derecho, cree que es muy "difíci" controlar la forma de puntuar los exámenes en bachiller y expresa su disconformidad con una que prueba continuará siendo "injusta" porque "te lo seguirás jugando todo a una carta", una vez más, como en los modelos anteriores, "por mucho que ahora cambien la forma de evaluar y lo llamen prueba de madurez", añade. 

Esta apuesta podría suscitar el intereses de algunos alumnos que actualmente no se sienten acompañados por el modelo educativo actual. Bea de Mena es estudiante del grado de Comunicación Audiovisual: "Creo que está muy bien que se empiece a tratar en clase la cultura general, porque yo elegí estudiar Comunicación Audiovisual pero fue un poco un salto al vacío porque en el instituto nunca se incorporaron temas ni se orientó a los alumnos conocer la existencia de estos grados", que reconoce, además de poderse estudiar, "albergan un futuro profesional del que no nos informan".

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R. G.

La renovación de contenidos se basará en un ‘dossier’ formado por varios documentos como textos, imágenes, infografías, audiovisuales o de otro tipo. Todos abordarán un mismo tema, que podría ser de actualidad, científico, humanístico… De esta forma, se pretendería unificar los contenidos de cultura general a todo el alumnado. Cuando se complete la aplicación de la prueba de madurez, en el curso 2026/2027, la primera parte de esta prueba estará destinada a la lectura y el análisis y durante la segunda parte los alumnos tendrán que responder a 15 o 20 preguntas que podrían ser "cerradas o semiconstruídas o abiertas", con un tiempo de 40 minutos. Por último, la tercera parte se compondrá de 3 preguntas abiertas, una de lengua extranjera, en torno a cuestiones del ‘dossier’.

"Creo que está muy bien que se empiece a tratar en clase la cultura general, porque yo elegí estudiar Comunicación Audiovisual pero fue un poco un salto al vacío"

Un cambio de contenidos que Marta Asensio, graduada en Psicología, valora positivamente, sobre todo, la forma de evaluar y que no exista una "respuesta correcta inequívoca". El problema que encuentra Asensio es que no se acompañe a los alumnos en "el proceso con la implementación de técnicas y herramientas en este tipo de competencias que luego se evaluarán", pues explica que el sistema educativo actual no está "preparado" para abordar este modelo competencial y un año (que es el tiempo que habrá de adaptación curricular pues la prueba de madurez se empezará a aplicar en la Selectividad del curso 2023/2024), es insuficiente: "Van a medir unos aspectos del alumnado que realmente no se están trabajando en el sistema actual", apunta. Por eso mismo, subraya Asensio que es importante que el año que viene, tras las elecciones estatales, no se vuelva a modificar la nueva ley de educación (Lomloe), para que tanto los docentes como los alumnos puedan «incorporar los contenidos en clase».

Si algo está claro, es que entre los jóvenes la polémica está servida. Y aunque los cambios siempre suscitan opiniones dispares, en general, valoran la apuesta por un nuevo modelo.

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