Medio Ambiente

La crecida inunda más de 1.200 hectáreas y da "la puntilla" a la agricultura de la Ribera Alta

La avenida irrumpe con cerca de 1.700 m3/s y 6,92 metros de altura, pero no provoca daños en los cascos urbanos.

La avenida ordinaria del Ebro ha inundado ya más de 1.200 hectáreas en la Ribera Alta, dando "la puntilla" a la agricultura de la zona. Los alcaldes consultados temen que "lo poco que se salvó" en la crecida de diciembre se haya perdido en esta y alertan de que las motas llegan a la primavera –periodo en el que suelen producirse avenidas extraordinarias a consecuencia de las lluvias y el deshielo– totalmente "destrozadas".

Esta será una de las cuestiones que trasladarán hoy al presidente de Aragón, Javier Lambán; el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona; la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano, y la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), con quienes se reunirán para evaluar las consecuencias del episodio actual.

La punta irrumpió de madrugada en Aragón con alrededor de 1.700 metros cúbicos por segundo. En Novillas alcanzó los 6,92 metros de altura, inundando unas 800 hectáreas, según su alcalde, Abel Vera. "Al final ha cogido mucha tierra, campos que ya se anegaron la otra vez y cuyos cultivos estaban arruinados. En el pueblo, en cambio, no ha habido ningún problema", precisó.

Las roturas detectadas en hasta tres puntos de la mota hicieron que se filtrase el agua y que hectáreas que en circunstancias normales se habrían salvado hayan vuelto a inundarse. "Lo importante es cerrar las defensas lo antes posible, pero el tiempo en el que estamos tampoco facilita los trabajos. Lo habitual es hacerlos de cara a mayo, con las tierras más secas", señaló.

En Pradilla ocurrió lo mismo. "El agua está pasando por los agujeros de las motas. En el casco urbano no ha pasado nada, pero se ha inundado media huerta. El terreno estaba mal para entrar y tampoco ha habido tiempo para actuar", resumió su regidor, Raúl Moncín. Según sus cálculos, esta avenida ha anegado unas 200 hectáreas. "Si no hubiese habido nada roto, probablemente solo habría afecciones en campos puntuales. Esperamos que en la reunión de hoy aclaren qué medidas se van a tomar para evitar mayores problemas en los próximos meses", manifestó.

En el caso de Gallur, la evaluación de daños se hará hoy. "Ha cogido bastante huerta, pero no tanta como la crecida de diciembre. Esta vez, el río se ha quedado en los 6,40 metros, y entonces pasó de los 8", contó su alcaldesa, Yolanda Salvatierra. La localidad tiene aún por reparar una de las zonas que quedó afectada por el anterior episodio, y tras ‘perder’ más de 1.000 hectáreas hace un mes, considera que las administraciones "deben hacer algo" para minimizar los daños a la agricultura local, una petición que ya han trasladado desde el Consistorio.

En Cabañas, los máximos niveles se alcanzaron hacia la tarde-noche. Todo apunta a que este episodio ha inundado "alrededor de un 80%" de la tierra que ya anegó el anterior. "Serán unas 260 hectáreas. En el municipio se ha vivido con total tranquilidad, pero el problema está en la agricultura. Lo que se había salvado se echará a perder. Para los cereales, por ejemplo, será la puntilla. Llevamos dos avenidas en un mes", recordó su alcalde, Pedro Sanz.

Tras ‘hacer punta’ en Zaragoza con un caudal previsto de alrededor de 1.300 metros cúbicos por segundo y una altura de más de 3,7 metros, la crecida se dirige a la Ribera Baja, donde la situación es muy parecida a la vivida en Novillas o Pradilla. Las miradas están puestas en las defensas, y aunque no se esperan grandes problemas, alcaldes y Gobierno de Aragón siguen insistiendo en la necesidad de extremar la precaución y no acercarse al río.

Imágenes de la crecida tomadas por la unidad de drones de Bomberos de Zaragoza.
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