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Actuación tras un incendio forestal: "Si en dos o tres años la vegetación no regenera el suelo acudimos a la repoblación"

El jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal de la DGA, Miguel Ángel Ena, señala que en el ámbito mediterráneo las especies están muy adaptadas al fuego porque es "un elemento más del ecosistema".

Una finca de Luna quedó milagrosamente libre de las llamas en el incendio forestal de julio de 2015.
Una finca de Luna quedó milagrosamente libre de las llamas en el incendio forestal de julio de 2015, que arrasó con más de 14.000 hectáreas.
M. Santonja

Lo que la naturaleza tarda décadas en crear puede desaparecer en cuestión de horas por culpa de las llamas. En julio de 2015, un incendio forestal declarado en Luna (Zaragoza), y que afectó a varios municipios de la comarca de las Cinco Villas, arrasó más de 14.000 hectáreas. Es el fuego más importante en supeficie quemada de los últimos años en Aragón tras el registrado en Villarluengo (Teruel) en 1994, con 18.000 hectáreas. "Con la pérdida de un bosque perdemos todos. Cambia el paisaje, la biodiversidad, los pueblos afectados, la salud... Se pierde una gran riqueza y recuperar eso cuesta muchos años", advierte el jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal del Gobierno autonómico, Miguel Ángel Ena.

El Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente fijó la época de peligro de incendios forestales para la presente campaña entre el 1 de abril y el próximo 15 de octubre. En lo que llevamos de verano, el fuego más destacado ha sido el de Graus (Huesca), ocurrido a finales del julio, que quemó 230 hectáreas. De momento, la campaña "va muy bien" y eso que ha habido días muy complicados con alerta máxima por las elevadas temperaturas que ha soportado la Comunidad.

En el ámbito mediterráneo, las especies están muy adaptadas al fuego porque este es un elemento más del ecosistema, tal y como apunta Ena. "Han convivido desde siempre con el rayo. Por ejemplo, robles y encinas rebrotan de cepa y el pino carrasco es capaz de aprovechar un incendio para emitir muchas semillas y así volver a recuperar el territorio. En general, la vegetación mediterránea responde muy bien y eso nos ayuda porque muchas de las zonas se regeneran de forma natural", explica el técnico de la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal, que destaca que el pino silvestre, el carrasco y el pino laricio (dentro de las coníferas), la encina y el quejigo (o roble carrasqueño) son "los grandes dominadores" del paisaje aragonés.

Nuestra región se caracteriza por contar con zonas montañosas de mucha pendiente y un clima torrencial, lo que condiciona a la hora de los trabajos de restaurar un monte. Según apunta Miguel Ángel Ena, si un suelo se queda sin vegetación y a continuación viene una lluvia torrencial comienza la pérdida de ese suelo (con barrancos y zanjas) y la erosión. "Una vez que el incendio ha prosperado y hay que restaurarlo, una de las primeras actuaciones es quitar la madera quemada y parte de ella se utiliza para construir fajines y albarradas, unas estructuras que se colocan perpendiculares a la pendiente para sujetar el suelo e impedir la erosión", detalla.

Más actuaciones desde la DGA para recuperar la zona arrasada: tratamientos selvícolas (se eliminan los árboles dañados que puedan conducir a plagas y enfermedades), actuaciones en la vegetación más próxima (para facilitar la dispersión de semillas), instalación de nuevos puntos de agua para prevenir posibles fuegos y también restauración de infraestructuras. Solo cuando de forma natural el bosque no vuelve a asentarse se acude a la repoblación forestal. "En muchos casos se recupera, la respuesta en el ámbito mediterráneo suele ser bastante buena. La producción de semillas de muchas de estas especies es muy potente y cubren enseguida la vegetación con una gran cantidad de árboles pequeños. Pero si en dos o tres años la vegetación por sí sola no ha conseguido regenerar el suelo acudimos a técnicas de repoblación", indica el jefe de servicio de Planificación y Gestión Forestal.

Vegetación autóctona y mayor diversidad

En el caso del importante incendio de Luna, está costando que la superficie afectada regenere "bien". El Ejecutivo autonómico ha hecho todo tipo de actuaciones desde el año 2015 y ahora va a volver a hacer otra inversión para terminar de repoblar un área que quedó pendiente. Por lo general, estas acciones se hacen con vegetación autóctona y, si se trata de una zona monoespecífica, se intenta que haya mayor diversidad para poder contar con diferentes hábitats y especies. "Si tienes una masa solo de pinos, la regeneración te la juegas a esa especie y se va a comportar de una forma similar en todo el fuego. Y si, por ejemplo, tienes pino y roble, este último rebrota de cepa y la regeneración en esa parte es más sencilla", aclara Ena, que estima entre 20 y 40 años el tiempo que puede transcurrir hasta que el bosque dañado por las llamas cuente con árboles de cierto tamaño.

Por otro lado, Aragón ha mejorado "notablemente" a nivel tecnológico en la producción de semillas de viveros, en la creación de bancos de germoplasma para obtener semillas y en técnicas y maquinaria (para evitar grandes movimientos y reducir el impacto, como las retroarañas) para la repoblación. "En España somos bastante punteros en esta materia, tenemos mucha experiencia", resalta.

Las causas más habituales de los fuegos forestales en la Comunidad son las negligencias y los rayos. A diferencia de otras regiones, los índices de casos provocados son "bajísimos". A juicio del responsable de Planificación y Gestión Forestal, los aragoneses valoramos nuestros espacios naturales y somos cuidadosos con el medio ambiente. No obstante, no hay que bajar la guardia: "Cualquier mínima acción puede ser un acto definitivo. La gente que trabaja en el campo o en el monte y los que hacen turismo que tengan mucho cuidado. Extrememos las precauciones, aún queda verano".

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