Los aragoneses recogen el guante de los expertos: suben las ventas de mascarillas FFP2

El coronavirus campa a sus anchas por Aragón, en medio de unas Navidades que han arrojado datos de contagios desconocidos hasta el momento. Con la variante ómicron -mucho más transmisible- consolidando su hegemonía, los expertos han alertado sobre la importancia, ahora más que nunca, de usar una buena mascarilla. De manera consciente o inconsciente, los ciudadanos parecen haber recogido el guante, ya que las farmacias están detectado una mayor demanda de los modelos FFP2, que brindan una mejor protección que las quirúrgicas y, por supuesto, que las de tela.

El crecimiento incesante de los contagios ha hecho que se tengan que reforzar las precauciones para esquivar el virus. El aragonés José Luis Jiménez, catedrático de Ciencias Ambientales y Química de la Universidad de Colorado, ha sido contundente durante los últimos días: “Las mascarillas quirúrgicas no son suficientes para un virus que se transmite tan rápido o más rápido que cualquier virus conocido por la humanidad”. Por eso, cree que debe extenderse el uso de las FFP2 para frenar de manera más eficaz su expansión.

En las farmacias aragonesas han detectado una mayor preocupación por este asunto en las últimas semanas. En la farmacia Artal, en el zaragozano paseo de Sagasta, las ventas de FFP2 se han incrementado en torno a un 60% en las últimas semanas. “El aumento de la demanda ha sido muy fuerte y algunos distribuidores incluso se han quedado sin mercancía; no porque no haya mascarillas, sino porque no habían previsto que se venderían tanto”, cuenta Manuel Arribas, farmacéutico adjunto de esta botica.

Este incremento no responde a la reciente obligatoriedad de llevar mascarilla por la calle, ya que las ventas de las quirúrgicas “no han crecido”. “Además, en Zaragoza la mascarilla en general ya se usaba mucho por la calle”, añade. Arribas alerta, no obstante, de que “no todas las mascarillas con aspecto de FFP2 son realmente FFP2”, por lo que pide que se vigile si el producto cumple con todos los estándares de calidad que se exigen.

En la farmacia Lacalle, en la calle Santa Teresa de Jesús, también señalan que las ventas de este producto han aumentado “de forma exponencial” en las últimas semanas. “Habrá que ver si esto se mantiene o si ha sido solo por precaución ante las reuniones familiares”, apunta Elena Lacalle. Esta farmacéutica cree que ahora “le hemos visto las orejas al lobo”, y recalca que en su gremio “nos hemos cansado de avisar de que las mascarillas quirúrgicas tienen una protección limitada”. "Es de primero de pandemia", señala.

Además, Lacalle hace hincapié en que se debe hacer “un buen uso” de las mascarillas. “Seguimos encontrando gente que lava las FFP2 para reutilizarlas al día siguiente”, cuenta. Con la realización de los test de antígenos, también ha detectado “mucha gente que dice que la usa bien, pero que se la quita para almorzar o para comer  fuera de casa”, con lo que “es ahí donde se produce el contagio”.

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, Rosa Morillo coincide en que la FFP2 es muy recomendable “en el contexto en el que estamos”, sobre todo para estar “en espacios interiores”. En Italia, desde esta Navidad es obligatorio usar este tipo concreto de protección facial en lugares como el transporte público, los cines, los museos o los espectáculos deportivos.

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“La quirúrgica y la higiénica puede evitar que contagiemos a los demás, pero la FFP2 también es para no infectarnos nosotros”, recuerda. Esta farmacéutica cree que “en los centros en el que hay buenas medidas preventivas se están evitando los contagios”, y que el virus se está expandiendo en los sitios “donde nos hemos relajado”.

Por su parte, el epidemiólogo veterinario Nacho de Blas recalca la importancia de hacer un buen uso de la mascarilla que se lleve. “Hay que buscar el modelo que mejor se adapte a tu cara, porque mucha gente la lleva mal ajustada”, señala. Además, hay ciudadanos que optan por mascarillas de tela “que no protegen casi nada” y que solo son “un quitamultas” o por las de rejilla, “que directamente deberían ser denunciables”.