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Depresión, drogas y fuego en un piso de La Paz durante el confinamiento

El autor de un incendio que provocó en mayo de 2020 sufría múltiples patologías psiquiátricas según se desprende de los informes médicos.

Vivienda afectada por el incendio el 9 de mayo de 2020, en la calle La Paz, número 11 duplicado.
Vivienda afectada por el incendio el 9 de mayo de 2020, en la calle La Paz, número 11 duplicado.
Bomberos de Zaragoza

Las llamas se declararon la madrugada del pasado 9 de mayo de 2020 en el principal derecha de la calle La Paz 11 duplicado. Mientras, un joven de 28 años gritaba por el patio para que todos los vecinos pudieran escapar del inmueble y a la vez agitaba el incendio.

Eran las 5.42 horas de la madrugada. El joven, S. M. B., era un exconsumidor de heroína y cocaína, había dejado las drogas durante unos años hasta que volvió a consumir speed dos días antes del suceso. El confinamiento de la pandemia le hizo dejar su residencia habitual en Madrid para venir a su Zaragoza natal para convivir con su madre y su tía.

Tras haber dado positivo en covid, se acomodó en un piso próximo al de su madre, situado en la misma calle. Pero esa noche “empezó a ver y sentir cosas raras”, señala el informe del forense. Fue él quien avisó a la Policía y a los Bomberos para informarles del incendio y del peligro que sufría su madre en la vivienda.

Mientras tanto, era él quien estaba quemando el piso de su madre porque aseguraba “que su madre y su tía habían sido secuestradas por la Policía”, como confesó luego a los agentes en un estado “alteradísimo”, tal como consta en el atestado. En realidad, la madre se encontraba en casa de su hermana en el mismo edificio ajena a lo que sucedía.

Los policías vieron cómo S. M. B. tiraba ropa para que se avivara el fuego y le gritaron para que saliera de la casa. Al cruzarse con un agente cuando bajaba hacia la calle, S. M. B. le propinó varios pinchazos en el muslo izquierdo, lo que provocó que cayeran ambos por las escaleras hasta que el policía pudo reducirlo.

Los Bomberos llegaron al lugar para sofocar el aparatoso incendio y tuvieron que atender al joven que lo había provocado. Al haber dejado abierta la puerta de entrada al domicilio siniestrado las llamas se propagaron a otras estancias y se originó una gran cantidad de humo en la escalera.

El autor del fuego fue detenido esa noche y estuvo preso durante cinco meses en el centro penitenciario de Zuera, tras haber pasado por el servicio de Psiquiatría del hospital Miguel Servet. “Está muy afectado por el peligro que causó. No lo pudo evitar porque pensaba que se llevaban a su madre, estaba intoxicado por las drogas”, apunta la abogada defensora.

El informe médico es demoledor porque describe que S. M. B sufrió un episodio psicótico agudo esa noche, precedido por una gran ingesta de speed, en medio de un insomnio total y de una eclosión delirante-alucinante.

El delirio persecutorio y el temor por la seguridad de su madre provocó que encendiera un fuego para llamar a los Bomberos y Policía”, concluye el informe del psiquiatra del Servet. Esta conclusión es ratificada por la médico forense en el estudio mental realizado al autor del incendio.

“No pude parar el fuego”, confesó el acusado en su declaración judicial que hizo por videoconferencia. “Alerté a los vecinos. No soy una mala persona. Había consumido 18 gramos de speed en tres días tras haber dejado la droga desde 2018”, agregó. El joven había perdido a su pareja y la depresión, agravada por la pandemia, pudo provocar el suceso.

Quiero seguir luchando por los damnificados del incendio y por esta casa. Pagaré lo que pueda con mi trabajo, como si fuera una hipoteca”, alegó ante el juez Rafael Lasala, titular del Juzgado de Instrucción 7 de Zaragoza.

Las compañías de seguros le reclaman al imputado una responsabilidad civil de 30.000 euros por los daños causados en la vivienda de su madre.

La fiscalía todavía no ha presentado el escrito de acusación, pero podrían solicitarle una pena de unos diez años de prisión por el delito de incendio con riesgo para la integridad física de otras personas. Pero su abogada defensora tiene claro que reclamará la libre absolución por la situación mental en la que provocó el suceso.

La defensa va a aportar un informe de la forense, otro del psiquiatra del Servet y un tercero del historial médico del Hospital Santiago Ramón y Cajal, de Madrid.

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