política

Alegría vuelve a cambiar de rumbo tras la estela de Sánchez

La política zaragozana regresa a Madrid por todo lo alto para asumir el Ministerio de Educación, tras pasar en dos años por el Ayuntamiento de Zaragoza y la Delegación del Gobierno.

La delegada del Gobierno, Pilar Alegría, con la basílica al Pilar de fondo.
La delegada del Gobierno, Pilar Alegría, con la basílica al Pilar de fondo.
Guillermo Mestre

Pilar Alegría, zaragozana nacida en 1977, asciende este sábado un peldaño más en su carrera al asumir el cargo de Ministra de Educación y Formación Profesional. La dirigente socialista vuelve a la política madrileña de la mano de Pedro Sánchez, y lo hace para ponerse al frente de una cartera que afronta múltiples retos -entre otros, la aplicación de la ley que deja como herencia su predecesora en el cargo, Isabel Celaá-.

Diplomada en Magisterio por la Universidad de Zaragoza y madre de un hijo, Alegría fue una de las diputadas más jóvenes del Congreso de los Diputados entre 2008 y 2015. Los cuatro años siguientes fue consejera de Innovación, Investigación y Universidad del Gobierno de Aragón. Entre sus logros de aquellos años destaca el Pacto por la Ciencia que firmaron todos los grupos políticos, la comunidad científica y los agentes sociales.

Se postuló para ser la candidata del PSOE para la alcaldía de Zaragoza, y consiguió ser la cabeza de lista al renunciar Carmen Dueso a la segunda vuelta de las primarias. Fue un proceso no exento de tensiones con el presidente de Aragón, Javier Lambán, y con la dirección local del partido. Siempre con el apoyo de Ferraz y en ocasiones frente al aparato zaragozano y aragonés, la elaboración de la lista electoral no fue de su agrado. Pese a ello, ganó las elecciones al Ayuntamiento de Zaragoza con 10 concejales, pero la izquierda perdió su mayoría y la alcaldía pasó a manos del popular Jorge Azcón.

Alegría se quedó como líder de la oposición del Consistorio zaragozano, pero apenas ocho meses después dejó el puesto y se cambió de acera de la plaza del Pilar para ser la nueva delegada del Gobierno, cargo que ha ocupado hasta ahora. Este giro volvió a sorprender a la dirección local del partido, que a cambio pudo situar en el puesto a la actual portavoz, Lola Ranera.

Ahora, un año y medio después de aquello, su rumbo vuelve a cambiar para asumir la cartera de Educación del Gobierno de Sánchez. Como principales retos, tendrá que aplicar la nueva ley de educación, la Ley Celaá, con la oposición de un frente autonómico que amenaza con tomar sus propias decisiones. La vuelta al curso con la pandemia y la vacunación a los menores será otro de los asuntos que tenga encima de la mesa.

Con su nuevo nombramiento, Pilar Alegría se confirma como el soporte del ‘sanchismo’ en Aragón, en un contexto de relaciones casi siempre tensas del secretario general del PSOE con Javier Lambán. Está por ver la importancia que este hecho puede tener de cara a las próximas elecciones autonómicas en la Comunidad.

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